Eugenia Díaz Mares – México

Imagen by Phuong Luu

Algún día

Algún día te voy a sacar del espejo,
te abrazarè muy fuerte para estar fusionadas
y te diré tranquila que ya puedes dejar
de llorar tu silencio en las esquinas

que soltaràs el llanto fuerte y triste,
con la ventana abierta sin temor.
Te pediré que mires en mis ojos las guerras
que has vivido y observes en mis manos
el puñado de sueños tan tuyos y tan míos.

Algún día
nos daremos el tiempo de volver
a ser niñas,y hacernos un ovillo en la cama
con la cara mojada por las làgrimas,
esperando ese ángel que sabemos existe.

Y las dos soltaremos el cansancio
de fingir ser valientes con la càscara abierta
mostrando cicatrices remendadas,
con un caudal sin freno corriendo por el rostro.


Tu tiempo y compañía

Ahora que dispones de tu tiempo
que ya no lo compartes con trabajo
-y algunas amistades-
los recuerdos me brotan de noches sin dormir
y sábanas heladas.

Ahora que dispones de tu tiempo
y estas aquí en la cama cuando suenan las ocho,
yo siento entre mis sienes
palpitar tu silencio cuando daban las cuatro
y entrabas en el lecho como escarcha.

Ahora, tienes tiempo de mirar la mujer
que camina a tu lado, que ya no ve la luna
y tiene mariposas en sus muslos
congeladas.

Que hacemos con tu tiempo, con toda la apetencia
que brota en tu mirada, con tus manos inquietas
intentando encontrar el camino perdido.

Tomemos un café
y hagamos un balance de lo que yo he ganado
con esa soledad,
caminemos tranquilos el resto de este viaje
probemos a ordenar un puzzle de lo antiguo.

No olvides que te quiero,
pero dentro de todo me he curado de ti.

Eugenia Díaz Mares – México

Su sitio web:http://azulgenia.blogspot.com

Hablar de Eugenia Diaz es hacerlo de la tenacidad, porque esta mexicana, que cultiva tanto la prosa como la poesía, se ha marcado como objetivo perfeccionar la técnica para escribir una novela cuya temática será la muerte de su hija Erika, causada por una negligencia médica.


Este desgraciado suceso marca su trayectoria literaria, y así nos encontramos con que buena parte de su obra está asentada en el dolor, sin embargo, Eugenia, mujer vitalista, también introduce en sus creaciones un soplo de aire fresco y una ventana abierta a la vida, con lo cual la misma Eugenia nos muestra a una mujer que no se rinde ante la adversidad.  La literatura en general y la poesía en particular son un apoyo vital. En este sentido, refiriéndose a la poesía ha llegado a decir  “yo simplemente me dedico a escribir porque me gusta y porque a lo largo de mi vida ha sido un bastón que me sostiene”


Tiene publicado el libro “Huellas gastadas” de la editorial “Groppe Libros” en una edición familiar que fue un regalo de su otra hija Lily y que contiene una hermosa recopilación de poemas que nacieron al amparo de Ultraversal.
Eugenia, aparte de gentil, buena gente y una compañera maravillosa, posee talento y gracias a él ha logrado focalizar en sus poemas su manera de ser, dejándonos textos muy emotivos.


Con su antes y después literario, con su esfuerzo, con su dulzura, y con su fuerza, no se me ocurre nadie mejor que Eugenia Díaz para enarbolar el espíritu Ultraversal. De hecho muchos la consideramos un ejemplo a seguir. Casi nada.

Poeta no te calles

Eugenia Díaz Mares – México

Se encuentra en remisión el intenso dolor
que apagaba la luz de cada nuevo día,
y sin reconocerse ve su imagen
plasmada en la ventana
tan serena y en paz.


Escucha serenatas, las charlas y las risas
y como en pasarela ve desfilar pasteles
con los ramos de flores festejando a las madres.
Y ahí, tras el balcón, cristal humedecido,
esa mujer observa cómo se va mojando su reflejo
tocando sus mejillas extrañamente secas.


Camina de regreso pisando su presente,
rozando con sus dedos los muros y tabiques
que atesoran el eco de fantasmas.


Se va dejando guiar por el fulgor
de unas manos que esperan con anhelo
logre cruzar el puente.

