Jordana Amorós, seis sonetos

Imagen by Oleg Mityukihin

Por error

El desencanto tiene los ojos amarillos
y todo lo que mira lo ve de ese color,
solo pétalos secos augura en cada flor
y en la Luna creciente , avisos de cuchillos.

El hastío traspira resabios de alcanfor,
atavía las horas con hábitos sin brillos,
hasta que sus latidos se vuelven estribillos
que apagan cualquier música que suene alrededor.

El cansancio nos llena de piedras los bolsillos,
nos desahucia los sueños al feudo del sudor
y los va disolviendo igual que azucarillos.

¿Entonces qué misterio, qué milagro, qué error
de nuestros genes teje encajes de bolillos
que en los adentros guardan incólume el amor?


Triste lógica

Ya no canto al amor, no me molesto
en buscar adjetivos melindrosos
y verbos francamente pegajosos,
ni en discurrir el cómo los unzo y los orquesto.

Y todo para hacer unos pomposos
elogios a quien deja descompuesto
tu corazón, sin otro de repuesto,
a cambio de unos pocos instantes tumultuosos.

Qué podría decir que no parezca
que entono en un tristísimo gospel
su póstuma elegía disimulando el llanto.

Hay que loar a quien se lo merezca,
pues sabes que ha de serte siempre fiel.
Hoy , y por triste lógica, al desamor le canto.


Duda

No hay mariposas blancas… escorpiones
se adueñan de mi estómago y me late
dispuesto el corazón para el combate,
a veinticinco mil revoluciones.

No puedo permitir que me delate
una mirada, que mis emociones
dejen al descubierto los rincones
del alma en que mi duda se debate.

Tanto y tanto…
y tan alto y tan lejano…
tanto beso que no sabe que existo,
-quizás tan al alcance de la mano-.

Tener que decidir si a la agonía
del silencio me obligo o bien conquisto
tu boca y mi Jardín de la Alegría.


Eres

Eres la melodía inacabada
que el corazón conoce y que se adueña
de su latido y lo vuelve enseña
de la esperanza cada madrugada.

Eres la suave esencia destilada
de una noche de Abril clara y risueña
y el encaje de seda con que sueña,
cualquier mujer hacerse una almohada

Eres el arco iris de colores
que me restaña la mirada herida.
Eres esa criatura concebida
para que alumbre versos sin dolores.

Serías el amor de mis amores,
si lo quisieras tú, toda mi vida.


Si me nombras

Si un día tú me nombras, espero que tus labios
pronuncien los sonidos con la pasión devota
del que a su dios le reza y en su palabra flota
el fervor encendido que esfuma los agravios.

No dejes que pervivan en ellos los resabios
de ayeres sin ventura y observa como brota
la dulzura escondida, licor de bergamota
que vuelve las palabras y los besos más sabios.

Que yo sabré mostrarte el modo como suena
el júbilo en los míos, con notas anisadas
endulzaré tus días, feliz y agradecida.

Y embaucaré tus noches con cantos de sirena
que al rendirse en tus brazos todas las madrugadas
encienda las auroras, translúcida de ardida.


Regalo

Si quieres dibujarme a pulso una sonrisa
que nunca se marchite, no me obsequies con flores,
ya sé que son hermosas, pero de sus colores
más vivos los desnuda un soplo de la brisa.

No me ofrezcas tampoco aquellas confituras
que ponen en la boca un sinfín de embelesos,
semejante al agrado de un enjambre de besos
pues llega a empalagarme su aluvión de dulzuras.

Regálame la música que corre por tus venas,
hazme con ella el Himno al Santo Disparate
de que este amor nos llene la vida de sentido.

Bailar a su cadencia nos lleva a las amenas
regiones donde habitan los locos de remate
que de ilusión se nutren por tiempo indefinido.

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