ANÁLISIS

Explicación de lo obvio, por Morgana de Palacios

No me importa si llegas o te alejas,
no interesa tu afecto ni tu olvido,
lo que duele es que me hayas ofrecido
tantas mieles de amor y ahora me dejas.

Y me dejas soñando tus consejas,
esos cuentos de Venus y Cupido
son leyendas que hubiera yo aprendido
aunque fueran historias todas viejas.


De tu boca de miel me sorprendía
la imagen que tus voces me creaban
exaltando feliz mi fantasía.

Seres de extraordinaria zoología,
unicornios, pegasos que volaban
y yo diosa de tu mitología.

Este soneto necesita una revisión en profundidad, más trabajo, más detenimiento. Hay acentos mal colocados, verbos que no están en el tiempo lógico que correspondería a la frase.

Veo preocupación por dominar la métrica, cosa que me parece bien pero absoluta despreocupación del mensaje a transmitir. No todo es cuestión de hacer un soneto por cada pensamiento que le pase a un autor por la cabeza: tristeza, alegría, sordera o mitología.

Una cosa es la sencillez, la naturalidad al expresarse y otra muy distinta el conformarse con frases facilonas y sin altura. La compulsión de escribir no debe dejar a ninguna voz poética en la más absoluta mediocridad. Toda obra debeser trabajada, meditada.

No es cuestión de no tener errores, todos los tenemos y entre todos, intentamos corregirlos. Pero un autor debe molestarse en presentar un trabajo en condiciones.

Para elaborar un tema hecho prácticamente a vuela pluma y que no sea un ripio, hay que tener una experiencia, darle vueltas y vueltas, matizarlo, corregirlo, pensar otras palabras que podrían mejorarlo. Darle altura, en definitiva.

Yo no digo que todos los poemas improvisados sean ripios, digo que es fácil hacer ripios cuando uno va a toda velocidad, sin detenerse en los detalles de un tema.

Yo he ripiado mucho, sé lo que me digo.

Hay varios tipos de comentarios:

El que te dice «que bonito», pongas lo que pongas, porque tampoco les interesa el criterio para los suyos propios, así que no lo ejercen. Estos son los de coméntame que yo te he comentado, sin más y jamás van a aportarle nada al autor.

El irónico prepotente, que te analiza verso a verso sacándote las pegas para demostrar que sabe lo que dice mientras te tira por tierra el poema completo.

-El que directamente te ignora para no descender del Parnaso a comentar mediocridades, y el que, de alguna forma, potencia lo bueno e intenta que el autor vea lo mejorable.

La poesía es un pálpito interior y eso, no se puede aprender ni todo es cuestión de ejercitar, sin más. Hay que analizar los textos de otros autores, el por qué esta frase que uno pondría así y ese autor la pone de esta otra forma.

Hay que detenerse en el propio sentimiento y escribir intentando decir las cosas de forma original, con la propia voz. Decirlas como no las ha dicho nadie.

Si no haces obras de arte, al menos serás fiel a tu entendimiento.

SONETOS

Morgana de Palacios – Tres sonetos

Tengo mente de virgen

Tengo mente de virgen por más que me reparta
y me mastiquen ojos como manos,
por más que me desnude de luto en las aceras
y me penetren lenguas en todos los idiomas.

Puta mente de virgen, de vigilia y viacrucis,
aunque me abra de letras para el mundo
y me subasten boca, y me regale a trozos
de tripas y garganta y pieles y vocablos.

Yo nací para sola sobre un montón de sombras.
Soy la sola que sabe que todo se termina
por más que lo disfraces de principio.

No te llames a engaño. Yo no soy la que ves
expuesta en la vitrina de la sensualidad.
Soy sólo lo que callo. Mi silencio.


Terca

No soy tuya, Tristeza, no cantes tu victoria
que aún me quedan sueños y algunas realidades
para gozar despierta y guardo en la memoria
las guerras que has perdido contra mis soledades.

Sin prisa mas sin pausa, escribiré tu historia
vulgar por cotidiana en mis carnalidades
pero, nunca lo dudes, no te daré la gloria
de verme sometida a tus cautividades.

Como un junco, Tristeza, me doblego a tus vientos
para que no me arrastren mis propios sentimientos
ni me sajen el talle tus salvajes cuchillos.

Soy tan terca, Tristeza, que no me vuelves loca,
tan dura que si quiebro me rompo por la boca
y escupiendo los dientes, me crecen los colmillos.


Carnada para un silencio

Ante el murmullo obsceno de la vida
me sucede el silencio como un rito
que se opone al enjambre de la letra tendida
al sol que más calienta y su estridente grito.

Se desdice de mí mi consabida
pasión por el vocablo nunca escrito
y cronometro el caos, el vértigo, la herida,
reina de la quietud sobre la que levito.

Con la voracidad de la indigencia,
a su anorexia, lánguida, me presto
como virtual carnada silenciosa.

Y me dejo morir en su presencia.
¿Volverá la palabra en manifiesto
tras el mustio cadáver de la rosa?

SONETOS

Henrry Di Spirito – Solange Schiaffino

Te presiento

Estar sin mí, sin lengua y sin sonido
incognito de todos y en la nada.
Dolor sobre el dolor de la tonada
que asoma su rumor inadvertido.

Me alejo de mi centro indefinido
sobre una cuerda floja o mal tensada
un poco a tientas, ser a ser, callada,
labio a labio, la noche, que se ha ido.

Sólo el sudor sobre el sudor, la mano
sobre mi mano, muro a muro, adiós
sobre el adiós, lo siento en el lo siento

no puedo en el rumor, rugir lejano
del labio sobre el labio, dos a dos,
piel a piel, verso a verso. Te presiento.

Henrry Di Spirito


Lo siento

Cuánto duele escribir dolor, lejana
sin que mi mano esté sobre esa mano
medirme en cuanto digo, si un vilano
acaso, y no temer en la ventana.

