ARTE MAYOR

Morgana de Palacios – España

Anda y di

(quintetos endecasílabos)

Anda y di a los machos de tus ojos
que disputan mis rimas carniceras,
que se van a engañar con trampantojos.
Debajo de mi ropa los despojos
de una entelequia, mueven las caderas.

Diles que no se encelen por La Oscura
que finge claridades por capricho.
Si miran más allá de mi locura,
verán que sólo soy la conjetura
que siempre se desdice de lo dicho.

¿Que te gusta jugar? Lo sé. Te gusta.
Si ladras más que muerdes, no es seguro.
Tu voz es el caballo, yo la fusta
que te desboca el trote siendo injusta
con la llamada a sangre de lo impuro.

Si te vas a matar de transparente
sobre mi vendaval de soledades,
no me reproches luego ante la gente
que te dejé morir. Soy diferente
porque no juego el rol de las bondades.

Si en esa diferencia ves tu hombría
peligrar como roble en un desmonte,
no escupas en mi nombre. Todavía
queda mucho pecado. Mi utopía
se suicida detrás de tu horizonte.



Privilegios

(quintetos dodecasilábicos)

Se me nublan los ojos de cancerbero
por evitar morirme en tus estrategias
de hombre imprevisible. Tú lo primero.
Los otros son la nada, si nada quiero,
por algo con tu celo me privilegias.

Si no me empleo a fondo pierdo la apuesta
de tu emoción salvaje y extravertida.
Soy la funambulista siempre dispuesta
a disparar veneno con la ballesta
de la respuesta grácil y enardecida.

Y peco de sincera, nunca de injusta
desde que me da sombra tu terca espalda.
A fuer de verdadera soy una fusta
inclemente y certera, la que te gusta
cuando buscas tu hombría bajo mi falda.

Por mucho que te hiera, vas a quererme
como quiero las manos de tu maltrato.
Hasta que yo decida, solo por verme
escribiendo tu nombre que se me duerme
de deseo en la boca. ¿No es ese el trato?.



Silvio Rodríguez Carrillo – Paraguay

¿Sabes leer lo que hay detrás?

(pentadecasílabos arromanzados)

Detrás de la UNESCO no todos abrochan a Huxley,
a Julian, el claro eugenista que fue caballero;
y a pocos conozco que admitan que tal instituto,
que tal sociedad sin reparos, con plata y con tiempo
trazó despacito el presente en que muchos respiran.

Detrás de la FIFA, que tantos -jamás por el Diego-
boludos pensantes, creyeron loable y sin transas,
el robo tranquilo entre amigos, la joda con hielo;
mandaron al frente a un grupete que fue farolito,
viñeta de prensa con qué escupir sobre sus muertos.

Detrás de los suecos y el premio a las letras de mierda
también el escándalo, el puto machismo en los ruedos,
acoso sexual, la violencia del pene patriarca
y claro, la pobre vulvita en entonces venciendo
por fin, tradiciones, sin cárcel, que cárcel es mucho.

Detrás de mis ojos, del negro que soy en mis huecos
¿con qué batería de falsos axiomas verá
que escribo y nos narro el esteta del último miedo?
Los tonos que oculto marcando mi mano en la sombra
podrán enseñarte que danzo con altos silencios?


Magnífico villano

(alejandrinos arromanzados)

Colocando palabras en la cima de un muro
se le pasan las horas desprovistas de dudas,
desnortado y silente del gentío se aparta
aunque igual permanece con el pueblo y el cura
cosechando un pasado que se extingue en el aire.

El absurdo, incisivo, le taladra las juntas,
entre el cuello y la espalda, por las cejas y el rojo
de sus labios, por cada marcación que la culpa
le resalta en silencio, con su sombra imprecisa
resbalando filosa con su tono de burla.

Ah, patán, caballero de imposible futuro,
que difícil hablarte de la noble estatura
proyectada en el hueco que defiende tu pecho
sin temer ofenderte, sin llamarte a la lucha,
por el gusto a la guerra que se ovilla en tu vientre.

Ojalá nos perdones el naufragio que cursan
nuestras vidas por causa de tus vidrios con letras,
que te olvides del tono de la voz que te juzga:
terrenito del odio, campesino de Roma;
que no veas la tinta de las jóvenes putas.



Gavrí Akhenazi – Israel

No poema de amor

(quintetos endecasílabicos pocos ortodoxos)

Nunca amé a una mujer. Amé a esa idea
de lo que yo pensaba es ser amado
con todo lo posible idealizado.

Creé la convicción, que se alabea
aún hoy – como aquello no alcanzado –
sobre mi propia fe. Un imposible
hecho de mis resortes. Y mi ansia
armó mi corazón de nigromancia
intentando volverlo indivisible,
pero se rompió igual, como mi infancia.

Todo fue un ideal prefabricado,
un grito de pasión acumulado
en su propia intención. Un acertijo
de este folio de vida desprolijo
que soy: un irresuelto. Un desolado.



Tiempos del habitante

(hexadecasílabos pareados)

Los viejos saben por zorros, los zorros por desplumados
y los que te dan el cante por profundos avisados
de honduras del alma humana, apelando a ser parientes,
lo que quieren, alma mía, es tenerte entre los dientes
para mascarte despacio como rumiantes pasivos
que eliden a la verdad, consejeros compasivos
o viejos cobardes viejos que no resisten la brega
y apelan a la calumnia. Ya sabés, todo se pega.

Mientras los perros me ladran con voces de gallo fino
yo pienso en todo el osario que te persigue canino
para morderte la boca donde queda la verdad
y pasarla para el cuarto con toda su vastedad
y así cambiarte la letra de firmar el manifiesto
donde vale tu palabra la rúbrica de mi gesto.

Que la lealtad se pega no está escrito en ningún lado
porque el tiempo con leales de suyo que está acabado
y proliferan, voraces, los comedores de oreja
que intentan llevarse al huerto, febriles, cualquier coneja
para engordar el puchero de sus magros intereses.
Haceme el favor, almita, no les ofrezcas tus preces.

Yo ya dejé de rezar por los ángeles que lloran
y por los áspides bípedos que la palabra adulzoran
mientras venden fraccionados benedictos venenitos
en frascos de quita y pon que arrasan con los pruritos
de la drogodependencia que involucra el mal amor.
En los tiempos de mal frío cualquier carne da calor.

Pero vos, almita mía, sabés si vengo violento
y en callarme el mal dolor hago mi mejor intento
porque me gusta la vida cuando se expresa de frente
aunque duela lo que salga de su boca intransigente.
Y me gusta que en la almohada quede el perfume maduro
de la bestia que me habita tan salvaje como impuro.



Eva Lucía Armas – Argentina

Desapareciendo

(quintentos alejandrinos)

El silencio me escupe siete puntas de espada
siete bestias redondas en las que cabe el miedo
acurrucado y parco como yo desolada,
desaforado grito para gritarse quedo
con la garganta llena de sangre coagulada.

El silencio me ciñe como un sayo de vela
en un entierro inútil de dolor infinito;
me amortaja invencible con un llanto de espuela
que me rebaja el alma en desgastante rito
para que mientras mata, me duela, duela, duela…



El hechizo del karma

Yo vengo precedida por la furia del karma
y soy una karmática violentada impostura.
De la maternidad me viene la ternura,
de la guerra me viene nunca bajar el arma
y toda esta inconsciencia que parece bravura.

El karma se ha sentado a disponer mi mesa
con sus juicios eternos, circulares y heridos.
Deposita en mis manos detalles prohibidos
y me vuelve infinita, alimenticia, espesa
y tentador potaje para los malnacidos.

Así como me ves, soy toda hechicería.
Hago jugos dolientes con las voces del hombre
y escribo en los papiros el nombre que te nombre
cuando hiere la espada de la melancolía.
No sé si soy real… o hay poco que me asombre.

