«Poema a una bala», «Las cargas», poemas de Orlando Estrella

Imagen by Enrique Meseguer

Poema a una bala

Sola y desnuda viajas
libre
por el espacio
a velocidades irreales,
en espera de contactos que suplan tu soledad.

Tu silvido trágico es la canción fúnebre
de un vampiro en vuelo en busca de alimento
para saciar codicias de otros
a tu espalda.

Manipulada eres
sin concesión alguna.
Un ave indefensa sin voluntad,
sin decisión.

Tu éxito depende
del talento criminal del experto
en blancos
y negros augurios.

Te conozco
puedo dar fe de tu beso ardiente

o, quizás fue un aviso para el acto final
y no
tendrás
la culpa.


Las cargas

Salgo a la calle remolcando bloques
que pesan como un mundo, pero siempre sonrío
-más por vergüenza que por propio orgullo-
pues si muestro flaquezas soy carne de pirañas.
No es mi norma la imprudencia, miren,
quizás por eso es que obtuve algunos
años de vida más.

Mostrar el alma no es propicio allí,
además, he encontrado un lugar franco
en donde desnudarme por completo,
sin prejuicios ni miedo a que se noten
las muchas cicatrices que me adornan.

Si me miran escualos (esas bestias
de letras y palabras) creo haber ubicado
el oasis perdido. No tendré que morir
con lágrimas podridas pues ya sé
cómo evacuar fantasmas y dolores ocultos.

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