Siete velos (Salomé)
Siete velos, evocación sedosa
del paradigma urente de la duda
que despierta el anhelo y que lo anuda
a la sublimación casi virtuosa.
Mirad a Salomé, parsimoniosa,
se sabe deseable y se desnuda
ante el ojo expectante, en una muda
demostración de hembra poderosa.
Se trata de que no se apague el fuego
de la provocación, que hará la espera
frenesí y a la vez desasosiego.
Hay algo en este juego que fascina…
La chispa de pasión se vuelve hoguera
ante la brasa viva que adivina.
Bellísimo, Jordana. Aprendí también una palabra nueva: urente.
Besos.