DÉCIMAS

Antonio Alcoholado – Reino Unido

Mañana

1

Aspira el monte
a no quedar tan lejos
del horizonte.


2

Sin saber que aprendería
más de lo que se enseñaba
(más de lo que se esperaba),
decidí marcharme un día.
Y así vivo, todavía:
pasajero, deambulante
para siempre en el instante,
propietario de mi olvido,
soñador empedernido,
el camino por delante.

3

Vivo sueños, sueño vidas
cuando toca y a deshoras:
genuinas, impostoras,
ejemplares, divertidas,
hasta el fin comprometidas
y también indiferentes,
cándidas e irreverentes…
Y aunque andar así me gasta
tanto tiempo que no basta,
seguirán insuficientes.

4

Queda todo por delante:
queda empeño, desaliento,
otro sueño, un nuevo intento,
otro paso hacia adelante
en la búsqueda constante,
larga noche, inmenso día
en perpetua correría
tras la suerte, solamente
para verte, siempre al frente
y alejándote, Utopía.

5

Tiene la arena
afán de transparencia,
luz en las venas.


6

Siempre estoy agradecido
de tener salud, cultura,
un poquito de cordura,
alas, viento y más de un nido,
días llenos de sentido,
este corazón que siente
con su pulso diferente,
mi repertorio de sueños
grandes, medianos, pequeños…
tengo más que suficiente.



Morgana de Palacios – España

No miento

(Décima antigua propia de los cancioneros medievales)


Llega, si llega, diciendo
lo que no dice ninguno
con el descaro lobuno
de quien más me está queriendo.
Con la letra malherida
me hace un traje a la medida
para vestir mi desnudo.
El ángel del ala rota
sobrevuela mi derrota
y se olvida de que es mudo.

Mi obseso de oscuridades
de claridad me acomete
para poner en un brete
a mis clandestinidades.
Si habla por mí, mi boca
despliega un alma barroca
y se la ofrece al mordisco,
pues lo nuestro es una guerra
con los pies sobre la tierra
y el corazón levantisco.

Porque no me tiene miedo
mi verso nunca le miente
cuando va del beso al diente
o lo elige como credo.
Mi más íntimo enemigo
no me escatima el castigo
que implica su realidad,
mas como sé que se apuesta
la letra en cada respuesta
le pago con mi verdad.



Gavrí Akhenazi – Israel

Todos los días son De los Difuntos

El Día de los Difuntos
llueve sangre sobre el día
llueve con pura porfía
sangre de muertos adjuntos.
Llueve. Son las muertes untos
que esparzo en la llagadura.
Muerto voy sin sepultura
con tanto muerto inocente
y muerto doy el presente
en un mundo de locura.

¿De qué te quejás princesa
en tu mundo de papel?
¿Se te marchitó un clavel?
¿La salsa te salió espesa?
Vivir es una proeza
que merece su respeto,
porque vivir es un reto
y en tu mundo hay luz brillante.
Hay otro mundo distante
donde Dios murió de quieto.

Vengo de la oscuridad
con la blasfemia en los dientes
mordiendo a los indolentes
malditos de liviandad.
Vengo de la mortandad.
Llegue un día de Difuntos
a morir con muchos, juntos,
y por más que siga vivo
la muerte es un adictivo
que gana todos los puntos.

Morir por morir se empieza
o se empieza por matar;
se estrena prostibular
toda agalla en su entereza.
Los moridos de riqueza
misérrimos por doquier
van sin morir ni entender,
parias de la circunstancia.
Buitre no aprende constancia;
te almuerza… sin fallecer.

Tiros de gracia y gusanos
niños y mujeres muertas
pobre, ricos, lindos, tuertas
en manos de los insanos.
Ya no creo en los humanos
no creo en los elefantes
ni creo en tantos distantes
descreo de Dios y el Diablo
y descreo del vocablo.
La vida no está adelante.

La muerte si. Tanta junta
tanta sin ton y sin son
como un burdo diapasón
que invoca una marabunta.
Igual. Nadie se pregunta
si tiene acaso un hermano
si algún hombre le es cercano
por afuera de su ombligo.
Soy ira y dolor. Maldigo
a todo el género humano.

LA «PARTICIÓN» DEL VERSO EN VERSO LIBRE

por Morgana de Palacios

¿Se puede responder a la pregunta de cuál es la forma correcta de separar un verso en una composición en verso libre?

No creo que si se utiliza una sintaxis normal, un autor no sepa cuando una frase se corta de manera inadecuada forzando un encabalgamiento poco atractivo y, desde luego, únicamente el poeta sabe cuando debe iniciar un nuevo verso en función de su propia expresión y del ritmo que le esté imprimiendo.

Cualquier tipo de verso tiene unas normas determinadas, así que hablar en poética de libertad absoluta, es imposible.

Lo que llaman verso libre es una variante compleja de conceptos que ya existen en el verso tradicional, como el ritmo y la cadencia, y de ningún modo se puede llamar verso libre a tantos casos lamentables como se ven, si carecen de ese ritmo.

Aunque el verso libre rechaza la normativa poética tradicional, sin organización rítmica, el poema no puede existir.

Yo aconsejaría, precisamente para afinar el oído y que no existan dudas a la hora de dar por finalizado un verso, que se estudie la técnica rítmica.

Ser poeta no es algo cómodo ni fácil. Ningún arte lo es, así que nadie que desconozca la base de la poética o desprecie el arte que ser poeta requiere, puede llamarse a sí mismo poeta. Picasso no empezó directamente como maestro cubista ¿verdad?; conocía la tradición y la técnica y a partir de ahí, pudo actuar. Los grandes músicos de jazz conocen a la perfección la música clásica y es en ese conocimiento como componen sus obras más brillantes.

Creo que era Robert Fros el que daba un ejemplo magnífico sobre la utilidad básica de la métrica para alcanzar la libertad a través de sus límites, porque ninguno de los dos conceptos existe sin el otro (libertad-límites).

Decía, que nadie podría jugar al tenis sin disponer de un campo de determinadas características y medidas, de una red con una altura precisa y de otra serie de límites, que bueno, estaríamos jugando a cualquier otra cosa pero no al tenis. Lo mismo ocurre con el verso llamado libre.Dos jugadores que tengan una raqueta y una pelota rglamentaria, que no quieran delimitar su campo de juegos, pueden acabar haciendo carreras inacabables o a puñetazos si son intransigentes.

Elliot decía: «Ningún verso libre es libre, para aquel que aspira a un buen trabajo».

Sobre una gráfica imaginaria, el trabajo del poeta puede provenir de dos líneas. Una de ellas es su conciencia y trabajo contínuo, la otra línea es simplemente su curso normal de desarrollo, su acumulación y asimilación de experiencia (no buscada sino solo aceptada en función de lo que se quiere hacer).

Por experiencia entendemos las consecuencias de la lectura y reflexión sobre intereses de todo tipo, contactos, conocimientos, así como pasión y aventura. En cualquier momento, ambas lineas pueden converger en el punto más alto, de modo que obtenemos una obra maestra.

Es decir, de la acumulación de experiencias que se cristalizó para obtener el material artístico y de años de trabajo en la técnica que preparó el medio adecuado, se deriva algo donde medio y material, forma y contenido, son indistinguibles.

Ahí está la perfección del verso…incluso la del verso libre.

Para considerar libre a un verso con respecto a las convenciones métricas y rítmicas que rigen en cada lengua, hay que dejarlo reposar sobre la «violación» de la tradición y para violar algo es necesario conocerlo. El verso libre, necesita contener un germen estructural que se repita, ser el reflejo de otros versos.

