Octubre
Octubre llegó a destiempo
con vocación de solsticio
y entre los verdes y ocres
en mí germinó el olvido
despojándome de ramas
que asombraran los caminos
(jamás tuve luminarias
que dieran luz a mi exilio).
Octubre con alfileres
ornamentó el acerico
del corazón que me late
a ritmo de petroglifo.
Hoy soy columna de mármol
conteniéndose el respiro
y aunque el ayer se revuelve
entre pátinas de siglos
para recordarme siempre
todo aquello que yo he sido
no me arrepiento de nada
ni a los veranos envidio
y con mis ojos desnudos
azules, cálidos, limpios,
espero pacientemente
seguir llevando los hilos
de las riendas de mi vida
y que el instante preciso
me encuentre serenamente
abrazando el infinito.
No doblarán las campanas
porque han de morir conmigo.
Nocturnal
Ahora sobre el alero
la luna, triste, se alza
y dialoga antigüedades
con no sé qué voces blancas.
Hay algo extraño en la calle
retorcida y solitaria.
Acaso yo no soy yo,
tal vez no son mis pisadas
éstas que van en la noche
rompiendo la oscura calma.
Los versos que voy pensando
quizás no son mis palabras.
Algo ha pasado en el tiempo.
¿Es otra edad ya lejana,
otra noche y otra luna
dialogando con el alba?