Su corto vuelo: un libro de Eugenia Díaz Mares

Por Isabel Reyes Elena

Prólogo del libro

Eugenia Díaz Mares, poeta novel mexicana, presenta su ópera prima “Su corto vuelo”.

Nacida en el portal literario www.ultraversal.com ha ido aprendiendo y haciéndose fácilmente con la técnica poética, métrica y rima en corto espacio de tiempo. De lenguaje fácilmente comprensible, sin que la sencillez se convierta en simpleza, no recurre a juegos malabares e introduce en sus versos metáforas sutiles. Su palabra no excluye la cadencia, la tradición y alcanza una voz que le es propia.

Todo el poemario está construido en Arte Mayor, la mayoría sonetos, y da la impresión de que la autora intentara reconstruir su vida desde lo destruido y decidida a edificar el futuro desde su carne abierta y sus propias cenizas humeantes. Versos urdidos con reflexión y dolor. Con la emocionalidad que late en los silencios.

En cada uno de sus versos hay una mujer doliéndose, pura llaga abierta que respira la pérdida de su hija menor, Erika, por una terrible e invasiva enfermedad, el lupus eritematoso diseminado. Pero también sorprende de qué forma se enfrentó la protagonista a la misma, un modelo de alegría y fortaleza que mantuvo hasta el final, incluso dando ánimos a todos sus seres queridos.

La muerte de un hijo es algo contra natura que no entra en los esquemas evolutivos, y cuando se produce, provoca grandes crisis a nivel físico y emocional,  Eugenia ha tenido el valor de expresar en su libro todo el proceso de la enfermedad, hasta que Erika fue vencida por la misma. Una necesidad vital para alejarse de la locura e intentar encontrar de nuevo sentido a su vida. Porque aunque parezca mentira, es posible renacer después de un golpe así, a pesar de que un hijo nunca muere, pues siempre está en el corazón de madre el amor por el ausente.

En la fase final de la enfermedad dejó un testimonio de vida, un tesoro, que se presenta en forma de mariposas que revolotean a menudo alrededor de sus seres queridos.

Silenciosa y honrada con sus sentimientos, hermosa, así Eugenia Díaz Mares.

Eugenia Díaz Mares – México

La jaula

Descuelgan del balcón que son mis labios
simulando sonrisas,
trémulas mariposas a los ojos del aire,
para engañar las voces que cuestionan
sin descanso.

No sé qué debo hacer con esta jaula,
en la que la memoria se sigue estremeciendo
sin cordura, como frágil espiga,
de tanto que escudriñan mis pasos
dejándolos sin sombra.

Cuánta morbosidad hay en la gente
que como telarañas sacuden el recuerdo,
para con avidez pizcar aullidos
o burlas a la muerte,
y le contabilizan encanecidas aves
a las enredaderas de mi pelo.

Yo les brindo una mueca con risa de amargura
en lugar de escuchar lo que desean,
ensayo cada gesto al arrancar los gritos
que guardan mis arterias,
para depositarlos en la jaula
que fabrican mis versos.

Me quedé afuera

Desearía saber si aún me esperas
para entonces cavar una abertura
en el océano almacenado de una lágrima,
y fugarme del bosque enmarañado
en el que estoy cautiva
con ciclos sin cerrar.

Yo sé
que ahora estoy afuera de mi piel,
al verme en una esquina de la vida
consumida y estéril,
pero llevo conmigo abecedarios
con letras impacientes de iniciar
un capítulo nuevo
que lleve nuestras huellas.

Si mi regreso aguardas
yo saldré de las sombras,
caminaré contigo sin temor
a orillas del presente.

Solo duermes

Te observo muy tranquila descansando
—tienes una sonrisa complacida—.
Hoy vistes con tu ropa preferida
y en silencio, te sigo contemplando.

Un murmullo. Personas caminando
me hacen sentir extraña y aturdida.
Me estrechan en sus brazos. Confundida
no entiendo qué sucede, voy llorando.

Quiero olvidarme de esta pesadilla
—tan sólo duermes y abrirás los ojos—
tenemos un acuerdo mi chiquilla.

Levántate, sostente fuertemente,
lograremos vencer estos cerrojos.
No importa que camines lentamente.

Acerca de Eugenia Díaz