«Dos poemas» de María José Quesada

Imagen by Brendy Pradana

Y te miro

Yo, la que mira de frente
lo que encuentra en su camino,
te he de mirar diferente,
que no se note el cariño.
Tú eres clavel de otra aurora,
la religión de otro templo
mientras que yo soy la autora
de lo que siento por dentro.
Y sí, te miro, distinto,
te miro disimulando,
sin que te des cuenta, niño,
de cómo te estoy mirando.


La tormenta que me aviva

Estás lejos, me lo está diciendo el aire,
no respiro tus partículas de hombría
no resalta entre sus ondas tu lenguaje
ni cabalga tu ansiedad sobre mi herida.

Porque no relampaguean las miradas
que encendieron los rincones que me habitan,
y no truenan poderosas las palabras,
se desploma la tormenta que me aviva.

Quiero el rayo de tu impronta, tu amenaza,
el estruendo de tu gen provocativo,
la catarsis de tu nervio con mi calma
como unión entre mi luz y tu sonido.

Dame el viento, remolino de mis aguas,
y fundiremos esta muralla de hielo
por caer después en libre catarata
empapándote de amor hasta los huesos.

Conversa con nosotros