POESÍA CORAL

Seguidillas con bordón, varios autores.

Isabel Reyes

En la casa en que vivo
tengo una rama
que al rumor del silencio
tira del alma
con tanta fuerza
que aunque venga un diluvio
me ancla a la tierra.

Verde tierra la mía
llena de luna
y verdes los caminos
de mi penumbra.
No me resigno
a regar con mis penas
sierra y camino.

Soy un árbol sin nombre
que sobre el agua
va dejando su sombra
espesa y larga.
Cuando florezca
bailarán sol y luna
con la marea.


Ana Bella López Biedma

Garza albina y serena
sobre el invierno,
en tu palabra dulce
pintas el cielo,
y en cada rama
vas dejando tu alumbre
de filigrana.

Con tu vuelo describes
el infinito
o esa gota de lluvia
que se hace río.
Alas de fuego
que inventan a su paso
el firmamento.

Cuando envuelve la niebla
el horizonte
escribo una bengala
sobre tu noche.
Garza serena
que tu vuelo sin límite
rompa la tierra.


Álvaro Font de Lajas

Nube de bruma clara,
negra fortuna,
desapegas del mundo
mi voz oscura.
Alzas riberas
sobre el final del tiempo
sin luz. A ciegas.

Mientras canta la noche
no nace el alba
sobre las alas rotas
de mi templanza.
Ave sin vuelo
sin raíces, sin canto,
sin pensamiento.

Oscurece en el agua
mi luna negra
y un hierro revenido
quiebra su estela.
Mata el encanto,
tráeme el artilugio
del mal descanso.

Haz un abracadabra
todo de sangre,
todo de flores mustias
lazo de alambre.
Sobre tu calavera
y al borde de tu tumba,
soy el que ruega.


Raúl Muñoz

Tienes el pelo blanco
y calaveras,
caminas por el agua,
henchida en telas
de noche oscura,
mujer que tanto llueves
por la liturgia.

Leyendo el libro azul
del fuego fatuo,
doliéndote en sonrisas
del arrebato,
apasionada,
rota por estos ojos
que te quebrantan.

Yo muero si tu mueres,
a borbotones
dejo salir el agua
por los jirones
que de mí quedan,
arrancados sin sangre
de mi alma en pena.

Hundo palomas tristes,
tan femeninas,
por las aguas salvajes.
Porque marchitan
en ti mis besos,
entrégame la lengua
de tus desvelos.


Eva Lucía Armas

Sobre el brocal del tiempo
de tu quimera
caen flores de agua,
forman luciérnagas.
Búho nocturno,
llevas las alas presas
del infortunio.

Desde mi mundo veo
tu vuelo roto,
y tu poder cetrero
vuelto un despojo.
Alza la frente,
vuelve a la envergadura
de tu ala fuerte.

Del sol la clarinada
cae despacio
como tu sombra acude
lenta al calvario.
El horizonte
desafía la tarde
como un reproche.

Lánzate a vuelo, anda,
vuélvete viento
que arremolina furias
de brazo intenso.
Alza el paisaje,
vueltas tus plumas rotas
a ser coraje.

POESÍA CORAL

El poseso

Tienes un demonio dentro, escríbelo (Goethe)

El demonio aquí en la tierra sacó sus garras de mármol.


El demonio de la tierra
con su aliento torció huesos,
azufró sendas perdidas
en aluviones de yeso,
ennegreció los rastrojos
con un pedrisco de cuervos,
flageló las cicatrices
las jorobas de los cerros,
vomitó de las entrañas
piedras y cardos posesos,
ensució los crucifijos,
bautizó trece murciélagos…
Y después inventó un nombre
instalándose en su centro.

Isabel Reyes


Vino un demonio a quedarse
en el fondo de mi aliento
para que hablase su boca
y respondiera mi miedo.
Vino despacio, sin ruido,
igual que un gato pequeño
que araña y al darte cuenta
ya te encuentras medio muerto.
Se apoderó de mi vida,
de mi casa, de mi cuerpo.
del corazón de las flores
que perfumaban el viento
y del perrillo que ladra
con su tono lastimero.
Puso boca abajo el mundo
que hasta entonces fuera tierno
y endureció las mañanas
con pedradas a mis sueños.