Cuán difícil estar y ser nirvana
sin memoria, ser libre en este plano
y ofrecer las estrellas de un arcano
que abrigase certezas del mañana.

Pero si muestro cuerda y sus dos puntas
o que el centro lo es más si compartido,
siento que ya mi sol no es placentero.

que disfrutes la vida a la que apuntas,
es todo cuanto espera este latido
y aún puedas creer que sí te quiero.

Solange Schiaffino


Compromiso

No sé si te parece sea absurdo
pero sé que no miento si declaro
que el Sol es sólo Sol y no pasado
y el mar es sólo mar y no futuro.

Y es que me desentiendo de desnudos
azules o salobres e incendiarios:
desdigo del galope de caballos
de alquitrán que recorren mis dos mundos.

Verás, las cosas piden que las nombre
y haga versos de cal y lluvia fina
en mi camino de regreso a casa.

No has de temer a párpados insomnes
ni a mis quebrantos de promesas idas
en esas noches de amapolas blancas.

Henrry Di Spirito


Mis quisiera

¿Quién dice que la vida es trazo recto?
¿Acaso desdecirse no es lo mismo
que aceptar este avance con realismo?
tampoco yo le creo a lo correcto.

El todo no equivale a lo perfecto,
porque vengo de historias sin lirismo,*
y decir un te amo en el abismo
tiene de pan y piedra como efecto.

No maquillo los nombres de infinito
y si beso no quiero lo que era
pero el miedo se instala como escudo.

Quisiera que se oyera más bonito,
que daría también la vida entera,
que solo digo: «Amor» y ya no dudo.

Solange Schiffino



Jordana Amorós – Isabel Reyes

Curriculum vitae

Para bailar la conga hasta la aurora,
jugar al mus, cantar en un sexteto,
reír o hablar de todo lo indiscreto,
siempre a alguien se encuentra a cualquier hora

Cuando, después, su faz abrumadora
muestra la vida y te somete al reto
feroz que te devasta por completo,
compruebas que contigo nadie llora.

Otro fracaso más que condecora
un «curriculum vite», ya repleto
de ellos, conformando un mal panfleto
de nuestra humana esencia perdedora

El mío, escrito a golpe de soneto
desde una lejanía sanadora.

Jordana Amorós


Entre alfileres

Mi vida, esta fugaz luminiscencia
que ante mis ojos pasa evanescente,
me clava un aguijón incandescente,
me induce a sopesar mi resiliencia.

Pensaba que tenía resistencia
ante los avatares del presente
y sin forzar el alma ni la mente
rendida voy perdiendo la existencia.

Entregada y vencida, mi camino
se encuentra envuelto en una bruma oscura
y solamente veo anocheceres.

Ante el lance final yo me reclino
y os dejo en testamento la locura
de una vida sujeta entre alfileres.

Isabel Reyes


Mayo impenitente

Caminar por la calle con los pasos cansados
del que ya ha recorrido su camino en la vida,
posando sobre el mundo la mirada perdida
y carente de brillo de los desengañados.

Comprobar que usa lentes de cristales ahumados
el olvido y, si encuentra la cara conocida,
no recuerda quién era ni cómo se apellida
ese gesto que emerge de los años pasados.

Sentarse en algún banco, calcular cuánto queda
para llegar adonde termina la alameda
y si tendrá su cuerpo la fuerza suficiente.

Tragarse la congoja que oprime su garganta
y le nubla los ojos cuando un pájaro canta
y alrededor florece un mayo impenitente.

Jordana Amorós


Siembra

Y porque a veces, aun si inesperadas
las cosas ven su fin y alguna llega
a aquella plenitud con que se niega
el destino, o quizás porque pasadas

se descubre que fueron deseadas
yo seguiré apostando por la entrega
sólo a favor del bien, contra la ciega
mentira frente a esperas infundadas.

Pues no haber redención no significa
rendirse ebrios de muerte a los agravios
o entregar la razón a la derrota.

Nos cabe hendir los campos con la pica
y hechos azada manos, piel y labios
sembrar, siempre otra vez, la tierra rota
.

Isabel Reyes



SONETOS

In memoriam

Gerardo Campani – Argentina

El idioma francés

—Quesquecé?—Celagom’e. La pregunta
un poco, y sobre todo la respuesta,
nos sintetizan y compendian esta
metafísica lengua. Aquí se junta

la ciencia con el arte, que barrunta
el lacanismo zen en unas fiestas
de máscaras, de sumas y de restas
de gran madeja y de ninguna punta.

Con el telón monumental de Chartres,
la crema intelectual de nuestros númenes
pergeñará novísimos resúmenes

de los Lyotard, Foucault y Jean-Paul Sartre.
Y mientras los sajones son los malos…
¡escriben y declaman nuestros galos!

(De su libro: Flatus vocis)



Vicente Mayoralas – España

Perdido

Hoy llevo tanta prisa, que adelanto
el paso para ver si me reencuentro
con ese otro yo que fue a mi encuentro
y juntos nos perdimos entretanto.

Cuánto paso mortal, cuánto quebranto
en ese caminar de fuera adentro,
en una regresión al mismo centro
donde yacen las huellas del espanto.

Buscar y rebuscar y no encontrarme.
Seguir y perseguir tan sólo sombras.
Caer y recaer conmigo mismo.

Esta es la cruz de mi tragedia: fiarme
de tu voz, compañero, si me nombras,
sabiendo que procedes de mi abismo.



Alejandro Salvador Sahoud – Argentina

Luz y maleficio

Una mujer de luz decapitada
avanza prodigiosa
hecha de alteridad como una cosa
prudencialmente efímera si alada
es sonoro animal. Crece su rosa
de páginas de sal. Despetalada,
su boca tormentosa
hace nacer un dios por madrugada.

Una mujer de luz cumple el oficio
de la sabiduría.
Ciñe su amor a mí como un cilicio
que la vuelve sangradamente mía.
Yo soy el maleficio.
Suya la hechicería.



