Las rimas asonantes, su fuerza relativa y clasificación

por Ricardo Fernández Esteban

Imagen by Valerio Errani

En los tratados de métrica se indica que en las rimas asonantes sólo se tienen en cuenta las vocales y, si son diptongadas, las débiles tampoco se consideran. A pesar de que esta es la opinión general, considero que las consonantes intermedias sí que tienen una influencia en la rima asonante, ya que hay sonidos consonánticos próximos y otros muy diferentes, o hasta palabras que riman en asonante sin consonantes (p.e: “decía” y “ministras” riman en i-a). Además, las vocales débiles diptongadas también influyen en la relativa proximidad de esos sonidos. En resumen, como veremos a continuación, las consonantes intermedias y las vocales débiles dan mayor o menor proximidad, y por tanto fuerza, a las rimas asonantes.

Existe una progresiva gradación de más a menos desde rimas asonantes muy cercanas a las consonantes a otras sólo con una ligera asonancia, en función de esas consonantes y vocales débiles, o su ausencia. En este artículo voy a referirme básicamente al español estándar peninsular, y tengo que indicar que no existen verdades absolutas, ya que hay diferentes “hablas” según zonas geográficas o grupos sociales que hacen variar ligeramente estos sonidos consonánticos; además, la expresión oral de la poesía depende en parte de quien la recita.

Por la continuidad de esta gradación, y las citadas diferencias de hablas y recitados, efectuar una clasificación estricta sería muy prolijo y subjetivo, pero con todas las precauciones intentaré dividir las asonancias entre “asonancias altas”, “asonancias medias” y “asonancias débiles”. En esta clasificación se tendrán que comparar rimas entre sí y esa fuerza no es la misma entre versos contiguos que entre versos más distanciados, por eso consideraré asonancias débiles las que estén separadas por más de dos versos intermedios, independientemente de la similitud entre ellas.
Para analizar las consonantes intermedias, que son las que más influyen en la fuerza relativa de las asonancias, hay que tratar de la fonética de esas consonantes y su proximidad. Veamos este cuadro resumen que indica las distintas grafías y su pronunciación:




Unos pequeños cometarios fonéticos ayudarán a interpretar el cuadro estándar, en el que algunas grafías pueden ocupar más de una posición, ya que su realización es variable en función del hablante o de otros sonidos próximos en la palabra.

El punto de articulación: es la zona de la cavidad bucal en que dos órganos se unen para producir un sonido. Bilabial: los labios. Labio-dental: dientes superiores sobre el labio inferior. Interdental: la punta de la lengua entre los dientes superiores e inferiores. Dental: La punta de la lengua toca los dientes superiores. Alveolar: La punta de la lengua toca los alveolos de los dientes superiores. Palatal: La lengua toca el paladar. Velares: La lengua toca el velo del paladar (más retrasado).

El modo de articulación: es la forma como sale el aire por los órganos articulatorios. Oclusiva: de golpe con una pequeña explosión. Fricativa: sale rozando produciendo un ruido continuo. Africada: empieza como oclusiva y acaba como fricativa. Lateral: el aire sale por los lados de la lengua. Vibrantes: se interrumpe la salida del aire con movimientos rápidos de la lengua. Nasal: el aire sale por la nariz además de por la boca. Sorda: no vibran las cuerdas vocales. Sonora: vibran las cuerdas vocales.

Respecto al cuadro hay dos grafías que se confunden en amplias zonas geográficas. La “ll” se pronuncia en muchas zonas como “y” (yeísmo) y en general se ha perdido esa distinción de sonidos en las rimas. La “z” (sonido c suave) se pronuncia en el sur de España y en amplias zonas de Latinoamérica como “s” (seseo); no obstante, en la poesía de la península, excepto en la popular, se mantiene la distinción de rimas con “z” y “s”.

Voy a aplicar ahora estas distinciones fonéticas a la práctica de las rimas, y repito que en estas opiniones siempre hay un cierto componente subjetivo. Para ello, indico una serie de proximidades o lejanías rimáticas adjuntando ejemplos.

La distinción entre pares de sordas y sonoras es pequeña, y los sonidos que tienen un punto de articulación lejano se distinguen más de los que lo tienen cercano.

Las oclusivas tienen una asonancia bastante fuerte entre sí: “sapo / ambos / zapato / estado / lago /tabaco”, producto de esa pequeña explosión al pronunciarlas. Esta similitud aumenta en los pares sordo y sonoro: “zapato / estado”.

