Anti erotismo radical
Amores que de tan sutiles
son como los de la famosa escena
de las miradas a la luz de velas
de la película de Kubrick.
Y otros que son disímiles,
y tanto, que parecen más teoremas
para las manos ágiles y expertas
en resolver cubos de Rubik.
Me adaptaré a cada circunstancia
siempre y cuando el trabajo esté bien hecho.
Si es buena la faena sobre el lecho
el ¿cómo así? carece de importancia.
Digo yo, que prefiero Bach a Elvis,
y sin embargo en el amor persigo
modestamente un resultado. Digo,
ese largo estornudo de la pelvis.
Gerardo Campani
Anti erotismo medular
Va a ser que sí,
que corren malos tiempos para escribir lujurias
y volver a la piel enamorada.
Que ya no queda espacio para enroscar las lenguas
y el roce de los cuerpos sudorosos.
Que dudamos
de si resucitar de tanta muerte absurda
tiene alguna ventaja
y merece la pena encarnizarse
forzando el boca a boca del instinto.
Probablemente ya, va a ser que sí,
que esta extravagante febrícula sexual
no tiene consecuencias y, aunque tiemble
como una gata arisca y aterida,
no va a dejarme huellas en la nuca
ni a preñarme de sol extemporáneo.
Que no quedan orgasmos que llorar
a borbotones cálidos,
porque tu palidez no se pronuncie
sobre la doble luna de mis pechos
con la voz excitada por la ausencia
y el deseo expedito.
Va a ser que sí,
y desaparecer
empieza a ser la opción
que en este ranking va ganando puntos.
Morgana de Palacios