Silvana Pressacco, argentina, cordobesa, docente de profesión, es una mujer a la que le gustan los extremos y tal vez por eso a la vez que imparte clases de matemáticas explora el mundo de las letras. En un principio escribía solamente relatos, pero como mujer curiosa que es, se adentró en el mundo de la poesía escrutando, poco a poco y con paciencia a la técnica poética. Asegura que todo comenzó por experimentar una intensa necesidad de escribir, que sentada enfrente del teclado, aún con otro trabajo pendiente en un rincón, surgían los versos sin siquiera pensarlo. Al final terminaba contando una historia que ni sabía que tenía en mente y en muy pocos renglones. El ser breve, sin perder la claridad ni el objetivo, se lo atribuye a su costado matemático. Sólo resta -dice- «seguir en el cultivo del costado literario para llegar con lo breve a emocionar al lector desde la imagen justa que lo diga por mi».