Selección de poemas de Daniel Adrián Leone

Imagen by Andrè Mouton

Entre dos

Me siento raro
como si acabara de despertar de unos de esos sueños
en los que las batallas se suceden como si fueran imágenes,
perdido en una geometría caprichosa
en la que, distancias, volúmenes, resultantes
no obedecen a ninguna regla
ni lógica ni arbitraria.

Vivo en una ausencia que no brilla
ni se escucha
tan perfectamente incapaz de dejar rastros
como de preanunciarse siquiera como sombra.

Fácil sería caer en echar culpas a las incertidumbres cotidianas
o encontrar algún expediente imputable en el archivo de lo contingente.

Bien podría, por ejemplo, decir:
se trata del desfasaje de esta realidad estúpida en la que estamos presos…

pero no.
No soy esa persona.

Desde pibito aprendí a enhebrar incertidumbres como quien caza insectos
y sin poner en duda la seducción
y la eficacia rotunda de la seducción que ejerce lo incidental*
como dealer de expedientes amañados o amañables
ninguno se compara ni sería capaz de competir contra mi oficio en enredos.

Tampoco es el desfasaje.

El tiempo no me tuvo en cuenta jamás
y yo le he sabido retribuir y agradecer el gesto
.

Estoy simplemente tomado por una rareza que no trago
ni me traga
que está ahí, rodeándome
por dentro y por fuera
como un abrazo frío que no logro regurgitar del todo.

Soy un fotograma que pivotea en automático
entre una película que ya no se exhibe
y otra que, tal vez, aún no se ha filmado
.


II

Es fácil llorar ríos de tinta
acusar desvelos postizos
y dejarse caer por una deriva de lamentos
con remansos culposos intercalados
a la manera de un rosario.

Lo difícil es sostener el dolor
darle cuerpo y letra
dejarlo que duela lo suficiente
tragar saliva
y escupir los recuerdos ensalivados
sabiendo que con cada esputo
se va también
el aliento
y la imagen del aliento
que le da sentido al instante atragantado
de la ausencia que nos parió.


Dos veces todo

El fin es eso que insiste en reescribirse presente
en la piel de la historia
en el diafragma mismo del capricho que nos parió.


Ha terminado todo.
Y debería estar contento.

Nada desee más
que terminar con todo
sin miramientos, sin culpas, sin trámites

Y mientras tiemblo y me retuerzo
no puedo dejar de saber
que el pasado es inhóspito
y el futuro una ilusión seca.

Terminó todo y perdí todo
y me he perdido en el camino…
ya no tengo tiempo
ni siquiera para tragar mis huellas
y hasta este cigarrillo encendido
es un pobre pretexto
frente al infierno que me ha devorado.

Debería estar contento y lo estoy:
ya no hay más caída ni vuelos alternativos.

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