Por tanto, la base para la separación de los versos es el ritmo. La base para conocer el ritmo es la técnica métrica y acentual. Cuando un autor conozca mínimamente las normas básicas de la poética, podrá optar con brillantez por saltárselas sin perder lo fundamental y sin que se conviertan en simple prosa recortada, o directamente en caos literario.

Lectura y estudio, ni más ni menos.

ARREBATO (TANTO EN BROMA COMO EN SERIO)

Delirios

Morgana de Palacios – Gavrí Akhenazi

(décimas)

Tú te anticipas, yo actúo
cuando no tiene remedio
y están los ojos del tedio
fijos en mí, como un búho.
Hasta que me desvirtúo
con mi vestido de insecto
y llego al fín del trayecto
gris, desvalida y opaca,
no salgo de la cloaca
ni me alzo en vuelo perfecto.

Duermo poco, tengo afán
de permanente vigilia
y el sueño de mí se exilia
con despechado ademán.
Sólo despierta el desván
de los sueños se me ofrece
y es entonces cuando crece
– con qué infinita paciencia-
la flor de la efervescencia
que entre mis versos, se mece.

Y deliro, como tú,
arrebatada la frente
más fría si más ardiente,
dúctil caña de bambú.
Plumita de marabú
vilano de cualquier viento,
cosquilla del sentimiento
que se ríe de sí mismo.
Deliro mi agnosticismo
con la fe del irredento.

Morgana de Palacios


Si te digo piel de musa
me rebanás el garguero
y prefiero otro entrevero
que morir bajo esa excusa.
Para la ruleta rusa,
me toca siempre la bala
así, en tus manos, resbala
mi cerebrito licuado.
Y tu verbo, ensangrentado,
en su pasión se acristala.

Pero es verdad que mi rumbo
va siguiéndote el donaire,
silbando bajo, al desgaire,
como mosquita, te zumbo.
Y si me amenaza el chumbo
de tu mirada esmeralda,
tu corazón rojo y gualda
contra mi blanco y azul,
sé que no ves un gandul
olisqueándote la falda.

Porque aunque todos te digan
que yo no soy para vos,
que sos buena y yo feroz,
nuestras semillas, espigan.
Las pasiones desobligan
a lamentar tanto muerto
y a descabezar al tuerto
que escupe malas miradas.
Con las almas anudadas
cruzamos cualquier desierto
.

Gavrí Akhenazi


Si me dices piel de musa
te condeno al ostracismo,
que es un término en sí mismo
del que hasta el más tonto abusa.
Por debajo de la blusa
se me «alergiza» la piel
cuando veo en el papel
el nombrecito de marras.
Me gustas más si desbarras
saliéndote del riel.

Anda, no delires tanto
ni te busques más problemas
que mi nombre en tus emblemas
aumentará tu quebranto.
Precisamente el encanto
que tiene la situación,
es que somos en función
de cómo se mueva Eolo,
ajenos al protocolo
que requiere cada unión.

Que eres tú mucho poeta
y no te hace falta alguna,
cualquier musa inoportuna
que quiera darte la teta
y luego te comprometa
a serle fiel de por vida,
cerrándote la salida
para el verso libertario.
Quita, quita. Solitario
te lames mejor la herida.

Para cruzar el desierto
mejor sin musa ni muso,
que ambos somos multiuso
en cualquier terreno incierto.
Con el pecho al descubierto
y el corazón al galope,
tendría que ser miope
para no sentirte cerca.
Soy altiva mas no terca
si el tipo es cinemascope.

Morgana de Palacios


Si me aguanta, le respondo;
pero más si viene fresca
me gusta su picaresca
y su garbo sabihondo.
No se me da el cante jondo,
pero a la pasión me entrego
y en el amor soy tan lego
como un dinosaurio fósil.
Aunque su verso es tan dócil
que me envuelve su dondiego.

Me tiene en muy alta estima
su pensamiento poeta
pese a que soy pura jeta
en asuntos de la rima.
No me hallo en la tarima,
señora de mis quebrantos
y asusto con mis encantos
la modernista vanguardia.
Sabe bien, pura metralla,
mato diablos, bajo santos.

Divertido por bocón,
rapidito en el negocio
de achurarle el tiempo al ocio
y alegrar su corazón.
Cuando me mande al rincón,
por zarpado y lenguaraz
va a extrañar mi mente agraz
en esta vida difusa.
Usted, mi pasión, mi musa,
yo apenitas, verbo audaz.

Gavrí Akhenazi


Tiene usted muchas pasiones
cordobés de pacotilla,
y yo estoy en la otra orilla
estrangulando emociones.
Siendo un As de corazones
lleva repleto el petate
de mujeres en combate
por su músculo cardiaco.
No me meta en ese saco
no sea que me arrebate.

A jetón nadie le gana.
¿De dónde saca, querido,
esa humildad sin sentido
que me deja en la ventana?
Con precisión cirujana
se cachondea de mí
clavándome el bisturí
-volviendo a llamarme musa-
en la dermis que, contusa,
tiembla como un alhelí.

Ays qué malo, malo, bicho,
de siete suelas, ladrón,
mosasauridae cabrón
que me pone en entredicho.
Retráctese de lo dicho,
que me jode el estandarte,
y se está jugando el arte
de la diversión conmigo,

pues me iré como castigo
con la música a otra parte.

Morgana de Palacios


Tan linda venía la joda,
compañera de quilombo,
que le iba a comprar el combo
a su enjundia de rapsoda.
Pero ya vio, está de moda
y en auge la boludez
del derecho y del revés
sin que se entiendan razones.
De punta, con mis tapones
ando partiendo clichés.

Se me encolmilla la risa
de animal de dentellada
cuando hiende la pavada
la verdad, sin cortapisa.
Yo, que vivo en la cornisa
del desastre y la tragedia
parezco la Wikipedia:
no hay guerra que no haya visto.
A veces no sé si existo
porque el mal, no se remedia.

Entonces, soy un iluso,
todavía un serafín
que va de uno a otro confín,
ya desalado, contuso.
Pero ¿sabe? me rehúso
a resignar la bandera
y aunque así mi vida entera
sea un profundo fracaso
no me arrodilla el ocaso.
Sueña la paz, mi quimera.

Gavrí Akhenazi


Uno intenta ser amable
como vendedor de tienda,
por ver si el errado enmienda
del verbo lo reprochable.
Asertivo y agradable
hasta que la mala baba
de la prepotencia acaba
con la paciencia más pura.
Nunca fue Literatura
lo que tu escritor soñaba.

Y se te afila el colmillo
y las uñas se me afilan
y los ojos que vigilan
las estancias del castillo
se vuelven torvos cuchillos
para proclamar verdades.
No sé si son las edades,
las experiencias, el mundo
y lo que tiene de inmundo
lo que mata libertades.

Al final, la realidad
llega con su cara acerba
y consigue que nos hierva
la sangre a su voluntad.
Ni siquiera en la ciudad
de la Utopía perece
la hipocresía que crece
entre mansedumbre escrita.
¿Quieres verdad? Dinamita
el ego cuando aparece.

Morgana de Palacios

VERSO LIBRE Y VERSO BLANCO

Ya sé que la alegría es transitoria
como esa ciudad que siempre circunvalas
en el viaje a nunca
y en la que nunca te quedas a dormir.

Aromática como el dulce petricor que exhala la tierra
cuando abre sus fauces al canto de las aguas.

Obscena como la sangre en el pan
y el colmillo en la carne.

Inocente y estúpida como yo
ante cualquier ventana abierta a temporales
que he dejado de prever y me sorprenden
sonriente y encueros.

Llega
te besa
nada contigo un rato
se va
y permanece escondida en la distancia
con aquellas palabras que no quiero escribir.

A veces creo que no la necesito
y me he coagulado de silencio.

