Mujer tenías que ser
Dios te creó, mujer, tan sensitiva
que se te transparenta el sentimiento
por los ojos y un alma comprensiva
pone en tus labios su risueño acento.
Y al tiempo te ideó tan combativa
que haces de tus manos el sustento
de la fuerza del hombre y lo motiva
para sobreponerse al desaliento.
Contradictorio ser, hecho de seda
y diamante a la vez, de confitura
y de sal, que a la Tierra dan sabor.
Corazón de leona, en que se hospeda,
desde que el mundo es mundo, la más pura
e incombustible llama del amor.
Antiguos desconocidos
Mi idolatrado cuerpo, conocido
-eso creía yo- al que me ata
con cada vicio antiguo mi insensata
afición de apegarme a lo sabido.
Después de tanto tiempo compartido,
sentirlo, sangre y piel, es una grata
sensación, aun si a ratos me maltrata
su esqueleto de hueso dolorido.
Por eso ha resultado una sorpresa
mirarlo hoy con distancia, no sabía
que apenas, poco y mal, lo conocía.
Que solo es esa cáscara que apresa
un alma que viviendo se enriquece
mientras que él se arruina y envejece.
Reconciliación
Duele vivir.
Y da pavor no hacerlo…
Respirar, aunque ya no esté la rosa
por regalarnos su mejor fragancia ,
se ha vuelto para el pecho una costumbre.
Y no hay corazón que no desee
presenciar con placer cómo se rinde
el rigor del invierno y sin recato
reverdece una nueva primavera.
Toca reconciliarse con la vida,
buscar esperanzado en la textura
del alba algún acento cristalino,
capaz de devolverle el brillo al aire.
Y aprender a exprimirle a tu sollozo
incandescentes rimas cada noche.