Entre las fricativas hay bastante proximidad entre la “f” y la “z”: “taza / gafa”, y ya se ha comentado la confusión en el seseo entre la “z” y la “s”

Otra proximidad y confusión comentada es la de la “y” y la “ll”: “batalla / playa”, y también son próximas la “y” y la “ch”, sobre todo cuando la primera se pronuncia como africada: “muchacha / playa”.

Los sonidos nasales, laterales y vibrantes están relativamente próximos dentro de cada modo (m/n, n/ñ, l/ll, r/rr): “mana / dama, gana /maña, malla / bala, para /barra”. Pero no lo están con relación a otros modos.

La ausencia de consonante intervocálica en la rima suele disminuir la fuerza de la asonancia con palabras que sí las tienen. Por ejemplo “tía” tiene baja proximidad a “hija”, “chica”, o aún menos a “ministra” aunque rimen en asonancia.

En el caso contrario, la rima con doble consonante intervocálica inseparable en posición explosiva (pr, br, pl, bl, fr, fl, gr, gl, kr, kl, dr y tr) suele estar muy próxima a la que sólo contiene la primera consonante: “cafre / gafe, lacra / flaca”.

En las dobles consonantes intervocálicas separables, se dan casos como en “mármol / árbol “ en que se refuerza la rima al compartir las implosivas “r” y “l”, esta última final.

Cuando la rima es aguda la asonancia suele ser fuerte, a pesar de la presencia de una consonante implosiva final diferenciadora: “pasión / reloj / mató , Madrid / recibí / decir” , por la fuerza de la sílaba aguda, la brevedad de la rima y, a veces, por la no pronunciación de la consonante final.

Las consonantes implosivas finales (posvocálicas), de las que la más normal es el plural “s”, suelen influir poco en la diferenciación del sonido. Así, si coincide el resto de la rima es prácticamente consonante: “mapa / capas”.

Como ejemplo, un poema en rima asonante de Blas de Otero, “A la inmensa mayoría”, con comentarios sobre la fuerza relativa de las asonancias:

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre A (o-e)
aquel que amó, vivió, murió por dentro B (e-o)
y un buen día bajó a la calle: entonces A (o-e)
comprendió: y rompió todos sus versos. B (e-o)
Así es, así fue. Salió una noche A (o-e)
echando espuma por los ojos, ebrio B (e-o)
de amor, huyendo sin saber adónde: A (o-e)
a donde el aire no apestase a muerto. B (e-o)
Tiendas de paz, brizados pabellones, A (o-e)
eran sus brazos, como llama al viento; B (e-o)
olas de sangre contra el pecho, enormes A (o-e)
olas de odio, ved, por todo el cuerpo. B (e-o)
¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces A (o-e)
en vuelo horizontal cruzan el cielo; B (e-o)
horribles peces de metal recorren A (o-e)
las espaldas del mar, de puerto a puerto. B (e-o)
Yo doy todos mis versos por un hombre A (o-e)
en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso, B (e-o)
mi última voluntad. Bilbao, a once A (o-e)
de abril, cincuenta y tantos. (Blas de Otero). B (e-o)

Se trata de versos endecasílabos que riman en asonancia. Los impares en (o-e), y los pares en (e-o). Vamos a ver si, además, hay similitudes fonéticas entre las consonantes implicadas, sean explosivas (anteriores al núcleo vocálico) o implosivas (posteriores). También hay que tener en cuenta los versos que las separan, y por lo dicho anteriormente sólo compararé las que están separadas por uno o tres versos como se indica entre <>. En resumen, se clasificarán las asonancias como “altas”, “medias” o “bajas”, y repito que esta es una clasificación orientativa y con cierto grado de subjetividad.

En una situación en que las consonantes implicadas en una y otra rima tengan una influencia neutra (o sea no tengan especial proximidad o lejanía) las rimas separadas por 1 verso se considerarán de asonancia “media” y las separadas por 3 versos de asonancia “baja” por la disminución de la fuerza debida a la “distancia”.

Al punto de articulación” lo indicaré como “mismo punto, cercano o lejano” y al modo de articulación como “mismo modo, cercano o lejano”. Se indica (+) cuando el factor refuerza y (-) cuando disminuye.