Alegría

Morgana de Palacios

(verso blanco)


Con los libros bajo el brazo

Isabel Reyes

(verso blanco)

Llovía en el Retiro.
Recuerdo escalinatas y un poema embrujado.
Daba temor mirarme. También tengo yo ahora
una sed infinita de que surja tu imagen.

Acaricias el frágil relente de mi pelo,
sabe a limón de mármol la añoranza.
No acierto a caminar, me asusto.
Tus muros son muy altos. Quién me abrirá las puertas.

Casi apenas mujer
te soy una exiliada que llega a la ciudad
en esta noche espesa, esta cerrada lluvia.
Me llamas desde hondos corredores sin aire.

Quién soy yo con los libros sujetos bajo el brazo,
estudiante en la “Complu”.
Me tomas de la mano y aquel parque disipa
su maleficio verde. Se han secado mis lágrimas
Nos vamos a encontrar.

Has llegado de lejos.
El sol hace trasbordo por tu boca
y empiezo a renacer.
Reescribo a dos velas mi tesis doctoral,
bebemos la tristeza solemne
de esta ciudad a oscuras que mis ojos permiten.

Quién eres, quién soy yo. Dónde vamos tan tarde
a prender ideales si no queda ni un taxi
por el puerto nevado de los amaneceres.
Hoy
tengo enfrente ese parque de mi inútil tristeza.

Demasiados peldaños ascendiendo a mi frente.


Sangran los horizontes por los cuatro perfiles
mientras en las esquinas de las bocas,
y a plena luz de las pantallas,
se trafica con paz impunemente.

Te ofrecen papelinas con dibujos
de palomas y olivos que tan solo contienen
un cóctel de moral adulterada.

Qué inútil es dormirse en el deseo
de antiguas psicodelias si no existe
terapia que libere
el tóxico del odio que regalan
en las mismas esquinas,
bajo la misma luz,

y tras las mismas bocas.

Caramelo de regalo

Ángeles Hernández Cruz

(verso blanco)


Me convenzo

William Vanders

(verso libre)

Esta noche me convence el insomnio.
Es un instinto primitivo,
un alma con mil ojos
en mi retina tapada.

Soy un Cro-magnon
hibernando despierto,
en alerta y sigiloso,
cauto para no ser cautivo,
con herencias tatuadas en el muslo,
de verbo herido y rumiante,
enfurecido en el temor,
acostumbrado a la amnesia,
de mandíbula pensante,
sobreviviente,
libre,
despabilado dentro del párpado caído:

un homínido

intrascendente,

con auroras a cuestas

para oscurecer el pecho

durante el combate.


Miro el río y, en él,
miro la sombra del crepúsculo
que se hunde en su musculatura acuosa.

Una sombra que no hace pie en espesuras,
y derrumba minaretes de sentido por correntadas
que arrastran olvido y desmemoria,
como si fuese posible
amalgamar sus gotas de mercurio.

Acaso sea eso lo que desteje el pampero
mientras peina las trenzas de los sauces,
lo que repite con su canto el zorzal
zarandeando las voces dormidas,
lo que insinúan los juncos
con sus guitarras de mil cuerdas.

Miro el río y sus luces de atardeceres fugados:
me recuerdan que esa moneda inadvertida
que la tarde dejó caer en su bolsillo
no es la misma que aquella segada
por el filo de cierta memoria implacable.

Re-lecturas

Silvia Heidel

(verso libre)

CATORCE VERSOS

Jordana Amorós – España

Pájaro de nieve

En mi ventana canta un pájaro de nieve
con un trinar que habla de un pálpito aterido,
una canción que nunca jamás había oído
y al escucharla toda mi alm
a se conmueve.

El color de la tarde ya no es tan desvaído
y al tiempo sin textura le presta su relieve.
Hay una bocanada de suavidad que mueve
el aire, que en su encaje se queda entretenido

Con qué fervor quisiera aprender de su humilde
manera de olvidarse de sí, de hacerse albricia,
más allá de la anécdota del helor y su duelo.

Y practicar el arte de colocar la tilde
de mi decir en donde la voz se hace caricia
de pluma y se ensimisma en el placer del vuelo.


Sergio Oncina – España

La barca

Mecido por el mar, seguro y reo,
a merced de los vientos y la luna
soy Calypso, Penélope, Fortuna
y rico en soledad, cuanto deseo.

El cielo me acompaña y no me creo
esta suerte de calma, la oportuna
cadencia musical bajo mi cuna,
la extrema suavidad del bamboleo.

No lucho contra nadie en el camino,
barquichuela sin quilla a la deriva,
madera sobre el agua sin destino.

No sueño y tengo estrellas al alcance,
luciérnagas que miran desde arriba
la inconsciencia infinita de mi avance.


Morgana de Palacios – España

Relampadare

Quién no abrazó interminablemente
en un instante íntimo de exilio,
la plenitud salvaje de un idilio
hecho de carne y vísceras y mente.

Quién no abortó irremediablemente
algún amor gestado, sin auxilio,
en cualquier clandestino domicilio
ante un prohibido hogar de llama ausente.

Por el relámpago de un disparate,
quién no ha muerto en la gloria de un combate
de amotinadas sábanas furtivas,

para resucitar, sola y desnuda,
con la triste impudicia de una viuda
de muerto corazón y manos vivas.


LOS CLÁSICOS

Sergio Oncina – España

La alborada

Hay quien busca la luz en la mentira
y se alumbra con lunas. Pide besos
ingenuos en un feudo de embelesos
y frente a la verdad sufre y delira.

Quiere verse en el sol y cuando mira
solo descubre ímpetu y excesos,
sentimientos agónicos y presos
que no sabe plasmar, rayos de ira.

No conoce la voz inmaculada,
la palabra perfecta que se asoma
al balcón de un poema transparente,

el verbo que ajusticia en la alborada
los miedos a las noches del idioma
y te desnuda agudo e insolente.

(Soneto)


Isabel Reyes – España

Daría

Daría todo el mar, todo mi anhelo
y el agua de mis ojos, mi llanura
con tanta sed de sal y tanto miedo

Daría el sufrimiento, los senderos
de tu boca a la mía, tantas leguas
que median de mi abrazo hasta tu cuerpo.

Daría el trigo verde y el silencio
de tu nombre crecido en los bancales
de mi heredad estéril tanto tiempo.

Daría estarme siempre entre los remos
de tus barcas y el mar, y estar contigo
más allá de los campos y del cielo.

Daría todo ahora, cuanto tengo
de bello en torno mío: las palabras
y el viento delicioso en que te envuelvo.

Por saber qué nostalgia, qué misterio
hay más allá, amigo, hay más acá
de esta orilla en que vivo y no te encuentro.

(Tercetos de Arte Mayor)


Miguel Urbano – España

Te busqué

Te busqué por las cumbres y los ríos,
por selvas y por ricos cafetales,
por remotos espacios siderales,
y por piélagos, cálidos y fríos.

Te busqué sin rendirme a desafíos,
por oasis de verdes palmerales,
por áridos desiertos minerales,
y por volcanes, mansos y bravíos.

Te busqué en el bullicio y en la calma,
sin cesar te soñaba noche y día
siendo de mi existencia ansiada palma.

Y cuando el desaliento me vencía,
al asomarme al fondo de mi alma
al fin te hallé, mi amada, poesía.

(Soneto)


Morgana de Palacios – España

Ciclotimias

Entre ¡vivas! y ¡mueras! me nazco solitaria,
nadie se asombre pues si escéptica me muestro
metáfora baldía y correligionaria
de los que no rezaron jamás un padrenuestro.

Simbólico aluvión de sangre derramada
en arenas extrañas a despecho de azares,
no encuentro mi lugar en ninguna alborada
ni sueño en publicar mis obras ejemplares.

Nací para ser libre con las manos abiertas
que se han ido colmando a traves de los años,
de brillantes esposas y de cerradas puertas
de todos los colores y todos los tamaños.

