Jorge Ángel Aussel

Las modas que no pasan



1

Nunca estuvo de moda ser distinto
por transitar la vía de ser uno,
uno mismo entre todos.

La mayoría teje un disfraz de persona
y se ciñe al disfraz como se ciñen
los bebés a la teta de su madre,

hasta hacerse disfraz.


2

Nunca estuvo de moda ser brillante
por ser luz al final
del túnel de los hombres
poniendo por delante los principios.

Es más fácil venderse como estrella,
fulgurar en lo alto desde lejos,
figurar en el cielo de los otros
cuando en el propio espacio no se es nada.

Brillar con propia luz no es propio de los grises
que arden solamente
cuando atizan la hoguera de sus egos.


3

No se pone de moda la cultura
de hacer todas las cosas
como si fueran siempre para siempre,
como si nos jugáramos la carne
en todas las jugadas.

Hacer las cosas bien no está de moda.

Nunca estuvo de moda hacer las cosas bien
en este mundo atado
con el delgado alambre de la mediocridad.

Un alambre que tiembla
como un niño que tiembla por el frío,
cada vez que unas manos negligentes
lo vuelven a tensar con su impericia.

Si el alambre se corta cualquier día de estos
el mundo nos estalla entre los ojos

y perdemos la vida o la ceguera.


4

El hombre sin genuinos referentes
que le puedan servir de referencia,
va detrás de la fama
como un piojo sediento por la sangre
de muchos otros hombres.

Esa efímera fama de los memos
que alimentan las redes con sus memes.

Esa aleatoria fama de fulano
que se hizo famoso
rasgándose la piel de las rodillas.

Esa fama que no responde a nada
más que al instinto de prostitución.


5

No se pone de moda la humildad
que nace de saberse igual que todos.

Esa humildad que nace de saberse.

Esa humildad de cielo despejado
que ofrece un horizonte
detrás del ancho mar de su mirada.

Esa humildad de aquel que no precisa
querer sobresalir de sus iguales
para sobresalir.

Un comentario en “Jorge Ángel Aussel”

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