Manuel Martínez Barcia – España

La patria insalvable

Siempre quiso tu vida saberte ingobernable
-con vocación de luz sembrada en la utopía-
buscándote de frente, por si hubiese algún día
turbado por dolor entre lo deseable.

Corazón de mujer por arma incontestable
enarbolaste tú la gran melancolía
y lo enjuto del ser por toda compañía,
igual que la bandera de una patria insalvable.

El viento de la noche gira sus remolinos,
desordena los pasos que ahondan los caminos
con las huellas del sur tan sólo por herencia.

Eres símbolo ahora, raíz entre los pinos
que señalan la ruta de antiguos peregrinos
a templos del placer, o acaso coincidencia.

ARREBATO Y PASIÓN

¡Hala, Madrid!

Miguel Urbano – Sergio Oncina – Jordana Amorós

(sonetos)
Miguel Urbano

Aunque al Madrid derriben en la lona,
que el rival no se fíe, no se achanta,
pues con orgullo siempre se levanta
y en la lucha jamás su fe abandona.

Un equipo que no se desmorona
ni de retos difíciles se espanta,
al contrario, en la lucha se agiganta,
y rey en los estadios se corona.

¡Hala Madrid! con ánimo me entrego
a tu magia, a tu espíritu, a tu juego
que adorna tus vitrinas con blasones.

¡Hala Madrid! gritaba la afición
teniendo en la garganta el corazón:
en Saint-Denis seremos campeones.


Sergio Oncina

No me des más milagros. Has vencido
y me rindo a la magia . Yo te veo
cada día, real en tu apogeo,
y siempre que prometes has cumplido.

Te tengo fe, Madrid, porque perdido
tú siempre resucitas. Yo te creo
capaz de derrotar al más ateo
remontando en un último partido.

Porque no hay imposibles para ti
y, si dudo, evidencias que es así.
Porque das emociones y alegría

sin pedir nada a cambio, solo estar.
Porque si hay otro modo de ganar
elijo el tuyo, honor y valentía.


Jordana Amorós

Sin poderlo creer, ebrio de euforia,
el buen aficionado madridista
festeja con pasión esta victoria
tan incontrovertible e imprevista.

Siente que saborea ya las mieles
de la decimocuarta copa ansiada
¡Que vayan preparando la Cibeles,
que tal celebración será sonada!

Lógico es que, aupados con millones,
remonten y confirmen sus blasones
en la gesta que siempre se recuerda.

Sin quitarles su mérito, yo apuesto
por el triunfo moral de lo modesto
y digo: !Viva El “Alba”, manque pierda!

ARREBATO Y REFLEXIÓN

Secuelas de Violante

Natalia Alberca – Sergio Oncina

(sonetos)

Si Lope levantara la cabeza,
y viera las secuelas de «Violante»,
ante tanto poema petulante
se nos muere de nuevo, con certeza.

Yo también acometo esta proeza,
la magna gesta; en este mismo instante
surge mi verso prístino y brillante,
demostrando pericia y agudeza.

Se eleva mi autoestima con el logro
y me veo pletórica de ingenio,
triunfadora, poeta de prosapia.

Si, llegado el final, no lo malogro,
conseguir un soneto primigenio
es incluso mejor que hacer terapia.

Natalia Alberca


¿Qué pasa a los poetas de internet?
¿Por qué nos ametrallan con lo mismo?
¿Por qué tanto Violante? Qué simplismo,
siempre eligen el pollo en el bufet.

No les pido delicias de gourmet,
solo algo original, ningún cultismo.
Tampoco necesito un heroísmo:
que si tienen jamón no escojan fuet.

Que si saben pensar piensen primero,
antes de repetirse como el ajo
escribiendo un soneto chapucero.

Innovad, aunque cueste más trabajo,
que copiar las ideas de un tercero
no es homenajear, es caer bajo.

Sergio Oncina


Quisiera ser divina de la muerte
manejando las rimas y las prosas,
tal como lo eres tú, puesto que osas
replicarme al soneto de tal suerte.

Mas soy feliz al ver que te divierte,
y agradezco tus frases generosas,
pero no te confíes, que las diosas
son volubles: permite que te alerte.

De su favor gozaste hasta el momento:
innovador, insólito, inspirado,
gourmet del verso, amante del jamón.

Diste a menudo muestras de talento,
pero debes tener mucho cuidado
que los “violante lovers” son legión.

Natalia Alberca


La volubilidad de las diosas
es tema aparte: Diana, Talia, Hera…
No permito injerencias caprichosas
de musas que visitan a cualquiera

con versos y palabras cariñosas.
La ausencia de razón me desespera
y aunque parezcan reinas dadivosas
desestimo su gracia milagrera.

Porque soy yo, si fallo, quien me quiebro,
y no hay divinidad que me consuele,
cada migaja de talento es mía.

Nace de las entrañas y el cerebro.
Arrulla y reconforta. Daña y duele.
Es entusiasmo, alma y energía.

Quizá tu poesía
la escribe un duendecillo y a su magia
le sobra buen humor y verborragia.

Sergio Oncina

CATORCE VERSOS

Jordana Amorós – España

Pájaro de nieve

En mi ventana canta un pájaro de nieve
con un trinar que habla de un pálpito aterido,
una canción que nunca jamás había oído
y al escucharla toda mi alm
a se conmueve.

El color de la tarde ya no es tan desvaído
y al tiempo sin textura le presta su relieve.
Hay una bocanada de suavidad que mueve
el aire, que en su encaje se queda entretenido

Con qué fervor quisiera aprender de su humilde
manera de olvidarse de sí, de hacerse albricia,
más allá de la anécdota del helor y su duelo.

Y practicar el arte de colocar la tilde
de mi decir en donde la voz se hace caricia
de pluma y se ensimisma en el placer del vuelo.


Sergio Oncina – España

La barca

Mecido por el mar, seguro y reo,
a merced de los vientos y la luna
soy Calypso, Penélope, Fortuna
y rico en soledad, cuanto deseo.

