«A la vejez», «Dolía el corazón», Idella Esteve

Imagen by Suzanne Jutzeler

A la vejez

Tres hurras por el tiempo transcurrido,
no tiene la vejez por qué asustarse
ni maldecir, penar o lamentarse
por aquello que no se ha conseguido.

No demos lo pasado por perdido,
en el presente no hay que abandonarse
ni tampoco pensar en aferrarse
a lo fácil por sernos conocido.

Habiendo lucidez en nuestra mente
podremos continuar con esta empresa
de existir dignamente cada día.

Que no se acaba el mundo de repente,
cada mañana nace una sorpresa
para poder vivir con valentía.


Dolía el corazón

Dolía el corazón cuando te amaba
y también hoy me duele tras tu ausencia
en el rememorar de tu presencia
y la falsa ilusión que me amparaba.

De toda sensación me siento esclava
y es dolerme quizás mi quintaesencia
pues me apena además la contingencia
de ante la pena no sentirme brava.

Aunque he sido valiente algunas veces
nunca pude matar la cobardía
y asesinar mentiras y acideces.

Dolía el corazón, ¡Dios, me dolía!
Exterminó el dolor mis candideces
y quedó la aflicción por siempre mía.

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