Hay quien inventa falsas conjunciones astrales
y en alarde piadoso se acaricia a sí mismo
con el polvo de estrellas de las aparenciales
orgásmicas visiones de su propio espejismo.

En la exacta frontera de las pulsiones grises
yo vivo a ras de suelo, casi definitiva.
Si tropiezas conmigo ¡cuidado! no me pises
que suelo revolverme si no hay alternativa.

(Serventesios de Arte Mayor)


John Madison – Cuba

Love cactus

Te encontré y no sabía que guardabas la llave
del orden de mis mundos, nightmare en rebeldía.
Te encontré como encuentras para un ánfora el agua.

Con esa fe imposible, yo encontré tu abadía.

Te encontré y ahora tengo que levantar diez puentes
de Madison en vuelo, poética osadía,
para activar la risa de tu barca nocturna,
verano de mi sangre al declararse el día.

Hoy he pensado en ti, en tu aroma de impúber,
conjugación almática de antigua novia mía,
y he sentido nostalgia de tu loca costumbre
de alunizar espléndida en mi casa baldía.

(Romance heroico)


Natalia Alberca – España

Futuro imperfecto

Un mal día dejé de conjugar
el futuro perfecto. Se esfumó
de aquel libro gastado de gramática
que solía leer asiduamente.

Y me topé de frente con la fobia
que me causaba el modo imperativo.
Con el condicional me consolé,
intentando pensar: ¿Y si tan solo

fuera una pesadilla?¿Si eso nunca
pasó? Me ilusioné con el acaso
que el subjuntivo, amable, me ofrecía

con rasgos irreales. No me queda
salida; aceptaré que mi vivir
es tan solo un gerundio: subsistiendo.

(Soneto)

INNOVACIÓN RIMÁTICA Y SUPUESTO TEÓRICO

por Morgana de Palacios

Me cuesta entender el para qué de ciertas cosas, no de que se debatan y de que los estudiosos teóricos busquen los entresijos fonológicos del idioma, pero si no es para mejorarlo o ampliarlo sino que cada vez va a quedar más sucinto y enredoso a los ojos del creativo, que además de todo lo que hay para analizar en un verso, va a tener que perderse entre las muchas posibilidades que ofrecen algunos supuestos teóricos acerca de cómo debe leerse o «escucharse» una rima, aunque su oído disienta, para establecer si está bien o mal escrito, es como para negarse, de entrada, a su aceptación.

¿Para qué voy a cambiar yo el sonido de una esdrújula que además de encantarme en un verso porque aporta justamente el punto de diferencia que le resta monotonía al sonido, pronuncio perfectamente sin que mi voz derive a agudizar su tono?

¿Que a veces cuesta trabajo encontrar la rima consonante perfecta porque no hay tantas como llanas o agudas? Pues para eso está el talento del autor que tendrá que hacer lo oportuno para encontrar la perfección que se le exige al verso rimado en cualquier estructura, y no tirar por la calle de enmedio de cualquier hecho teórico del que no está comprobada su eficacia y, que termina por parecer más una falta de oficio que otra cosa.

Eso no tiene nada que ver con la transgresión de las normas ni con las vanguardias estructurales.

Transgredir es mejorar, liberar, ampliar y por supuesto donde más hay que innovar es en los fondos.

Es ahí que el poeta o prosista de vanguardia tiene que arriesgar en el idioma cuyas normas tienen siglos de existencia y siguen funcionando como un reloj en cuestiones poéticas. Es ahí donde ha de perseguir la innovación como una forma de alcanzar a tener una voz propia por la que ser reconocido.

Cuando las décimas se hacían solamente en octosílabos, yo las escribí hasta en pentadecasílabos, por hablar de un metro poco usual y muchos siguieron mi ejemplo, así que nadie se extraña ahora de verlas en todos los tamaños. Nadie dice «eso no es una décima», ni siquiera cuando las creaba polimétricas. Para mí eso es ampliar el abanico de posibilidades estructurales sin tener que cambiar las rítmicas que me parecen perfectas.


Lo ideal al construir un soneto es que parezca que fluye con absoluta libertad, aunque esté dentro de esa faja que nos hemos impuesto, que los blancos parezcan rimados y los rimados canten sin forzamientos y sin monotonías decimonónicas porque hayamos aprendido a mezclar todo tipo de acentos manteniendo el mismo ritmo.


Con la polimetría ocurre lo mismo. Para que el soneto resulte eufónico hay que guardar las distancias entre los diferentes metros, sin ponerlos a ojo de buen cubero. Es decir, si en un cuarteto utilizas dos endecas, un alejandrino y un heptasílabo, por ponerte un ejemplo, en el siguiente deberás hacer exactamente lo mismo.

¿Que es añadir dificultad a lo ya dificultoso de por sí? Pues claro, pero en eso consiste el reto. Para hacer lo que otros han hecho mil veces antes, lo que habría que estudiar es la Ley de la Mímesis absoluta (ríome) y yo, no estoy por esa labor.

Todo en poesía es una cuestión de armonía, aunque estés escribiendo sobre coprofagia.

SONETISTAS

Miguel Urbano – España

El hombre que me habita

El hombre que me habita tiene talla,
su noble corazón amor rezuma,
ante la sinrazón presta su pluma
y raudo se dispone a la batalla.

El hombre que me habita no se calla
ni por nada se arredra ni se abruma,
a la causa del bien su esfuerzo suma
y sale a flote si su barco encalla.

Quiere sembrar de abrazos el camino,
soñando siempre en alcanzar la meta
va con el rumbo fijo a su destino.

A la vida dibuja una pirueta,
y tiene un no se qué de peregrino…
El hombre que me habita es un poeta.



Sergio Oncina – España

¿Qué me queda?

La luna es un satélite desierto
y no creo en los dioses ni en la magia,
¿cómo voy a frenar esta hemorragia
de números sin fe, de un mundo yerto,

de tener desalmado más acierto?
¿Cómo voy a soñar si se presagia
el fin y el pesimismo se contagia?
¿Qué me queda? ¿Morir entre lo cierto?

¿Reír sin que se note cuánto duele
ocultar cada lágrima maldita
detrás de una mentira que consuele?

¿Abandonarme exánime por mudo?
Queda la voz y la palabra escrita,
el verbo honesto, indómito y desnudo.



Jordana Amorós – España

Alienaciones

Me refugio en lo idílico, de raso
azul celeste pinto el gris que aploma
el horizonte y visto de paloma
al halcón montaraz si llega el caso.

Fuerzo destellos en mi vida roma
hasta que arde, veo siempre el vaso
casi colmado aunque luzca escaso
e incluso a la huesuda tomo a broma.

Si a mi realidad no la depuro
tras un cristal rosado, es lo seguro
que habrá de ser motivo de incomodo.

Ayuda a transitar las estaciones
el ir coleccionando alienaciones.
La ceguera es un don, después de todo.



Morgana de Palacios – España

Con la cola del viento

No te duelas por mí, que me sobra entereza
y no le tengo miedo ni al cáncer ni a la muerte.
Estas cosas ocurren en la naturaleza
y no soy excepción por no tener más suerte.

Déjate de llorar que yo no quiero verte
naufragando en el llanto sin tener la certeza
de que vaya a morirme. Pretendo conmoverte
con los ripios burlones que rondan mi cabeza.

Todavía soy joven, todavía me altero
con la hombría de alguno, todavía me muero
por aquel que se ríe del mundo y su falacia.

Créeme si te digo que prefiero, sin duda,
vivir intensamente cuatro días desnuda
a diez años vestida de luctuosa desgracia.

