Haikus
Soy un lucero
y al llegar la mañana
voy… y me muero.
v
Tú, mi tormento,
acaparas de lleno
mi pensamiento.
v
Tú y yo imbricados,
desmadejando versos.
Concatenados.
v
¡Qué golosina!,
tomada de tus labios,
crema divina.
v
Evoluciones
forjaron en mi mente
las prohibiciones.
v
Claustro severo,
ostracismo agobiante.
Asaz austero.
v
Desde la cuna,
regalando alegrías
una por una.
v
Umbrío, bruno,
tiznado de amargura.
Calor ninguno.
v
Cara sirena,
expectante del cambio
te vuelves plena.
v
Como batracio
emergiendo del agua.
Quiero tu espacio.
v
Corta se hará;
si la vives conmigo
perdurará.
v
Etéreo ser
oxidas lo que tocas,
es menester.
v
Mujer de hielo,
al calor de la noche
te vuelves fuego.
v
Mujer fatal,
destila su veneno.
Trampa mortal.
v
Mujer de hielo
se licúa tu ser
bajo mi anzuelo.
(te fundes, de repente,
si yo te anhelo).
v
En plenilunio
tu risa, y mi dolor
del infortunio.
v
Amor eterno,
duraste lo que dura
todo un invierno.
v
Yo no te hago
en sitio tan profundo
y tan aciago.
v
Si existes tú
no necesitas karma.
Karma eres tú.
v
Mantén tu calma,
para un logro mayor
preserva el alma.
v
Flor tan hermosa
se merece mil dones
más que una diosa,
v
Mas si tu quieres
compartirás el sino
de las mujeres.
v
Mujer o diosa,
en derredor de ti
vega frondosa.
v
¡Llegué a buen puerto!
No tendré que dar voces
en el desierto.
v
En la astronave
jugamos a ser dioses.
Perdí la llave.
v
Y el firmamento,
tan lleno de agujeros,
ríe contento.
v
Con tu presencia
se avivan las ideas.
Despiertas ciencia.
v
En abstracciones,
quisiera zambullirme
sin emociones.
v
Tienes razones
que a veces yo confundo
con ilusiones.
v
Gran osadía,
cuando es «subliminar»
el alma mía.
v
Ya están dorados
el trigo y el centeno.
Días contados.
v
Con armonía,
da paso el horizonte
al nuevo día.
v
Tras de tus huellas
te anduviste buscando
por las estrellas.
v
Alma mojada ,
discurre por tu ser
la madrugada.
v
Tienes belleza
y en la boquita el dulce
de la cereza.
v
Y tu candor
me sirve de refugio
acogedor.
v
Va tu mirada
con la mía ya siempre
concatenada.
v
Atemporales
persisten en su sitio
todos los males.
v
Dentro del marco
que encierra nuestras vidas
fleté mi barco.
v
Tu casa es una,
su influjo te rodea,
te da fortuna.