Ana Bella López Biedma

Aerostático by Peggy Marco Lachmann-Anke

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En el lugar donde nadie nos toca
escribimos al aire algún paisaje extremo
y esperamos el rayo,
la mordida fugaz que nos afirme
sobre el cristal acuoso de la vida
esa dulce destreza de los dedos.

Se inclina el contador
en su balanza inútil de opulencia,
y nos invade ese calor insano
de sabernos hermosos, importantes,
cultos, buenos, malditos,
diferentes del mundo.

Que absurda la ilusión de medir la estatura
en función de ese gas
con el que el ego sube como un globo
y estalla en mil pedazos,
si solo tierra adentro
donde nos sobreviven las palabras más tristes
y nos habitan simas como antiguas
compañeras de guerra,
se encuentra algún nidal pequeño y tibio
en que morir ternura o abrazarnos.

Nada nos mide sino ese temblor
de estar solos, de pie
y ser dueños de nuestro propio invierno.

Un comentario en “Ana Bella López Biedma”

  1. El ser humano es un caleidoscopio de colores. Los egos se adhieren a la piel, de acuerdo a la temperatura del momento.
    Cada uno escribe en su propia memoria… lo ilusorio de saberse vivo.
    Me encantó tu poema. Saludos cordiales

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