Los versos impares:
hombre <1> entonces: “media”: (+) modo nasal de las implosivas m y n.
hombre <3> noche: “débil”: (-) no proximidad consonántica.
entonces <1> noche: “media”: (+) explosivas modo cercano “c” y “ch”; (-) ausencia de implosivas en “noche”
entonces <3> adónde: “media”: (++) misma implosiva “n”; explosivas “c-d” mismo modo, punto cercano.
noche <1> adónde: “media-baja”: (=) explosivas “ch” y “d” modo cercano, punto lejano; (-) ausencia de implosiva en “noche”
noche <3> pabellones “débil”: (-) ausencia de explosiva final “s” en “noche”
adónde <1> pabellones “débil”: (-) explosivas en distintas sílabas.
adónde <3> enormes “débil”: (-) lejanía consonántica de implosivas y explosivas
pabellones <1> enormes “media-alta”: (++) “n-m” nasales e implosiva común “s”
pabellones <3>atroces “débil”: (-) explosivas lejanas; (+) implosiva común “s”
enormes <1> atroces “media”: (-) consonantes lejanas; (+) implosiva final “s” común.
enormes <3> recorren “media-baja”: (+) cierta influencia de la “r” explosiva e implosiva
atroces <1> recorren “media”: (-) lejanía de consonantes;
atroces <3> hombre “débil”: (-) lejanía de consonantes
recorren <1> hombre “media-alta”: (++) consonante explosiva “r” común
recorren <3> once “débil”: (-) lejanía de explosivas, distinta estructura implosiva
hombre <1> once “media-alta”: (++) mismo modo “m” y “n”, y “b” y “c”
Además, se repite “hombre”, pero separado por 15 versos por lo cual no influye, y la fuerte similitud entre “atroces / once” , por la coincidencia del sonido “z” queda muy disminuida al estar separada por 5 versos.

En los versos pares, además, hay presencia de rimas diptongadas que las empobrecen al no estar esa vocal débil en la otra rima:
dentro <1> versos “media”: (+) implosivas iniciales “n” y “r” mismo punto; (+) explosivas “t” y “s” cercanas; (-) implosiva final “s” sólo en una
dentro <3> ebrio “media-baja”: (++) coincidencia explosiva “r”; (-) “i” diptongada
versos <1> ebrio “media”: (+) misma “r” implosiva explosiva; (-) “i” diptongada
versos <3> muerto “media”: (++) misma “r” implosiva; (+) cercanía de “t” y “s”; (-) “e” diptongación débil
ebrio <1> muerto “media”: (+) mismo modo “b” y “t”; (-) diptongaciones “u” e “i”
ebrio <3> viento “débil”: (+) mismo modo “b” y “t”; (-) “i” diptongada débil en distinta posición
muerto <1> viento “media-alta”: (++) misma “t” explosiva que aproxima mucho los sonidos; (-) diptongaciones “u” e “i
muerto <3> cuerpo “media”: (++) coincidencia “r” y mismo modo “t” y “p”, (+) por la coincidencia de “u” diptongada débil
viento <1> cuerpo “media-alta”: (++) mismo modo “t” y “p”. (-) diptongaciones “u” e “i”
viento <3> cielo “débil”: (-) lejanía de consonantes; (+) coincidencia “i” diptongada débil
cuerpo <1> cielo “media-baja”: (-) lejanía de consonantes; (-) “u” e “i” diptongadas débiles
cuerpo <3> puerto “media”: (++) misma “r” implosiva; (+) mismo modo “p” y “t”, (+) coincidencia “u” diptongada débil
puerto <1> hueso “media-alta”: (+) cercanía “t” y “s”; (+) “u” diptongada débil
puerto <3> Otero “débil”: (+) misma “r” implo-explosiva; (-) “u” diptongada débil
hueso <1> Otero “media”: (-) “u” diptongada débil
Además, hay consonancia entre “muerto <> puerto”, pero separada por 7 versos, lo que la difumina.

En el conjunto del poema la mayor proximidad se da entre “muerto <> viento <> cuerpo” que sólo están separadas por un verso, y algo menor entre “pabellones <> enormes”. También hay una gran proximidad fonética directa entre “muerto <> cuerpo” que se reduce al estar separados por tres versos. En resumen, en todo el poema no clasifico ninguna asonancia como “alta”, lo que sin duda tiene mucho que ver con el interés y cuidado del autor en que así sea y se mantenga un poema en rima asonante, desechando esas “cuasi consonancias”

Jordana Amorós, seis sonetos

Imagen by Oleg Mityukihin

Por error

El desencanto tiene los ojos amarillos
y todo lo que mira lo ve de ese color,
solo pétalos secos augura en cada flor
y en la Luna creciente , avisos de cuchillos.