Si lo queréis os lo paso,
y si lo queréis, es vuestro.

Rosario Alonso


Los demonios son demonios
de cuna, por nacimiento.
Genéticamente fuertes,
invencibles y violentos,
según los pintan las reglas
que se escriben para ellos.

Con el corazón oscuro
tristes en alma y no en cuerpo,
despliegan sus alas rotas
para alzarse sobre el fuego
con el corazón de flama
vuelto ceniza, pequeño.

Culpables de cuanto cargo
ya llevan por cuenta y riesgo,
son otro rostro de dios,
el castigador eterno,
benevolente o impío
según convenga al concierto.

Un demonio siempre ha sido
solamente un ángel negro
que sabe meter las manos
en el barro de los muertos
y está en la tierra arrasada
conteniendo a lo irredento.

La utilidad de un demonio
no está en su lado siniestro.
Es el único que puede
cambiar de sentido el tiempo,
porque dios no mira al hombre
que abandonó, por inepto.

Se lo ha dejado de seña
al demonio predispuesto
para manejar un mundo
de egoísmo y esperpentos.

Mientras se lava las manos
dios mira al demonio, tierno,
y le susurra despacio:
-Ahí tienes… Los contrahechos,
los que lo destruyen todo,
por egoístas y necios.
Estos me han salido mal…
Fíjate que haces con ellos.

Y aquí estamos, los mejores,
feroces de sentimientos,
malqueriendo y malqueridos
ganándonos el sustento,
como puñados de lágrimas
y monedas de desprecio.

Para este mundo de espanto,
nosotros somos perfectos.

Álvaro Font de Lajas


Un demonio se ha sentado
dentro de mi pensamiento
como un bucle de tortura
que repite todo el tiempo
“hazme un poema” y lo hago
porque de sobra presiento
que se nos fue la cabeza
porque la moda lo ha impuesto
igual que un reto viral
y me remito a los hechos.

Un demonio que “en la vida
nos ha puesto en tal aprieto”
que Violante se empodera
y por ello saca pecho.
Reitera siempre lo mismo
como si fuera algo nuevo
y con voz angelical
pide un romance, un soneto.
Al azar, sin pensar mucho,
me inclino por el primero
que puede tener muy pocos
o más de quinientos versos
y ahora toca contar,
no sé cuantos versos llevo
pero trabajo despacio
haciendo el poema entero.

Pero me pregunto ahora
el por qué la obedecemos,
o ella fue muy mandona
o Lope requete bueno,
porque el hombre no quería
pero al resultar modesto
por no discutir con ella
le regaló aquel soneto.

Al demonio doy la espalda
y aunque pida ni contesto.

Rosario Alonso


El demonio siempre espera
a que salga con mi perro,
le sorprende esa amistad,
quiere saber el secreto
que ocultan estos dos seres
caminando tan serenos
a pesar de la violencia
que mantiene al barrio tenso.

Nos sigue con sus sicarios,
envidia nuestro silencio
y quiere crear cizañas,
no entiende lo que es un templo
de resistencia a la mierda
que ha de comer por pendejo.

Orlando Estrella


Romances cruzados, varios autores

La propuesta consiste en tomar uno o varios versos del poema de otro autor y escribir un romance en base a ellos, a modo de respuesta.

Romance de noviembre

El frío frota sus manos
mientras tirita noviembre
al calor de las bufandas
que como piel de serpiente
impiden el vaho helado
que en las bocas se desprende.
.
La magia sale en mi ayuda
desde el fondo de noviembre
como el sombrero de un mago
que saca un nuevo aliciente
para que crucemos versos
mostrando el alma o los dientes
y escribir como se escribe
sobre la piel o en papeles
con el corazón abierto
para atraer a la suerte.
Nada nuevo bajo el sol
para encontrarnos de frente.

El mes que comienza triste
es el mismo mes de siempre.

Rosario Alonso


Desde el fondo de noviembre (Rosario Alonso)

Desde el fondo de noviembre
me viene un regusto amargo
porque cumplo un año más,
no voy a llamarme a engaño
pues la nostalgia se instala
de nuevo sobre mis labios.