El cielo me acompaña y no me creo
esta suerte de calma, la oportuna
cadencia musical bajo mi cuna,
la extrema suavidad del bamboleo.

No lucho contra nadie en el camino,
barquichuela sin quilla a la deriva,
madera sobre el agua sin destino.

No sueño y tengo estrellas al alcance,
luciérnagas que miran desde arriba
la inconsciencia infinita de mi avance.


Morgana de Palacios – España

Relampadare

Quién no abrazó interminablemente
en un instante íntimo de exilio,
la plenitud salvaje de un idilio
hecho de carne y vísceras y mente.

Quién no abortó irremediablemente
algún amor gestado, sin auxilio,
en cualquier clandestino domicilio
ante un prohibido hogar de llama ausente.

Por el relámpago de un disparate,
quién no ha muerto en la gloria de un combate
de amotinadas sábanas furtivas,

para resucitar, sola y desnuda,
con la triste impudicia de una viuda
de muerto corazón y manos vivas.


LOS CANTARES DE ALCOHOLADO

Antonio Alcoholado – Reino Unido

Image by Maike und Björn Bröskamp from Pixabay

El agujero, un relato en sonetos

Miraban todos por el agujero
y la curiosidad me sugería
unirme a ellos, aunque todavía
tenía que afrontar un grave pero:
mi condición de raro y forastero,
exhausto de medirme cada día
contra el desdén hacia mi extranjería,
teniendo siempre que empezar de cero.
Al verlos, sin embargo, de ese modo,
ante el boquete absortos y apiñados,
parecía que ya el entorno todo,
el horizonte inmenso a ambos lados,
eran nada; y sentía, como un grito,
la llamada de aquel agujerito.


Es un apacible entorno:
prados verdes, bosque denso,
cielo de color intenso,
montes de dulce contorno.
Sin superfluidad de adorno,
en las casas, un consenso
por pertenecer al censo,
y pan salido del horno.
Algún vestigio romano,
una iglesia y un castillo,
y un antiguo ciudadano
con sus aires de caudillo
recordado en una piedra
que ahora cubre la yedra.


Y a solo unos pasos de aquel monumento,
el gran artilugio que a todos absorta:
apenas un mueble de altura muy corta
con ese boquete, magnífico invento
que ansiaba explorar, llegado el momento,
si así me dejaban, pues no les importa
la gana que el otro, distinto, soporta;
según sus razones, no tengo argumento.
De mí recelaban por ser un extraño,
y entiendo el temor a mi diferencia,
a no respetarles sus leyes de antaño…
Por eso, aquel día que al fin mi paciencia
obtuvo su fruto, miré agradecido
por ese agujero… y aun más, sorprendido.


Dentro del hueco existía un prodigio:
toda la villa, en detalle y aspecto,
un ideal apolíneo y selecto,
cuna de eterno prestigio;
toda su gente, sin mal ni litigio,
solo elegancia y ejemplo perfecto,
formas amables y trato correcto,
música en modo mi frigio.
Todos con ropa de marca famosa;
ellos, peinado impoluto y ellas, audaz maquillaje;
autos de manufactura ostentosa.
Sí, miniatura sublime y un reducido paisaje.
Pero contentos de, cada segundo,
verse cual centro y ombligo del mundo.


Cuando al plano real retorné la mirada,
sentí por un momento la sórdida tristeza
por ellos compartida, la constante certeza
de no ser quien pareces en vida figurada.
Y cuando preguntaron, con mi mayor sonrisa
de reconocimiento, les alabé el buen gusto.
Apenas esto dije, y en el momento justo
volvieron a apiñarse junto al hoyo, deprisa.
Allí se acomodaban a insultos, a empujones,
como no quieren verse, como son de verdad,
ciegos a la existencia más allá de sus ojos,
sumidos y enredados en fatuas ilusiones,
a conciencia atrapados en aquella oquedad,
como si solo fueran un montón de despojos.


Porque soy extranjero
y siento diferente,
no encuentro inconveniente
andar el mundo entero.
Lo de aquel agujero
me es insuficiente,
pues paso a paso, enfrente
hay más, y verdadero.
Recogí mi equipaje,
retomé mi camino:
el cambiante paisaje
es mi mejor destino,
y la naturaleza
me explica mi rareza.

LOS CLÁSICOS

Sergio Oncina – España

La alborada

Hay quien busca la luz en la mentira
y se alumbra con lunas. Pide besos
ingenuos en un feudo de embelesos
y frente a la verdad sufre y delira.

Quiere verse en el sol y cuando mira
solo descubre ímpetu y excesos,
sentimientos agónicos y presos
que no sabe plasmar, rayos de ira.

No conoce la voz inmaculada,
la palabra perfecta que se asoma
al balcón de un poema transparente,

el verbo que ajusticia en la alborada
los miedos a las noches del idioma
y te desnuda agudo e insolente.

(Soneto)


Isabel Reyes – España

Daría

Daría todo el mar, todo mi anhelo
y el agua de mis ojos, mi llanura
con tanta sed de sal y tanto miedo

Daría el sufrimiento, los senderos
de tu boca a la mía, tantas leguas
que median de mi abrazo hasta tu cuerpo.

Daría el trigo verde y el silencio
de tu nombre crecido en los bancales
de mi heredad estéril tanto tiempo.

Daría estarme siempre entre los remos
de tus barcas y el mar, y estar contigo
más allá de los campos y del cielo.

Daría todo ahora, cuanto tengo
de bello en torno mío: las palabras
y el viento delicioso en que te envuelvo.

Por saber qué nostalgia, qué misterio
hay más allá, amigo, hay más acá
de esta orilla en que vivo y no te encuentro.

(Tercetos de Arte Mayor)


Miguel Urbano – España

Te busqué

Te busqué por las cumbres y los ríos,
por selvas y por ricos cafetales,
por remotos espacios siderales,
y por piélagos, cálidos y fríos.