MANEJO DE METRO, MANEJO DE RITMO

El verso blanco

Isabel Reyes – España

30 de enero

Envés de la cordura, cuánto llanto
se vierte por mi cara.
Cómo escuece el dolor entre los ojos
cardo ahogado en la luna del silencio,
la vida hecha ceniza destruyéndome.

Se derraman los años como un río
y no tengo en mis dedos la compuerta
contra ningún naufragio imprevisible
y las voces
no taponan la herida del futuro.

Mañana el sol no sale, y yo atónita
mi breve arquitectura ante el asombro
contemplo, dolorida, la oquedad
que debiera rozar con estas manos.

Envés del corazón, el otro número
del signo del zodiaco, el otro rostro
que tiene el día 30 de este invierno
escueto enero helado de la muerte
que me empieza a sufrir frente a la piedra,
sobre el mar nunca visto todavía,
ardiendo la distancia de mis ojos
al tempero salobre, siempre sola
la océana nostalgia con verjas y con nieve.

Y mi cuerpo se queja
de aguantar tanta ausencia en sus espaldas.



Morgana de Palacios – España

El cazador de cazadores

Te sangra el corazón
y los ojos te sangran
espantados.

Te sangra la conciencia
como si fuera tuyo el pecado del mundo.

Toda la imperfección del hombre estalla
con una impunidad paralizante,
mientras se abusan niños,
se torturan
se gasean
como si el que murieran entre espasmos
fuera algo inevitable y hasta convencional
en esta guerra sorda del hombre contra el hombre.

Eres un cazador de cazadores
en un negro safari cazanegros,
cazaesclavos sexuales
cazaórganos,
porque si hay demanda pervertida
lloverán, fraudulentas, las ofertas,
y las arañas tejerán las redes más insólitas.

No seré yo, ya sé, pero alguien tiene
que mantener erguida la piedad
y los ojos abiertos
en la fosa común de la ignominia humana.

No, no seré yo,
pero serán tus ojos repletos de cadáveres sin tumba,
y tu rabia será y tu impotencia,
y tu sordo dolor gritando testimonio
para sacarte el asco de las tripas.

Yo no hago nada, vida, sólo impongo
alguna mano fría sobre la frente ardiente
de tu desolación,
mientras me sobrecojo en tu palabra
que no se calla nunca
suavemente.

Como tiene que ser cuando elegiste
por qué ojos de hombre ver el mundo.


Gavrí Akhenazi – Israel

Negociación del fuego

Hemos dejado la violencia para ratos sin armas.
Negociamos el fuego
y hay narcisos de nuevas floraciones
comiéndose despacio el roquedal.

Abruptos y volcánicos
nuestros huertos parecen construcciones de piedra
con sus plantas metálicas que ascienden
encima de las frutas cristalinas
afanándose en su protección.

Aprendimos la invisibilidad de tanto ser visibles
para feroces mangas del langostón de tierra,
cuando llega famélico y masticador a devorarnos hasta el esqueleto.

El cristal, de verdad que no es lo unánime.
A la sumo, un vidrio esmerilado
que lo traduce todo al idioma de la opacidad.



Mar García Romero – España

Tarifa

Cierro los ojos,
Cohen susurra versos a la música.
Es invierno, camino por la playa,
Tarifa con el agua verde y honda
hiela mis pies, me muestra
su terrible verdad en estos vientos.

Entre las aguas veo
una luna de algas y corales,
menguante, dolorida,
un mundo no visible, donde flotan
almas sin nombres, seres sin esquelas,
que gritan sin cesar en las corrientes.
-Las olas con su furia
redoblan esos gritos en mi sangre.

Me vuelvo angustia y sal y carne negra
como otro muerto más junto a los muertos
en esta fosa anónima y azul
de catorce kilómetros sin fin.
A merced del vaivén, que no se acaba,
mi patera se hunde una vez más
frente a las dos orillas, frente a mí.

Soy un cadáver frío, con memoria,
y un gemido por siempre del Estrecho.

¿ Do I have to dance all night?
Se preguntaba Cohen.



Ángeles Hernández Cruz – España

Mis pies desnudos

Por mucho que me pidan que suba a unos zapatos
de incómoda puntera y tacón de estilete,
no quiero ser izada porque no soy bandera
de nada ni de nadie,
ni siquiera de mí.

Me resisto a llevar unos botines
de piel de cocodrilo o costra de serpiente,
con brillos suntuosos que proclamen
la obscenidad del lujo
en sus charcos de mugre.

Tampoco me pondré unas zapatillas
hechas para el deporte de aplastar
los ojos con que muchos
se ven en las estrellas.

Si tengo que elegir,
prefiero andar descalza.

EN VERSOS DE ARTE MAYOR

Eva Lucía Armas – Argentina

Escaramuza

(quintetos endecasílabos consonantes)

Era como una larga espumadura
de cimbreante cadencia y de paisajes
en tonos de amapola, con celajes
de aromo y hierbabuena. Una apertura
al íntimo pregón y a sus anclajes

en un lecho abismal, intenso y ácido.
Era en la suavidad un limonero
que al tronco lleva atado al Can Cerbero
defendiendo las gamas de lo plácido.
En el fondo de mí, un dios austero

me llenaba de fe como de ramas.
Creí en lo que decía y me hice fuerte
en la batalla franca con la muerte
que pelaba a cuchillo mis escamas.
No voy a ser un pez, flotando inerte
esperando abonar agua podrida.

Para quien lo pregunte : soy mi vida.



Isabel Reyes – España

El reto

(quintetos alejandrinos consonantes)

Era mujer de sombras, mañana luminaria
huyendo del vacío que me niega el futuro;
me deslizo en silencio de espaldas a lo oscuro
emprendiendo la huida de la red carcelaria
de viejas soledades con alma de siluro.

Intuyo un aire cálido que remueve los sauces
que arraigaron antaño en los tiempos de ausencia
marcándome el camino donde late la esencia
de una vida alejada de los amargos cauces
de hembra regicida que su muerte sentencia.

Temeraria y audaz desempolvo pasiones
que quedaron ancladas en un arcén dormido
me atavío de rojo –mi color preferido-.
y con la mente abierta a golpe de pulsiones
comienzo un nuevo puzle con todo lo vivido.

Ando por las cornisas de los esperanzados
y amplío mis cajones para el dolor extinto;
me dispongo a salir del aciago recinto
que recoge las lágrimas de los desesperados.
Hoy nace otra mujer… ¿Será todo distinto?



John Madison – Cuba

Jack Skeleton

(serventesios endecasílabos consonantes)

En voto de silencio me declaro
aunque la «verbi gratia» me desborde
que puede mi discurso no ser claro
si mi voz de poeta es m
onocorde.

Y ya puede mi Sally tras la reja
pedir que rompa en dos mi mandamiento
que no daré cordel a la madeja
de versos sin tener conocimiento

Hay silencios que dictan en su arrastre
una suerte de efecto mariposa
no temas, Sally Persson, si el desastre
alcanza a mi liturgia clamorosa.

Te vuelves por momentos adictiva
a amores que alimenten tu brasero,
yo soy tu Frankenstein y tú la diva
que doma la pasión del romancero.

Y mientras la metáfora resiste
a regalarme su divino encanto
carcelera es la sombra que te asiste
hasta que el verbo anuncie el contracanto.



Morgana de Palacios – España

Mis rarezas

(serventesios pentadecasílabos consonantes)

Atarse por gusto al sonido de un metro supone,
la vuelta de tuerca divina que reta al talento.
No todos buscamos lo mismo ni a nadie se impone,
mirar con mirada distinta los rostros del viento.

La música late en el aire: suspiro y tormenta,
relámpago y rayo en el cielo de las armonías,
rebeldes tambores que incitan a la guerra cruenta
que a solas mantengo en la tierra de sus melodías.

