Poemas escogidos
A Marianela – En memoria de Benito Pérez Galdós
¿Quién te dijo, niña hermosa,
que no vales para nada?
Nadie ha sabido mirarte,
no todo el mundo ve el alma,
como no vemos el aire
ni a los duendes ni a las hadas
ni a la Virgen amorosa
que a ti te cantaba nanas.
Marianela, quien te supo
dentro de su sensación perlada,
te construyó fea y chica,
huerfanita y desgraciada,
para demostrarle al mundo
que la belleza es un ancla
-el cuerpo sólo es la nave-
y en la tempestad te amarra
para que el mar no te arrastre.
Esa eres tú y tus palabras.
Entre dos conchas, la perla,
entre las piedras, el oro,
entre la flores, la tierra,
y en Pablo luz de sus ojos.
Mas no supieron mirarte,
sólo un hombre lo vio todo,
Benito Pérez Galdós
bella te sacó del lodo;
aunque de harapos vistieras,
aunque soñaras descalza,
aunque un mendrugo de pan
en tus manitas llevaras.
Los besos que no te he dado
Se están muriendo en mi boca
los besos que no te he dado
y mira si son valientes,
si son como toros bravos,
que para alcanzar la muerte
lo quieren hacer luchando.
El clavel que hay en la tuya
se los pondré al enterrarlos
porque a la mía, mi niño,
siempre se lo estás negando
y no quiero que se vayan
tristes y desconsolados.
A dónde irán sin tu boca.
Eso me estoy preguntando.
Si van al cielo ¡qué gloria!
pues si arriba estás mirando
como ya no habrá frontera
bajarán hasta tus labios
Hadas
Qué dulces son las hadas,
las de la infancia.
¿Recuerdas cuando niñas
nos abrazaban?
Nos llevaban corriendo
sobre sus alas
alejándonos de ogros
y de las zarzas.
Y ya, ¿por qué no vienen?
¿no quedan hadas?
No llaman a la puerta
de nuestra casa.
¿Qué habremos hecho, dime,
para asustarlas?
Tan sólo, hemos crecido.
Siente el amor,
y encontrarás la Magia.