Selección de poemas de Ricardo Fernández Esteban

Imagen by Luca Finardi

Un año de pandemia

Un año sin abrazos y sin besos,
sin cenas y sin copas con amigos,
manteniendo distancias, sin mostrar
los rostros ni las almas, olvidando
nuestra forma de ser y convivir.

Un año en que perdimos allegados,
sin poder ni siquiera despedirlos,
más allá de un recuerdo por las redes
que suena a frase hecha, a burda excusa
por no poder acompañar el duelo.

Un año que reduce nuestras vidas,
en un punto del cauce muy sensible,
porque ya queda poco para un mar
de horizontes perdidos, bajo brumas
que no albergan islarios de refugio.

Un año que no acaba, que prosigue
entre nubes que ocultan aquel sol
que iluminaba rutas de ilusiones.
Será una lucha larga y, si hay victoria,
precisará perder muchas batallas.

Un año en el que el miedo se ha instalado
como clave de bóveda y la gente
se confina olvidando que la vida
es aceptar vivir burlando al riesgo,
pues no suman los tiempos de prisión.

Un año que he perdido y no sé cuántos
tendré para olvidar. No quedará
por mí el intento de empezar de nuevo,
si prosigo el camino está por ver,
hará falta esperar a otro poema
.


Selección de haikus

Otoño

Llega el otoño,
cambia el color del bosque,
las hojas mueren.

En la agonía,
se visten de colores
antes del luto.

Cuando fallezcan
alfombrarán la tierra,
con mantos pardos.

Circula el tiempo
y los bosques reflejan
sus estaciones.


Este jardín estima
sus notas de color,
haikús con rima.


Las buganvillas
de las Joras de Grecia
son maravillas.


Las amapolas
que enrojecen los campos
nunca están solas.


La margarita
cuando cuentas sus hojas
te da o te quita.


Pero la rosa
es de todas las flores
la más hermosa


Virus y síndrome de la cabaña

Esto ya dura más que un embarazo;
quién nos hubiese dicho que tamaña
pandemia incidiría con la saña
de este corona-virus, ¡qué mazazo!

Y lo peor será que por rechazo
nos coja el “síndrome de la cabaña”,
ese miedo a salir, la telaraña
que te atrapa en tu hogar con mental lazo.

Neguemos luz al monstruo microscópico,
venzámoslo en el cuerpo y en la mente,
salgamos de la cueva y abracemos,
besemos, y comamos con la gente.
No me taches de ser un tonto utópico,
sígueme, simplemente, y venceremos.

Conversa con nosotros