No existe alambrada ni muro ni oscura frontera,
que yo no atraviese buscando prohibidas canciones.
Mi boca es soldado de guardia desde su trinchera,
mi sangre tumulto en la esencia de sus vibraciones.

Si presa por gusto liberta de alas gloriosas
persigo la huella de Orfeo sobre el pentagrama,
mi vuelo es el vuelo brillante de las mariposas,
mi voz envenena a la prosa cuando se derrama.


EN CATORCE VERSOS

SONETOS

Morgana de Palacios

Jordana Amorós

Lo mío

Lo mío es el silencio a bocajarro
y es el sí pero no de los dementes,
si juego al mordisqueo con los dientes
en la vorágine del despilfarro.

Por algo soy la reina de un cotarro
que es un milagro de maledicentes
misántropos de lenguas impacientes
que teorizan sobre mi desgarro.

Lo mío son las pieles con blindaje
que huyen de la quema, el sabotaje
del odio que de traumas se enguirnalda.

Los soldados del alma rompen filas
en la fatalidad de mis pupilas
y ¡sálvese quien mate por la espalda!


Cave canem

Nunca le tendré miedo a tu furia suicida,
-dueño del lupanar de las descalzas-
ni al vítreo humor que mana de tu memoria herida
ni al púlpito de ira en que te alzas.

Siempre culpaste al mundo de tu propio fracaso,
-indianajones virtual del malditismo-
oscuro proxeneta del imparable ocaso,
epicúreo voraz desde tu abismo.

Gozar manipulando perversiones ajenas
para sacar partido de alegrías y penas,
nunca resulta fácil. Triste lauro

coronando las sienes de tu instinto.
Mi miedo se murió en tu laberinto.
Cave canem…recuerda, minotauro
.


Oblitare

Se me perdió el amor sobre una cama,
me lo dejé tirado como un chal que se olvida
y se recuerda sólo cuando el frío reclama
su calor por los hombros de la vida.

Desechando aspavientos melindrosos,
me acostumbré a temblar sin su seda crujiente.
No me cegaron más sus destellos luctuosos
ni su revuelo me enturbió la mente.

Se me olvidó el amor, su olor, su tacto,
en el momento exacto
de pisar el asfalto de charol.

Nada me hizo volver a buscar su cobijo,
fue la calle acertijo
que esplendió ante mis ojos con el sol.


A ese lo compro yo

A ese lo compro yo. Dime ¿Qué cuesta?
¿La libertad, la paz, un magnicidio,
o tan sólo tu gesto de fastidio
por la boca que esconde su respuesta?

La manzana podrida de la cesta
la quiero para mí. Su voz de ofidio
reptando por los muslos del suicidio
con cara de ganar siempre la apuesta.

¿Disoluto y voraz, dices, vampiro?
¿Nosferatu del aire que respiro?
¿Visionario y Babel?

¿Cuánto vale su vil bala perdida?
¿Qué precio hay que pagar? ¿Sirve la vida?
Yo me quedo con él.



Silencio

En brazos del silencio hoy busco mi acomodo.
Con discreción de amante, su amable terciopelo
me envuelve y yo lo siento un delicioso modo
de olvidar el mundano fragor y su escarpelo .

A mí misma me niego el mínimo sonido,
renuncio a que se sume mi lengua puntiaguda
al rito del escándalo, antes que darla al ruido
elijo libremente el estatus de muda.

Diré que se me ha roto la voz en la garganta
y me callo mi hastío y que se me atraganta
el bocado indigesto que se ha vuelto la vida.

No quiero malgastar saliva rebuscando
la palabra forzada que no acabe sonando
en mis labios de escarcha a triste despedida.


Génesis 3.0

Días de lluvia, hastío, miedo y llanto,
en que reina un silencio diferente,
y es obligado ser sobreviviente
a base de encerrarse a cal y canto.

Sentir la incertidumbre en el ambiente,
vivir la indefensión, sufrir quebranto
¿ qué huella dejará de solivianto
en nuestro imaginario impenitente?

Y después de este tiempo detenido,
el soñar con volver a todo aquello
que nos trajo hasta aquí ¿ Tiene sentido?

Más bien debiera el hombre plantearse
su absurdo existencial y en un destello
de lucidez, volver a reinventarse.


La cadencia perfecta

Lo siento, hoy no me inspira la musicología
preciosista, aspirante a lo imperecedero,
de esa que se obtiene tallando con esmero
la palabra vacía.

¿De qué me serviría
gastar treinta segundos buscando en el tintero
los melismas que aúpen mi nombre al candelero
cuando ya no me queda ni media avemaría?

Ahora lo que urge
es disfrutar absorta la cadencia que surge
desde la sangre adentro y te endulza el latido.

La que te va evocando
los rostros familiares de los que has ido amando,
cuyas sonrisas dieron a tu vida un sentido.


Un aleteo triste

Siempre estas ganas de salir corriendo,
de huir de la diabólica rutina
del silencio y la espina
en la que hace ya tanto me vengo consumiendo.

Siempre la voluntad que predomina
de continuar cumpliendo
con tu papel estúpido , sonriendo
mientras sin ruido mascas la obviedad de tu ruina

Un aleteo triste,
rumor a libertad en cielos irreales,
es todo el desahogo que el cuerpo se consiente.

Si el corazón resiste
y late , aun malviviendo, trabado entre zarzales,
pues qué va a hacer el alma, tan mística y prudente .

POESÍA DE CONTRAPUNTO

Morgana de Palacios – Eva Lucía Armas

Estéreo – tipos

(romance heroico)

Ahí está mi boca desbocada
mezcla de ira ansiosa y de ternura
cegada por la luz de la alborada
y vidente de noche como un búho
insomne por la presa deseada.

Mi amor sin nombre, está, mi voz sin grito
mi corazón, mi esencia silenciada
mi muerte protectora, mi estrategia
para enfrentar la guerra programada.
Ahí está mi cuerpo imperturbable
su carne de cañón esclavizada,
ahí mi libertad de pensamiento
mi letra de cristal, mi llamarada.

Ahí está mi espera, mi renuncia.
Nada más afilado que su espada.

Morgana de Palacios



Vaya por tu emoción mi furia trunca,
mi visión sin amor, desabrigada,
esta garganta al sol y este silencio,
estas letras en rosa tan rosáceas
en las que han muerto pájaros y árboles
al son vibrante de sus asonadas.

Impotente de todo y vuelta furia
la vida se ha ensañado en nuestras alas
y ha dejado su sino el guerrerismo
que tu ira y la mía acostumbraban.

Vamos de los cansancios a las flores,
de la cocina suculenta al arma,
de la quimioterapia a los escándalos
del juzgado de turno a nuestra casa
y nos quedamos como un jazmín seco
guardadas en el libro de las causas.

Perdidas en las guerras de los otros
nos volteamos furiosas y agraviadas,
con estas manos que nacieron pródigas
de abrigar el vacío y la nostalgia
mientras la letra se nos va alejando
hacia un futuro que no diga nada.

Vos con tu rebelión, yo con mi mundo.
Nuestras almas gemelas. La distancia.

Y que nadie se meta en esta historia.
Hagan silencio. Dos mujeres hablan.

Eva Lucía Armas



Jamás una palabra más alta que la otra
ni aún cuando el poema dejara de ser arte
y transmutado en losa nos crispara los nervios
por no poder callarnos unas cuantas verdades.

No sé si hemos perdido los tiempos del amor
o hemos ganado juntas tantas guerras brutales
que se nos acabaron las razones profundas
para fundar de nuevo bulliciosas ciudades.

Todo nos pasa cuenta mientras pasa la vida,
los hombres y los hijos, los nietos, los pesares
que siempre pesan más que aquellas alegrías
que alguna vez tuvieron visos de realidades.

Fuiste para tu padre un escudo de luz
y para mí una igual de mi raza y mi sangre,
y no ha habido mujer más lúcida y leal
renunciando al sosiego por seguir adelante.