Te busqué sin rendirme a desafíos,
por oasis de verdes palmerales,
por áridos desiertos minerales,
y por volcanes, mansos y bravíos.

Te busqué en el bullicio y en la calma,
sin cesar te soñaba noche y día
siendo de mi existencia ansiada palma.

Y cuando el desaliento me vencía,
al asomarme al fondo de mi alma
al fin te hallé, mi amada, poesía.

(Soneto)


Morgana de Palacios – España

Ciclotimias

Entre ¡vivas! y ¡mueras! me nazco solitaria,
nadie se asombre pues si escéptica me muestro
metáfora baldía y correligionaria
de los que no rezaron jamás un padrenuestro.

Simbólico aluvión de sangre derramada
en arenas extrañas a despecho de azares,
no encuentro mi lugar en ninguna alborada
ni sueño en publicar mis obras ejemplares.

Nací para ser libre con las manos abiertas
que se han ido colmando a traves de los años,
de brillantes esposas y de cerradas puertas
de todos los colores y todos los tamaños.

Hay quien inventa falsas conjunciones astrales
y en alarde piadoso se acaricia a sí mismo
con el polvo de estrellas de las aparenciales
orgásmicas visiones de su propio espejismo.

En la exacta frontera de las pulsiones grises
yo vivo a ras de suelo, casi definitiva.
Si tropiezas conmigo ¡cuidado! no me pises
que suelo revolverme si no hay alternativa.

(Serventesios de Arte Mayor)


John Madison – Cuba

Love cactus

Te encontré y no sabía que guardabas la llave
del orden de mis mundos, nightmare en rebeldía.
Te encontré como encuentras para un ánfora el agua.

Con esa fe imposible, yo encontré tu abadía.

Te encontré y ahora tengo que levantar diez puentes
de Madison en vuelo, poética osadía,
para activar la risa de tu barca nocturna,
verano de mi sangre al declararse el día.

Hoy he pensado en ti, en tu aroma de impúber,
conjugación almática de antigua novia mía,
y he sentido nostalgia de tu loca costumbre
de alunizar espléndida en mi casa baldía.

(Romance heroico)


Natalia Alberca – España

Futuro imperfecto

Un mal día dejé de conjugar
el futuro perfecto. Se esfumó
de aquel libro gastado de gramática
que solía leer asiduamente.

Y me topé de frente con la fobia
que me causaba el modo imperativo.
Con el condicional me consolé,
intentando pensar: ¿Y si tan solo

fuera una pesadilla?¿Si eso nunca
pasó? Me ilusioné con el acaso
que el subjuntivo, amable, me ofrecía

con rasgos irreales. No me queda
salida; aceptaré que mi vivir
es tan solo un gerundio: subsistiendo.

(Soneto)

EL ARTE DEL CONTRAPUNTO

John Madison – Eva Lucía Armas

Love cactus

Un cactus floreciente es toda ella
para mi corazón, otoño en trance,
y solo el verbo Sol de mi sistema
planetario da voz a su elegante
poética manera de abrazarme.

Un cactus floreciente, una rareza,
acuática es su risa de muchacha.
Cactácea verde mar que a mí asexuada
espiritualidad ha conquistado.

El Ra de mi nocturno round terráqueo:
El amor verdadero es mi cactácea.

Aguacero astronáutico en mi nave,
sambando va su lluvia por mi casa,


2

Te espero en la otra vida, allí te espero
con mis deudas saldadas, bajo el signo
de otra era animal, amor, te espero.
Con mi voz de poeta volcánico te espero.

En la ladera oculta de la luna,
en los campos de Orión,
allí te espero
para poblar de flores tu canción,
de renovados besos tu vivero.

Encontrarás mi savia en otra piel,
pero sabrás que es Juan, el de los versos.

John Madison


La vida y sus problemas nos envuelven
con espinas peores que las mías.
Yo suelo ser aloe curativa
o tunita de azúcar si me quieren.

Espinitas por fuera, miel por dentro,
me defiendo a mi modo de las cosas
pero tu corazón me desemboza
con su boca que vuela a contraviento.

Algo de mi dulzor se ha despertado
como un loto fugaz por tu palabra
y, rosa del desierto, aquí te habla
mi pétalo de agua, desflecando
una razón de estrellas singulares.

Juan de los versos, Juan que siempre añades
un fondo universal a mis espacios.

Eva Lucía Armas


“Mi corazón es tuyo”, dije un día
hace ya algunos años, flor de loto.
Mi corazón que entonces era un frágil
misal que no encontraba su acomodo.

Mi corazón que escribe sin reposo
en el norte caudal de su obra pía
la fecha en que tu amor de Cataleya,
dio muerte con su voz a mi perfidia.

Tu amor sin condición, tu amor de altares
tu amor es mi oración,
tu amor mi salve,

tu amor me llevo yo, mi Eva Lucía
junto a la luz de Dios cuando él me llame.

John Madison


A veces, ya sabés, amortiguo la espina
y me vuelvo una grosella verde
para esa boca tuya, dorsal y masculina.

Una grosella ácida que arde
por dentro de tus ganas y ambarina
se licúa en sus rojos
fiel al mordisco oculto de tus ojos.

Un talle milenario que se inclina
en alas de tus vientos sin canceles
y aparca los enojos
en un grito de luz, alada harina
para el pan de este Juan

y sus antojos.

Eva Lucía Armas


Animal de platea, vivo siempre
en tu sueño irreal que me descorcha.
Como un moet chandon soy en tu boca,
el banquete en tu mesa de los viernes.

Tu harina de moldear tu permanente
festejo literario, soy tu pronta
máquina de inventar. Yo soy tu honda
bahía espiritual, el hombre en ciernes

que juró lealtad hacia tus versos.
Es tuyo mi monólogo despierto,
mi ópera visceral y sus semillas,

mi poniente y mi luz. Tuyo mi arpegio
de pajarero atlante, tuyo el fuego
hacedor de mi tierra prometida.

