«A pesar de las alas», «Arma letal», «…y digo pájaro», «La flor insomne», «El arma del amor», poemas de Morgana de Palacios

Imagen by Stefan Keller

A pesar de las alas


Y para qué nos vamos a engañar
si a pesar de las alas
solemos caminar con pies de plomo
porque sabemos
que el peligro no está en la palabra expuesta
ni en la murmuración que la leyenda amplía
y desfigura rostros imposibles y tensos
tras la verdad oculta por la máscara.

El peligro es abrir las ignoradas puertas
que cada cual mantiene bajo llave
con el afán ingenuo de enterrar los errores
en tierra olvidadiza,
como si la mudez
los desapareciera.

Tú me susurras selvas
yo glaciares
y ambos nos miramos a las letras
como si fueran ojos

-sin bajar la mirada
sin acusar los golpes-

con la fiera fijeza de carnívoros
que se miden los dientes y el talento.

Si he de morirme un día en la palabra
que rompe tus cerrojos
no dudaré en llevarme por delante
tu épica soberbia.

Seguro que serás un muerto hermoso.


Arma letal


Dónde escondes el brillo
cuando cruzas
las calles convertido en muchedumbre.

Con qué disfraz de gato pardo eludes
las miradas ajenas, sus balas asesinas,
para que no descubran
la luz que te desborda el ojo moro.

No me lo explico. Es tanto
el esplendor antiguo de tu boca
y estás tan fisurado, tan roto y transparente,
que el fulgor se te escapa por todas las hendijas
y cualquiera con ojos lo percibe.

Si alguna vez te olvido,
si por ceguera un día no sintiera
en la retina el brillo de tu aura,
su fuerza golpeando en mis cristales,
no te andes con rodeos y dispara.

Dispara al corazón.

De volarme la mente, te descuidas,
que ya me encargo yo.


Y digo pájaro.



Entro en el ascensor
y digo pájaro.

En los largos pasillos
cuajados de denuncias
pienso pájaro.

Con la exigencia muda de los muertos
con su fe inquebrantable

digo pájaro

pájaro

pájaro

y espero
que se llene el Juzgado
de alas ruidosas.

Qué empeño loco el mío
soltar pájaros
en medio de un sarcófago.


La flor insomne.


Yo no busqué volar con estas alas tísicas
ni salvar las distancias entre el quiero y el puedo.

Yo decía jamás si intuía la entrega,
tapándome el escote de mis ojos de estreno,
era una mano arisca que no se sorprendía
de no ansiar la caricia ni el golpe del recuerdo.
Estaba ensimismada deliberadamente
sabiendo que no habría penúltimo regreso.

Si me besó la lluvia en un perdido otoño,
lo olvidé como olvido que un día tuve miedo
de no poder amar tanto como me amaron
los hombres que no amé con suficiente empeño.

Yo no buscaba nada. Estaba aquí, tranquila,
feroz si hacía falta defender algún sueño
que no era el mío nunca, porque yo no soñaba,
era una flor insomne viendo pasar el tiempo.

Tampoco te busqué, pero llegaste
a horcajadas del viento,
como llegan los hombres malheridos,
oscuro y violento.

Ahora, ya lo ves, sería inútil
decir que no te siento.


El arma del amor

Yo no inventé el amor. Estaba escrito
con todos sus misterios y celadas,
con sus filias y fobias, sus miserias,
sus miedos, sus torturas, sus mandalas.

Yo no inventé el amor pero si amo,
si me entrego a lo oscuro de su causa,
me da lo mismo el cielo que el infierno,
suya es la voz y suya la palabra
y es en la palabra que inauguro
cada matiz con que el amor me mata.

Nunca me enamoré como otras muchas
de un espejismo azul de hielo y agua,
si conflictiva soy, por el disturbio
se decanta el amor cuando me atrapa,
pero me ofrece más que a todas ellas,
su mística del mal sólo es un arma
que me vive y desvive, me atormenta,
o me hace reír si se dispara.

Algo de predador tiene su boca
que liberta, clausura y arrebata,
algo de una constrictor sobre el cuerpo
algo de guerra química en el alma.

Yo no inventé el amor. Estaba escrito
que llegaría náufrago a mi playa
y si me hace sufrir es cosa mía
como es suya la herida que declara.

Porque también es animal de láudano
y yo no he sido nunca suave y mansa,
no le dejo caer si se silencia
ni en el silencio deja que me caiga.

Mi enemigo tendrá las manos rotas
de golpear la vida encanallada
pero nadie acaricia como él
ni nadie dice más con la mirada.



Un comentario en “«A pesar de las alas», «Arma letal», «…y digo pájaro», «La flor insomne», «El arma del amor», poemas de Morgana de Palacios”

  1. Si quieres estremecerte al leer buena poesía busca las poesías de Morgana de Palacios siente la intensidad que te trasmite en versos como estos.

    Y para qué nos vamos a engañar
    si a pesar de las alas
    solemos caminar con pies de plomo

    ¡La admiro mucho!,me encantan sus poemas.

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