Miniaturas
I
Hoy vuelvo a mí
sobre un campo de minas.
No sé si explotará en mis manos
ni quién morirá primero:
El poema o yo.
II
Lo que con pureza es contemplado
siempre es puro.
La rosa me observó:
se tornó mi pupila
Inflorescencia.
III
Soy más pequeña
frente a lo pequeño.
Virutas, minas, papeles arrugados,
añicos, restos todos, escuchadme
os estoy suplicando un infinito.
IV
¿Por qué esta luminosidad insoportable
si dejé el sol por tierra, acuchillado?
Yo apenas respiraba…
Ahora ciega la luz.
Hoy es otra oscuridad la que destella.
El poema ya está escrito
El poema ya está escrito
porque todas las palabras están en este mundo.
Hay al pie de los ojos un prado de palabras.
Están las de la introversión
las de la afirmación perfecta.
Están las palabras del canto de la noche
Incluso están, tan tuyas, tus palabras.
Tan solo hay que ahuyentar las que no sirven,
llenar el cuentagotas
depositar el líquido esperando el contraste.
Palabras ligeramente radioactivas.
Ir apagando en silencio las demás
colocar las cortinas, ajustar bien la tapa
y reducir el lenguaje a su esqueleto.
Que algún poeta me borre la hojarasca.