John Madison


Algo hay en vos de superhéroe Marvel,
algo de extraño ídolo pagano,
de niño del tambor, de árbol de antaño
henchido de crepúsculos que arden.

Un espíritu errático que implora
por sed al agua que su mano junta,
y un mineral recrudecido en jungla,
una anfibología que me nombra.

Te escucho en las ausencias más presentes,
como una oximorante receptiva
escucha las respuestas que no entiende.

Y te percibo al pie de mi silencio,
figura universal que se alza en vuelo
si coincide su alma con la mía.

Eva Lucía Armas


SONETISTAS

Miguel Urbano – España

El hombre que me habita

El hombre que me habita tiene talla,
su noble corazón amor rezuma,
ante la sinrazón presta su pluma
y raudo se dispone a la batalla.

El hombre que me habita no se calla
ni por nada se arredra ni se abruma,
a la causa del bien su esfuerzo suma
y sale a flote si su barco encalla.

Quiere sembrar de abrazos el camino,
soñando siempre en alcanzar la meta
va con el rumbo fijo a su destino.

A la vida dibuja una pirueta,
y tiene un no se qué de peregrino…
El hombre que me habita es un poeta.



Sergio Oncina – España

¿Qué me queda?

La luna es un satélite desierto
y no creo en los dioses ni en la magia,
¿cómo voy a frenar esta hemorragia
de números sin fe, de un mundo yerto,

de tener desalmado más acierto?
¿Cómo voy a soñar si se presagia
el fin y el pesimismo se contagia?
¿Qué me queda? ¿Morir entre lo cierto?

¿Reír sin que se note cuánto duele
ocultar cada lágrima maldita
detrás de una mentira que consuele?

¿Abandonarme exánime por mudo?
Queda la voz y la palabra escrita,
el verbo honesto, indómito y desnudo.



Jordana Amorós – España

Alienaciones

Me refugio en lo idílico, de raso
azul celeste pinto el gris que aploma
el horizonte y visto de paloma
al halcón montaraz si llega el caso.

Fuerzo destellos en mi vida roma
hasta que arde, veo siempre el vaso
casi colmado aunque luzca escaso
e incluso a la huesuda tomo a broma.

Si a mi realidad no la depuro
tras un cristal rosado, es lo seguro
que habrá de ser motivo de incomodo.

Ayuda a transitar las estaciones
el ir coleccionando alienaciones.
La ceguera es un don, después de todo.



Morgana de Palacios – España

Con la cola del viento

No te duelas por mí, que me sobra entereza
y no le tengo miedo ni al cáncer ni a la muerte.
Estas cosas ocurren en la naturaleza
y no soy excepción por no tener más suerte.

Déjate de llorar que yo no quiero verte
naufragando en el llanto sin tener la certeza
de que vaya a morirme. Pretendo conmoverte
con los ripios burlones que rondan mi cabeza.

Todavía soy joven, todavía me altero
con la hombría de alguno, todavía me muero
por aquel que se ríe del mundo y su falacia.

Créeme si te digo que prefiero, sin duda,
vivir intensamente cuatro días desnuda
a diez años vestida de luctuosa desgracia.

EN CATORCE VERSOS

SONETOS

Morgana de Palacios

Jordana Amorós

Lo mío

Lo mío es el silencio a bocajarro
y es el sí pero no de los dementes,
si juego al mordisqueo con los dientes
en la vorágine del despilfarro.

Por algo soy la reina de un cotarro
que es un milagro de maledicentes
misántropos de lenguas impacientes
que teorizan sobre mi desgarro.

Lo mío son las pieles con blindaje
que huyen de la quema, el sabotaje
del odio que de traumas se enguirnalda.

Los soldados del alma rompen filas
en la fatalidad de mis pupilas
y ¡sálvese quien mate por la espalda!


Cave canem

Nunca le tendré miedo a tu furia suicida,
-dueño del lupanar de las descalzas-
ni al vítreo humor que mana de tu memoria herida
ni al púlpito de ira en que te alzas.

Siempre culpaste al mundo de tu propio fracaso,
-indianajones virtual del malditismo-
oscuro proxeneta del imparable ocaso,
epicúreo voraz desde tu abismo.

Gozar manipulando perversiones ajenas
para sacar partido de alegrías y penas,
nunca resulta fácil. Triste lauro

coronando las sienes de tu instinto.
Mi miedo se murió en tu laberinto.
Cave canem…recuerda, minotauro
.


Oblitare

Se me perdió el amor sobre una cama,
me lo dejé tirado como un chal que se olvida
y se recuerda sólo cuando el frío reclama
su calor por los hombros de la vida.

Desechando aspavientos melindrosos,
me acostumbré a temblar sin su seda crujiente.
No me cegaron más sus destellos luctuosos
ni su revuelo me enturbió la mente.

Se me olvidó el amor, su olor, su tacto,
en el momento exacto
de pisar el asfalto de charol.

Nada me hizo volver a buscar su cobijo,
fue la calle acertijo
que esplendió ante mis ojos con el sol.


A ese lo compro yo

A ese lo compro yo. Dime ¿Qué cuesta?
¿La libertad, la paz, un magnicidio,
o tan sólo tu gesto de fastidio
por la boca que esconde su respuesta?

La manzana podrida de la cesta
la quiero para mí. Su voz de ofidio
reptando por los muslos del suicidio
con cara de ganar siempre la apuesta.

¿Disoluto y voraz, dices, vampiro?
¿Nosferatu del aire que respiro?
¿Visionario y Babel?

¿Cuánto vale su vil bala perdida?
¿Qué precio hay que pagar? ¿Sirve la vida?
Yo me quedo con él.



Silencio

En brazos del silencio hoy busco mi acomodo.
Con discreción de amante, su amable terciopelo
me envuelve y yo lo siento un delicioso modo
de olvidar el mundano fragor y su escarpelo .