Llegaste acostumbrada a jugarte la vida
de palabra y de obra. No tuve que enseñarte.

Lejos de mí la muerte si te miro a esos ojos
que la vencieron antes de mis oscuridades,
porque no por más niña fuiste menos valiente
para pisar descalza su senda de cristales.

Hablemos cuanto quieras, tú eliges el idioma
que hay un mundo infinito de posibilidades
para dos que se entienden más allá de los versos
y pueden cerrar juntas los más siniestros bares.

Morgana de Palacios



En una macetita hoy he plantado incienso,
un esqueje arrancado que me encontré en la calle
mientras iba hacia el super con el bolso vacío
y los ojos gastados por el mismo paisaje
con que la vida ajusta esta ciudad cerrada
a los dolores varios que atesora mi carne.

Porque yo soy de carne desde dentro hacia fuera
y es de dentro hacia fuera que los dolores laten
si fisuras de lluvia ocultan mis jardines
bajo esta arquitectura de pagoda y cristales
en la que se refugian los ecos trasegados
con sus mendigos húmedos de tristeza insaciable.

Tanto romance heroico suena a marcha profana,
a propaganda persa, a contínuos timbales
con que marcan el paso los días de la angustia
y se quedan callados los de festividades,
porque solo una misma, amiga mía y larga,
sabe hasta donde lucha la vocación de madre.

Nosotras guerrilleras del acto libertario
convocamos a veces a todo el aquelarre
por mantener intacta la esperanza baldía
y sostener el día sobre los estandartes.

Porque si cabe pena en todos los caminos
nosotras somos duras y fuertes caminantes.

Eva Lucía Armas

Las autoras

Morgana de Palacios

Eva Lucía Armas

SONETOS

Morgana de Palacios

Pájaros

No me quedan más pájaros en la imaginación,
huyeron de la quema en este Agosto ardido.
Se han llevado mi rostro, mi nombre, mi apellido,
las ganas de latir del corazón.

Ya no reparto pájaros para la rebelión
de todas las razones que matan el olvido.
Se me resiste el aire al vuelo desabrido
y el alma se resiste a la emoción.

Estoy pagando caro el íntimo arrebato
por no leer la letra pequeña del contrato
que firmé este verano cuando me volví loca.

Jamás decir te amo, en serio, al contrincante,
no te hará más feliz, pero es más elegante
que amanecer sin pájaros que beban de tu boca.



José Luis Villena

Plenilunio

Tan callada la hora, tan dormida,
tan ayer el olvido y el recuerdo,
casi tibia la albura en la que pierdo
el escaso relieve de mi vida.

Soy la sombra que encuentra la salida
por el lado contrario, por lo izquierdo,
y en la noche que vuelve loco al cuerdo
busco la magia negra, la prohibida.

El aire lleva tinta y me supura
el aliento de voces nocturnales,
que silabeo con mi lengua oscura.

La luna con sus nombres desiguales
me murmura en la boca y la blancura
se ahonda en mis penumbras abisales.



Manuel Martínez Barcia

Negro e impar

También a ti tendrá que sucederte
lo que nos precipita contra el muro
anunciando el latir de lo inseguro
con manso corazón sobreviviente

y esa lidia constante de la suerte,
enigma en la ruleta del venturo,
su interminable azar, y de lo oscuro,
mañana en la intención con rumbo inerte.

Y también te dirán que es utopía
hollar el porvenir con tirafuera
por ver si la fortuna es doblegable.

Las puertas del destino, llave un día,
cerrarán para siempre su frontera
contigo al contraluz más insalvable.



Jordana Amorós

Extenuación

Esta gravosa cruz que llevo a cuestas
es a ojos de todos invisible
y el que no tenga el cuerpo para fiestas
a muchos les resulta incomprensible.

No debo sucumbir bajo su peso,
lo sé , ni analizar si en el camino
agreste que recorro, cada beso
de sus piedras resulta más mezquino.

¿Pero quién no cuestiona a cada paso
si no es mejor que acabe la agonía
cuando el dolor rebosa de su vaso?

Yo agoté ya ese cupo de energía
que te exige el vivir viendo tu ocaso
y seguir siendo fiel a la alegría.



Los autores

Morgana de Palacios
José Luis Villena
Manuel Martínez Barcia
Jordana Amorós

VERSO RIMADO

Isabel Reyes Elena

Imagen de Lars_Nissen en Pixabay

Sentada frente al mar

Sentada frente al mar bajo la calma
de las olas rompiendo, con sus voces de piedra
es muy fácil pensar que el mundo es bello.

Mientras mis hijas juegan en la playa
la espuma de algún dios de pacotilla
posa suave en mis ojos
el extraño sabor de la armonía.

Aquel barco pesquero que regresa
perseguido por miles de gaviotas
Esta brisa, esta luz, este poema…

Sentada frente al mar sería fácil
volar también con ellas y subirse
al alto del paisaje, pensar a voz en grito
que la paz es posible.

El mundo se desangra en mi mirada
por un cuerpo de niña de Kabul
y es difícil sentarse frente al mar
sin separar el agua de las lágrimas.

Puedo oír las sirenas
convertidas de pronto en ambulancias
aparcando el horror frente a la entrada
de una escuela hospital, aquí tan cerca.

Ese cuerpo me sigue a todas lados
cojea en mi retina, en mi cabeza
en la terca cojera de mis manos
arrastrando palabras, sin saber bien del todo,
si este frío en la punta de los labios
es la pierna amputada de una niña
o la sangre de alguna de mis hijas
alcanzadas de pronto por las balas.

(Esta vieja obsesión que me persigue
de sufrir por los hijos que no sufren,
de llorar de repente en cualquier parte…)

Pero el mar sigue ahí, y ellas persisten
levantando castillos en la arena
y es difícil negarles si me miran
la sonrisa más cálida y más tierna.

Esta brisa, esta luz, este poema
aquel barco pesquero regresando
perseguido por miles de gaviotas…

Esta mujer que ríe amargamente
porque el mar sigue ahí… también sus olas.



Morgana de Palacios

Imagen de Abbat1 en Pixabay

Peligrosa

Pervivo en una especie de desierto
en que los hombres son un campo abierto
a las contradicciones
y soy como una oscura profetisa
que a la hora de amar siempre divisa
sus circunvalaciones.

Voy más allá de mí cuando adivino
quién dejará su instinto en mi camino
de malherida rosa
por decir una flor que hermosa rime
con una realidad que legitime
ser peligrosa.

Porque lo soy, sin darme apenas cuenta.
Lo soy porque mi letra es una afrenta
cuando un hombre me miente,
y me han mentido siempre, tanto y tanto,
que voy curada de cualquier espanto,
creciéndome en el diente.

No me escondo ante ti. No soy perfecta
ni sublime mujer ni loba abyecta.
Sé objetivo conmigo.
Necesito creer que hay algo cierto
y me escribes a pecho descubierto.
El mundo por testigo.



Alejandro Sahoud

Pájaro félido

¿Quién gritará tu nombre
con la tarde en la boca?

Desde tu pelo sube
un pájaro a mi pecho
vegetal y brumático.
Sube un pájaro
terso
con frente de pantera
y aletear de mar calmo
encima de mis vientos.

Cierra la puerta al aire
que te roba
esos besos celestes .
Enciéndeme con ellos
tus inciensos de angustia.
Vuélvete barcarola
en éstas
las manos de mi sangre.
Vuélvete unicidad
sedosamente pausa de lo eterno
e invulnerable al día de los vivos.

Y que nadie te llame.
Vuélvete a su palabra un espejismo
cuando habitas mis cosas.

Los autores
Isabel Reyes Elena
Morgana de Palacios
In memoriam
Alejandro Sahoud