CONTRATAPA

Sexta inteligencia, por Alex Augusto Cabrera

Básicamente, como (sin acento), genial, no puedo, simplemente, obvio…
Son seis palabras…
Según la Inteligencia Artificial, si las usas siempre, eres un estúpido ignorante.

Perdón, Alex Cabrera Panez, no puedes decir eso

Usar reiteradamente esas seis palabras nos permite decir, sin temor a dudas, que el universo cultural y educativo del parlante (persona que habla con o sin micrófono, es limitado).
Hasta cierto punto es entendible: obvio y genial tienen variantes, pero, este será un ejercicio vertical.
Básicamente, como, genial, no puedo, simplemente, obvio, en horizontal no dicen nada y son palabras idiotas o de idiotas según la IA.

¿Y si las ponemos verticalmente?

SEXTA INTELIGENCIA

Básicamente entiendo que no soy ni seré
como hace tantos años cuando bajo la lluvia sangraba una promesa, el que perdía todo y aún reía. No, ese ya no soy yo.
No puedo, nunca pude mezclar jamás con esperanza.
Genial. Soy el torpe vencido que mira siempre un gran reloj, un único reloj girando a la derecha todas mis torpes horas a la izquierda.
No puedo ser el que nunca seré y es irónico, el que soy agacha la cabeza… mea culpa… Cada uno destruye a su manera sus diez ciclos de verse y no ser ese que vomitaba viejos lustros.
Simplemente estoy vivo más allá de las curvas y de todas las luces que me dieron, para ser lo que soy

esa mano que busca entre la niebla aquello que se fue mientras volvía.
Obvio, soy la luz roja.

(Los que me conocen saben que no uso acentos, pero esta vez la Inteligencia Artificial fue muy atrevida)

Posdata, ya lo hice y lo haré de nuevo
No sé si esto será otro libro.

Estoy harto de corregir en lo que sí conozco a la Inteligencia Artificial, la IA es el mayor fraude para el que sí leyó.

Mil millones de libros no harán nunca un libro, en fin.

Es lo que hay..

POESÍA DE ALEX CABRERA

dónde queda Inglaterra

toca mi corazón
¿lo escuchas?

allí está Inglaterra
vive en mi corazón

¿un país cabe en un corazón?

cabe
un país es tu madre
tu padre y tus hermanos
los paseos en bicicleta

¿la bicicleta es otro país?

no
pero te permite viajar

si Inglaterra es tu corazón
qué país somos nosotros

ustedes son mis manos

por qué somos tus manos

porque todo lo hacemos juntos
ya ves lo bonita que quedó la escuela


mi mamá dice que allí podrá enseñar

pronto vamos a tener una iglesia para alabar a Dios como se debe

yo no quiero una «iglesia»
me gustan tus misas en el parque

pero a tus papis no
ellos casi no vienen

es que mis papis no tienen campanitas
cuando yo sea grande quiero ser viajero

por qué quieres ser viajero

para ser como tú
quiero tener países en mi corazón y en mis manos

Alex
las personas son como los espejos
cuando tú seas grande vas a ver un espejo y ese espejo te va a mostrar tu vida

lo vivido es a veces una suma de muertos

ahora que soy grande y veo espejos y que tengo países en la espalda
busco en mi corazón y no encuentro a Inglaterra
ni a ese hombre con barba en bicicleta


Las personas no son como los espejos

Soledad que vienes de los días curvos

soledad que vienes de los días curvos y las cuatro calles blancas de la infancia
ya no me persigas
déjame en el patio de esta vieja casa tan cerca del mar

he vivido un poco lejos de la lluvia
rodeado de muertos he nacido mucho y sigo naciendo cada que apareces con un nuevo nombre

nunca pedí un ángel ni tu gran amor

si la tumba es gloria prefiero la sombra

me sobraron luces al fin del camino y sigo despierto

esta esfera es corta para estar contigo y ya estoy muy viejo para continuar arañando el lodo

ha volado el tiempo y hoy tan solo tengo voces de otras vidas

vivir es amar
aunque nada vuelva de los días curvos


Palabras sin acentos

lo que nunca se va
de tanto querer ir retorna en polvo

cuatro horas son seis si nadie suma
o dos
si se miran las restas de aquello que no brilla
tres segundos al sur
o lo que sufre
por sobrar al momento
en el que cada quien se hace distinto

el otro siempre cambia en un espejo

no refleja la luz la sola sombra

la muerte es otra playa

todo vuelve al hogar
menos la vida