A mí misma me niego el mínimo sonido,
renuncio a que se sume mi lengua puntiaguda
al rito del escándalo, antes que darla al ruido
elijo libremente el estatus de muda.

Diré que se me ha roto la voz en la garganta
y me callo mi hastío y que se me atraganta
el bocado indigesto que se ha vuelto la vida.

No quiero malgastar saliva rebuscando
la palabra forzada que no acabe sonando
en mis labios de escarcha a triste despedida.


Génesis 3.0

Días de lluvia, hastío, miedo y llanto,
en que reina un silencio diferente,
y es obligado ser sobreviviente
a base de encerrarse a cal y canto.

Sentir la incertidumbre en el ambiente,
vivir la indefensión, sufrir quebranto
¿ qué huella dejará de solivianto
en nuestro imaginario impenitente?

Y después de este tiempo detenido,
el soñar con volver a todo aquello
que nos trajo hasta aquí ¿ Tiene sentido?

Más bien debiera el hombre plantearse
su absurdo existencial y en un destello
de lucidez, volver a reinventarse.


La cadencia perfecta

Lo siento, hoy no me inspira la musicología
preciosista, aspirante a lo imperecedero,
de esa que se obtiene tallando con esmero
la palabra vacía.

¿De qué me serviría
gastar treinta segundos buscando en el tintero
los melismas que aúpen mi nombre al candelero
cuando ya no me queda ni media avemaría?

Ahora lo que urge
es disfrutar absorta la cadencia que surge
desde la sangre adentro y te endulza el latido.

La que te va evocando
los rostros familiares de los que has ido amando,
cuyas sonrisas dieron a tu vida un sentido.


Un aleteo triste

Siempre estas ganas de salir corriendo,
de huir de la diabólica rutina
del silencio y la espina
en la que hace ya tanto me vengo consumiendo.

Siempre la voluntad que predomina
de continuar cumpliendo
con tu papel estúpido , sonriendo
mientras sin ruido mascas la obviedad de tu ruina

Un aleteo triste,
rumor a libertad en cielos irreales,
es todo el desahogo que el cuerpo se consiente.

Si el corazón resiste
y late , aun malviviendo, trabado entre zarzales,
pues qué va a hacer el alma, tan mística y prudente .

SONETOS

Morgana de Palacios

Pájaros

No me quedan más pájaros en la imaginación,
huyeron de la quema en este Agosto ardido.
Se han llevado mi rostro, mi nombre, mi apellido,
las ganas de latir del corazón.

Ya no reparto pájaros para la rebelión
de todas las razones que matan el olvido.
Se me resiste el aire al vuelo desabrido
y el alma se resiste a la emoción.

Estoy pagando caro el íntimo arrebato
por no leer la letra pequeña del contrato
que firmé este verano cuando me volví loca.

Jamás decir te amo, en serio, al contrincante,
no te hará más feliz, pero es más elegante
que amanecer sin pájaros que beban de tu boca.



José Luis Villena

Plenilunio

Tan callada la hora, tan dormida,
tan ayer el olvido y el recuerdo,
casi tibia la albura en la que pierdo
el escaso relieve de mi vida.

Soy la sombra que encuentra la salida
por el lado contrario, por lo izquierdo,
y en la noche que vuelve loco al cuerdo
busco la magia negra, la prohibida.

El aire lleva tinta y me supura
el aliento de voces nocturnales,
que silabeo con mi lengua oscura.

La luna con sus nombres desiguales
me murmura en la boca y la blancura
se ahonda en mis penumbras abisales.



Manuel Martínez Barcia

Negro e impar

También a ti tendrá que sucederte
lo que nos precipita contra el muro
anunciando el latir de lo inseguro
con manso corazón sobreviviente

y esa lidia constante de la suerte,
enigma en la ruleta del venturo,
su interminable azar, y de lo oscuro,
mañana en la intención con rumbo inerte.

Y también te dirán que es utopía
hollar el porvenir con tirafuera
por ver si la fortuna es doblegable.

Las puertas del destino, llave un día,
cerrarán para siempre su frontera
contigo al contraluz más insalvable.



Jordana Amorós

Extenuación

Esta gravosa cruz que llevo a cuestas
es a ojos de todos invisible
y el que no tenga el cuerpo para fiestas
a muchos les resulta incomprensible.

No debo sucumbir bajo su peso,
lo sé , ni analizar si en el camino
agreste que recorro, cada beso
de sus piedras resulta más mezquino.

¿Pero quién no cuestiona a cada paso
si no es mejor que acabe la agonía
cuando el dolor rebosa de su vaso?

Yo agoté ya ese cupo de energía
que te exige el vivir viendo tu ocaso
y seguir siendo fiel a la alegría.



Los autores

Morgana de Palacios
José Luis Villena
Manuel Martínez Barcia
Jordana Amorós

POESÍA DE CONTRAPUNTO

La poesía del arrebato (corriente literaria en que se basó el proyecto Ultraversal) debe su nombre a la propuesta de improvisación en que dos autores se desafían en tiempo real a responderse con poemas. Es un ejercicio de agilidad y coherencia que permite demostrar el dominio de la técnica tanto poética como de discurso.

ultraversal.com

Morgana de Palacios – Gavrí Akhenazi

Cárceles y causas (improvisaciones en tiempo real)

(soneto – arte mayor – pareados – rimado)

Yo no te mentí nunca. Te dije que no soy
más que el rescoldo oculto en la ceniza vieja,
el humo que se expande inasible y no deja
ni la más leve huella de los pasos que doy.


Lázaro imprevisible, resucito si estoy
absorta con un rostro que la luna refleja
mas cuando llega el día, la tumba que no ceja
me requiere a su sombra y hacia su sombra voy.

Todo me es cárcel, todo, salvo mi pensamiento,
larga la pena larga en el penal del viento
que no precisa rejas para echar sus cerrojos.


No me quieras querer, no soy la primavera,
sólo ceniza y humo en tránsito y entera
toda la muerte, toda, se florece en mis ojos.

