Pasos sin huella
el lobo que aulló dulcemente tras tu puerta cede al asombro
ante la levedad de tus pasos sin huella aparente
es que quizá la arena que cubre la memoria
no sabe el peso de tu pie
ni la forma de tus dedos cuando pasan sobre mí
evita entonces los nombres del odio que te muerden la sinapsis
como un Cristo rojo ardiendo en las neuronas
recuerda
no hay pájaros que trinen lo suficiente en esta jaula
para despertarnos del olvido
Gusanos del olvido
se alargan hacia una nada triste las orillas
de todo destino posible
dónde estás
me crecen las palabras
y se me mueren en los labios organizadamente
a veces parecen versos
dónde estás dónde estás
se pudren dulcemente mis histerias en tu busca
y se duermen a veces en ciertas playas
acurrucadas sólo en algunos paisajes
dónde estás
quizá te escondes en el ojo del miedo
o en la esquina sagrada de una tragedia
y quizá ya no existas y quizá
deba alimentar mil años a los gusanos del olvido
para hallarte
No hay tiempo que perder
no hay tiempo que perder no hay tiempo
caen pájaros en tu lengua transparente
cae el presente cuando no estamos en vigilia
y la estatura de los ojos cuando te buscan
ya no alcanza a ver el laberinto
no hay tiempo que perder huye conmigo
sigue estas palabras
no hay tiempo suficiente cuando volvemos del olvido
no hay tiempo que perder cuando no somos
no hay tiempo que perder cuando perdimos