El hastío traspira resabios de alcanfor,
atavía las horas con hábitos sin brillos,
hasta que sus latidos se vuelven estribillos
que apagan cualquier música que suene alrededor.

El cansancio nos llena de piedras los bolsillos,
nos desahucia los sueños al feudo del sudor
y los va disolviendo igual que azucarillos.

¿Entonces qué misterio, qué milagro, qué error
de nuestros genes teje encajes de bolillos
que en los adentros guardan incólume el amor?


Triste lógica

Ya no canto al amor, no me molesto
en buscar adjetivos melindrosos
y verbos francamente pegajosos,
ni en discurrir el cómo los unzo y los orquesto.

Y todo para hacer unos pomposos
elogios a quien deja descompuesto
tu corazón, sin otro de repuesto,
a cambio de unos pocos instantes tumultuosos.

Qué podría decir que no parezca
que entono en un tristísimo gospel
su póstuma elegía disimulando el llanto.

Hay que loar a quien se lo merezca,
pues sabes que ha de serte siempre fiel.
Hoy , y por triste lógica, al desamor le canto.


Duda

No hay mariposas blancas… escorpiones
se adueñan de mi estómago y me late
dispuesto el corazón para el combate,
a veinticinco mil revoluciones.

No puedo permitir que me delate
una mirada, que mis emociones
dejen al descubierto los rincones
del alma en que mi duda se debate.

Tanto y tanto…
y tan alto y tan lejano…
tanto beso que no sabe que existo,
-quizás tan al alcance de la mano-.

Tener que decidir si a la agonía
del silencio me obligo o bien conquisto
tu boca y mi Jardín de la Alegría.


Eres

Eres la melodía inacabada
que el corazón conoce y que se adueña
de su latido y lo vuelve enseña
de la esperanza cada madrugada.

Eres la suave esencia destilada
de una noche de Abril clara y risueña
y el encaje de seda con que sueña,
cualquier mujer hacerse una almohada

Eres el arco iris de colores
que me restaña la mirada herida.
Eres esa criatura concebida
para que alumbre versos sin dolores.

Serías el amor de mis amores,
si lo quisieras tú, toda mi vida.


Si me nombras

Si un día tú me nombras, espero que tus labios
pronuncien los sonidos con la pasión devota
del que a su dios le reza y en su palabra flota
el fervor encendido que esfuma los agravios.

No dejes que pervivan en ellos los resabios
de ayeres sin ventura y observa como brota
la dulzura escondida, licor de bergamota
que vuelve las palabras y los besos más sabios.

Que yo sabré mostrarte el modo como suena
el júbilo en los míos, con notas anisadas
endulzaré tus días, feliz y agradecida.

Y embaucaré tus noches con cantos de sirena
que al rendirse en tus brazos todas las madrugadas
encienda las auroras, translúcida de ardida.


Regalo

Si quieres dibujarme a pulso una sonrisa
que nunca se marchite, no me obsequies con flores,
ya sé que son hermosas, pero de sus colores
más vivos los desnuda un soplo de la brisa.

No me ofrezcas tampoco aquellas confituras
que ponen en la boca un sinfín de embelesos,
semejante al agrado de un enjambre de besos
pues llega a empalagarme su aluvión de dulzuras.

Regálame la música que corre por tus venas,
hazme con ella el Himno al Santo Disparate
de que este amor nos llene la vida de sentido.

Bailar a su cadencia nos lleva a las amenas
regiones donde habitan los locos de remate
que de ilusión se nutren por tiempo indefinido.

Tres poemas, por Silvio Rodríguez Carrillo

Imagen by Benjamin G. E. Thomas

Sé contigo y déjame


No me sigas ni me esperes
que me estoy abriendo paso
luchando contra lo que dijeron que soy,
destruyendo la fe más errada
y que me obligaste a beber,
desestimando bloques enteros de mi realidad
que creí no cambiarían.

No te duelas en mi desapego
ni le recrimines a lo histórico
el estruendo de los ángeles al romperse,
todo se hizo necesario esa mañana
en la que llegué tan temprano
que no había amor para repartir
y te inventé el que pude
sin saber que no iba a durar.

