«El tiempo que nos quede», «Ente oscuro», Eugenia Díaz Mares

Imagen by Ogutier

El tiempo que nos quede

Amanece con viento de aire puro.
Tu mirada ya libre de amargura,
me provoca estrecharte con ternura
y decirte no temas al futuro.

Pensar en nuestra muerte es prematuro,
no te deja vivir y te tortura;
es mejor continuar nuestra aventura,
sobrevivir saliendo de lo oscuro.

Nuestros logros podemos disfrutar.
Sin culpas y sin pena ya nos toca
liberarnos de cargas y volar.

Todavía hay puentes que cruzar,
tan solo de pensarlo me provoca
irnos a una cabaña junto al mar.


Ente oscuro

Tus cementerios llenos, inundados
de aguaceros salados por la pena
y las terribles muertes en cadena
que dejan los hogares silenciados.

Vagas por los rincones más cerrados
llevándote las almas, sin condena,
en soledad, sin aire y por docena,
¡Detente, por favor! son demasiados.

Te recuerdo, te tengo muy presente.
Arrancaste a mi hija de mis brazos
llevándome a lo oscuro en su mirada.

Hoy arrasa tu oleaje con la gente
dejándoles la vida hecha pedazos,
débil, sin esperanza y aterrada.

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