Morgana de Palacios



Todo me es cárcel, todo, menos la libertad
el cerrojo que ciñe mi puta humanidad
y el látigo en mi boca.

Carcelera del precio de la roca
carcelera tenaz
sobre la soledad que descoloca,
sobre todas mis fugas
va tu instinto, asesino y procaz

Si me muriera ayer desde la muerte,
si no fuera este grito,
ni tus cadenas unieran a mi suerte
su recurso maldito,
toda mi voluntad sería inerte.

Toda esta furia sorda en que me hundo
valdría acaso la ira en que te irrito
desde lo demencial que hace a mi mundo.

Gavrí Akhenazi



Todo es circunstancial cuando tiras los dados
de la furia fugaz. Alma sobrecogida
en el intento gris de acaparar la vida
trascendiendo sin pausa, versos accidentados
.

En la frontera fértil de tus acantilados
columpio mil vocablos con sabor a manzana
y nadie encontrará la pasión de morgana
porque en el lado oscuro mantiene sus reales.

No es la razón de ser de los hombres cabales
que no han de traspasar su cerrada ventana.


Por si quieres hablar del rumor del pecado
de la desolación que nos marca la vida,
de por qué mi canción suena a causa perdida,
recuerda, por favor, que no tengo pasado
ni creo en los futuros de terciopelo ajado,
ni finjo algarabía si hablo con verdad.

Me someto al decreto de la banalidad
sólo por hacer dedos desde cualquier teclado.
Si miras lo profundo de mi verso acerado
verás que no comulgo con la casualidad.

Morgana de Palacios



Una causa perdida ya no tiene remedio
ni en tu boca que canta ni en tu boca de tedio.
Una causa perdida es un rincón oscuro
una ansiedad a medias, un parto prematuro.

Una causa perdida es también una meta
una propuesta al viento que rompe una veleta
para que ya no existan los puntos cardinales
ni las mediocridades ni las banalidades.

Una causa perdida es la luz de un proyecto
que se mantiene siempre altanero y erecto.
Una causa perdida es un sueño a futuro.
Para soñar tal causa, hay que nacer impuro.

Gavrí Akhenazi



Los autores

Morgana de Palacios
Gavrí Akhenazi

SONETO

Morgana de Palacios

De páramos

Te mudaste a mi piel desde el desierto
y encontraste la sombra transitoria
de un pájaro perdido en la memoria
para resucitarte de lo muerto.

Me mudé a tu piel en desconcierto,
al aura clandestina de tu historia
desde mi libertad de trayectoria
con la imaginación al descubierto.

Y tanto dibujamos el retrato
de la fascinación, en concordato
contra la oscura esencia del destin
o,

que de páramo a páramo la piel
-nómada sobre el canto del papel-
a jirones quedóse en el camino.


Sergio Oncina

Se acaba

El tiempo se me acaba. No hay mañana
y siento que naufrago en lo corriente,
que atesté de futuros el presente
en una vida de rutina vana.

Respiro cada día con desgana
el aire de la pena, la indecente
mediocridad que habita entre la gente
y me vulnera abúlica y tirana.

¿Cuántas horas me quedan de pasiones?
¿Cómo he de soportar las emociones
que anticipan el fin de la existencia?

¿Aliviará la oscuridad maldita
o dolerá la luz que inhabilita,
nos duerme, nos deslumbra y nos silencia?


Silvio Rodríguez Carrillo

Cuándo

Los reveses acuden sin horario, sin saña,
con el hambre inocente del neonato que busca
en su madre sacarse de las tripas las lágrimas
que le irritan sus modos y los ojos en fuga.

Los percances del viento musitando mañanas
al oído del solo que dibuja negruras
pretendiendo su muerte con el filo de un arma,
acaecen sin fechas ni razones robustas.

En la prueba del nombre describiendo su fondo
en las olas inquietas del papel que se mueve,
se define constante, sin errores, la risa

o el lamento que marcan como emblema de vida,
la actitud de arrecife, de oleaje demente,
o de imbécil al uso que se goza en el lodo.


Jordana Amorós

Oración crepuscular

Que no sea el relente de la tarde norteño,
que no asemejen sangre las luces del ocaso,
que no truene esta noche, que llegue pronto el sueño
a cerrarme los párpados con sus dedos de raso.

Que amanezca un mañana de semblante risueño
en el que no diluvien las hieles del fracaso
sobre mi corazón, pues, aunque pongo empeño
ni una sola gota me cabe ya en su vaso.

Cada vez más perdida, cada vez más dejada
de la mano de un Dios, que nunca presta oído
a la oración que rezo con voz desesperada.

Cada vez más escéptica, cada vez más cansada
de seguir por seguir el viaje sin sentido
por este Erial de Lágrimas, camino de la na
da


Isabel Reyes Elena

Oscuridad

Noche oscura del alma, quién pudiera
frenar la sangre de mi turbia herida
y en tu luz intangible y transgredida
sembrar mi soledad de enredadera.

En ti y en tu silencio, compañera,
establecer el punto de partida,
y a tu lúcida sombra ser la vida
que renueve la paz de otra ribera.

Quiero que acojas mi calvario interno
en el combate inútil con lo inerte
y me apartes el cáliz de su infierno.

Y abandonarme en ti para saberte
conmigo ante el abismo de lo eterno
hoy que siento el desgarro de la muerte.


Idella Esteve

Dudas

¿Cómo es estar allá; duermes y sueñas,
vives, tienes consciencia de esa vida,
algún recuerdo hay de tu partida,
puedes mandarme algunas contraseñas?

Cuando voy a Castilla las cigüeñas
contemplan mi apariencia alicaída,
con la mirada ajada y aturdida,
mis esperanzas viéndose pequeñas.

Pero he de remontar todas mis dudas
pues no importa si vives o estás muerto
si muerta es la ilusión de estar contigo

porque no tengo dioses y no hay budas
ni a quien vaya a rezar en campo yerto
para que puedas ser y estar conm
igo.