Detén el llanto antes que nazca
o escúpelo en torrente irrefrenable,
pero no te detengas en un dolor
que sólo es mancha sobre los nombres
y acaso ancla en los pies del que lo porta,
no sea que en soledad en lugar de brillar
termines amalgamándote con sombras hirientes
que beben de sí, de sólo silencio.

Como antes
en el inicio del puente bajo la luna,
festeja que siendo como los demás
no soy como los otros,
como yo celebré en su momento
en tu simpleza lo único y definitivo.

Sé contigo y déjame
ser con lo que me ronda
lo que no pude hallar en tu presencia,
el fondo preciso de lo ilimitado
y el rostro de Dios
sonriendo sobre mis errores.


Rompebolas


Escuchame, pedazo de boluda,
si a vos no te produce regocijo
nada que no refiera de tu hijo
como si fueses ciega sorda y viuda,

es un problema tuyo, solo tuyo,
pues hay quienes se placen en más cielos
de los que conocieron tus abuelos
-que no pensaban mucho, me lo intuyo-.

Así que ya cortala, despertate
buscate algún librito que te valga
para hacer algo más que un sucio mate,

renová tu pensar, mové la nalga
o ponete al costado de mis olas
que te pasás rompiéndome las bolas.


Elegiste seguir lo vivido


En el centro movible de la arena
clavé una estaca enorme, pura altura
y en ella la bandera más preciosa:
el viento incontenible con voz cruda
repitiendo el cantar de tus cabellos
disolviendo mis más íntimas dudas.

Desde el futuro vine a tu pasado
a llenarlo de aromas improbables,
a tornar toda cruz en mil espadas
y lograr que te rías y me abraces
como en tu dimensión se puede y debe,
sin mirar a los lados, aunque enfade
al que pide le den lo que no fue
y llenar con lo ajeno su equipaje.

Te di mi risa bruta, mi decir
y con sólo mi espalda fui tejiendo
la lluvia por adentro del afuera
y la tórrida luz que brinda un beso
si ocurre en la mañana y sin aviso
tapando toda falta y todo hueco.

Pero nunca sirvió lo de quererte,
encaraste los daños como meta
y con lágrimas fuiste destrozando
todo lo que busqué no sea prueba;
extraviando controles y colores
juzgaste que mejor era ser mueca,
dejándome intentar golpes de sombras
por traerte del lado que no enreda.

Elegiste seguir lo vivido
por quienes no vivieron mis acciones,
repetir lo seguro de lo necio
y evitar arriesgar ser quien impone
esa no imposición que clava y duele
en el alma del burdo en sus barrotes.

«Tres sonetos de amor», por Sergio Oncina

Imagen by Deflyne Coppens

Amor, me vas buscando

Amor, me vas buscando y no consigo
esquivarte del todo. No desistes
de calentar el alma de los tristes
y yo no quiero brasas si es contigo.

No pienses que al final me contradigo
si débil me enamoro porque vistes
los días de color, sueños y chistes
y confundo con premios tu castigo.

Si me atrapan tus lazos sé clemente
y no dejes que sufra nuevamente
el martirio pueril de una utopía.

Déjame huir a tiempo de tu engaño,
no entierres el cuchillo en lo que extraño
ni alargues por antojo la agonía.


Resurrección


Nos damos otra vez contra el deseo,
furtivos y sedientos, sometidos
al instinto, dichosos y rendidos
al festival de carne y su apogeo.

Te enfrentas a los ojos del ateo
como diosa lasciva y escondidos
del mundo braman plenos los sentidos.
Tú me muestras la vida y yo te creo.

Renace entre las brasas lo apagado
para dejar de ser ceniza inerte
y rugir como fuego desbocado.

No es que quiera morirme o poseerte,
es que no hay más opciones: o el pecado
o resignarme al beso de la muerte.


Hablaba por hablar


Hablaba del amor como si fuera
un bache en el camino, intrascendente,
una frívola piedra que atrayente
me hiciese tropezar por vez primera.

Pero me abalancé como una fiera
salvaje, entusiasmado e inconsciente.
Lo reté, más seguro que valiente,
y sin luchar logró que me rindiera.

Dos veces me topé con su locura
como el hombre que soy, terco animal,
y dos veces amé bajo tortura.

Temo un tercer encuentro ineludible
tan turbador, magnético y brutal
que me impida abjurar de lo increíble.