«Criatura celeste», Ronald Harris

Imagen by Kevin Turcios

venías abrazada a tu planta y al desenfado

luminosa

sonreíste y eran las seis
y latías como una criatura celeste al principio de la noche

al tocarme
me convertiste en un ser al otro lado de la sombra
algo que brilla lejos de una paciente y bella oscuridad

traías el día a cuestas y aun así
tu corazón acarició mis ojos
y cualquier egoísmo fue imposible


Desnudo

Me atropellan tus multitudes sin misericordia, para hacerme caer en esta lengua exquisita, cuando quisiera no saber suplicar de esta manera: tan ángel y genuino, tan deliberadamente bello, cruel y frágil sobre mi sangre hasta la dicha. Pero soy ésto y te suplico con un pájaro en los ojos, y me aferro a tu calor en este arácnido oscuro, cuando todo en mí es la alegría de tu sueño que me calma, sabiéndote prisionera de mi lecho como una ofrenda brutal y maravillosa. Hoy la felicidad es un episodio inmóvil de la memoria, atesorado para siempre.

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