Llevo tanta carga encima
por aquello que he pasado,
y lo que me está ocurriendo
con este cerebro extraño
que se volvió del revés
y ya no admite milagros
que incapaz soy de narrar
y escribir como un disparo
como lo hiciera hace tiempo
como escribiera yo antaño.

Es por ello compañeros
que os pido con humildad
no me soltéis de la mano
y disculpad mis poemas
pues muchas veces desbarro.

Isabel Reyes


pues la nostalgia se instala
de nuevo sobre mis labios.
Isabel Reyes


Guardo una pira de agua
en el hueco de mis manos.

Quiero volar las palomas
que anidaban en mis labios
pero solo crece un yermo
paisaje deshabitado.

Ya no me lleva en volandas
ese olor a pan tostado
ni las flores del camino.
El mar se ha ido secando
y la barquita de nube
encallada sobre un banco
llora en un mapa infinito
hecho de añicos pasados.

¿Dónde la emoción tardía?
¿Dónde el hueco de un abrazo?
El silencio se hizo sombra
sobre el brocal de mi canto.

Ana Bella López Biedma


que quiero olvidar pues llegan
igual que el viento solano
y me asaltan con tal fuerza
que se me van de los manos.
(Isabel Reyes)


Rasguño desde el silencio
el silencio a mi costado
y si golpeo en mi pecho
como en un tambor amargo,
la resonancia rechina
la voz de un noviembre extraño.

Tan extraño este noviembre
de restos evaporados
que sobre el cristal me dejan
un aturdimiento apático,
como un sol que ya no es sol
porque el canto ya no es canto.

Miro la luz y mis ojos
solo ven jirones magros,
como si el tiempo muriera
en un estertor sin pálpitos
arrastrado por un viento
todo de cuchillos álgidos.

¿Dónde el sosiego, noviembre?
¿Por qué oscuro el escenario?
¿Por qué la espira se angosta
sobre el cuero quebrantado?
¿Por qué esperar a mañana?
¿Por qué no morir temprano?

Noviembre, sin las respuestas,
junto a mí, pasa de largo.

Álvaro Font de Lajas


Tan extraño este noviembre
de restos evaporados
que sobre el cristal me dejan
un aturdimiento apático,

(Alvaro Font de Lajas)


Con el olor del membrillo
llegó de súbita forma.
Apagando los colores
se coló trayendo sombras
acompañadas de lágrimas
que mojan el triste ahora.
Tornó el calor por abrigo,
cobijo con que se ahoga
el canto calmo del agua
mientras que en el cielo trona,
callando a los gorriones
dejando sus alas rotas.
Arrancó en cada suspiro
anhelos que el tiempo forja
para cubrir con lamentos
un rastro de mustia alfombra.
Y entorno mis tenues ojos
al igual que hace la aurora,
para ver si se abre el alma,
para ver si un verso asoma
y brote la flor que cese
la amargura que hoy me colma.

Santiago Vázquez


¿Dónde el sosiego, noviembre?
¿Por qué oscuro el escenario?
¿Por qué la espira se angosta
sobre el cuero quebrantado?
¿Por qué esperar a mañana?
¿Por qué no morir temprano?

(Álvaro Font de Lajas
)

Eso me pregunto yo
estimado compañero
si ha llegado la tristeza
a empaparnos el pañuelo
y a romper todos los mapas
con que tocamos el cielo.

Sí se ha esfumado la magia
aunque aquí quede su hálito
ese que siempre nos daba
la alegría y el encanto
el valor de la amistad
y que hoy solo son llanto.

Lloremos juntos amigo
enterremos nuestro espanto
porque sé que donde esté
nos protege con su manto.

Isabel Reyes


Porque sé que donde esté
nos protege con su manto.


Isabel Reyes


Verdaderos del dolor
hijos míos empapados
de todo lo que una herida
pueda doler de arrebato,
de ardientes letras ahora
que llego a oír y mi canto
suena frágil luz quebrada
deshaciéndose en el pasto
antes de las madres verdes.

Dejadme agitar badajos
y ser una sola lágrima
por el papel de tabaco.
No pido a un dios. Solo pido
romper la copa y sajado
lloverme esta noche juntos.

Raúl Muñoz