NOVEDADES EDITORIALES

«Maldita musa »

poemario de Mar García Romero

María García Romero no es una poeta para leer de paso. Es una voz poética intensa en su delicadeza, en la que el lector debe sumergir su vocación lectora para abstraerse y así sensibilizarse con el mundo que la autora propone. La voz de María es una voz de altura, de esas voces frente a las que voces como la mía se detienen y se quedan allí, disfrutando.

Disponible en La fragua del trovador

MANEJO DE METRO, MANEJO DE RITMO

El verso blanco

Isabel Reyes – España

30 de enero

Envés de la cordura, cuánto llanto
se vierte por mi cara.
Cómo escuece el dolor entre los ojos
cardo ahogado en la luna del silencio,
la vida hecha ceniza destruyéndome.

Se derraman los años como un río
y no tengo en mis dedos la compuerta
contra ningún naufragio imprevisible
y las voces
no taponan la herida del futuro.

Mañana el sol no sale, y yo atónita
mi breve arquitectura ante el asombro
contemplo, dolorida, la oquedad
que debiera rozar con estas manos.

Envés del corazón, el otro número
del signo del zodiaco, el otro rostro
que tiene el día 30 de este invierno
escueto enero helado de la muerte
que me empieza a sufrir frente a la piedra,
sobre el mar nunca visto todavía,
ardiendo la distancia de mis ojos
al tempero salobre, siempre sola
la océana nostalgia con verjas y con nieve.

Y mi cuerpo se queja
de aguantar tanta ausencia en sus espaldas.



Morgana de Palacios – España

El cazador de cazadores

Te sangra el corazón
y los ojos te sangran
espantados.

Te sangra la conciencia
como si fuera tuyo el pecado del mundo.

Toda la imperfección del hombre estalla
con una impunidad paralizante,
mientras se abusan niños,
se torturan
se gasean
como si el que murieran entre espasmos
fuera algo inevitable y hasta convencional
en esta guerra sorda del hombre contra el hombre.

Eres un cazador de cazadores
en un negro safari cazanegros,
cazaesclavos sexuales
cazaórganos,
porque si hay demanda pervertida
lloverán, fraudulentas, las ofertas,
y las arañas tejerán las redes más insólitas.

No seré yo, ya sé, pero alguien tiene
que mantener erguida la piedad
y los ojos abiertos
en la fosa común de la ignominia humana.

No, no seré yo,
pero serán tus ojos repletos de cadáveres sin tumba,
y tu rabia será y tu impotencia,
y tu sordo dolor gritando testimonio
para sacarte el asco de las tripas.

Yo no hago nada, vida, sólo impongo
alguna mano fría sobre la frente ardiente
de tu desolación,
mientras me sobrecojo en tu palabra
que no se calla nunca
suavemente.

Como tiene que ser cuando elegiste
por qué ojos de hombre ver el mundo.


Gavrí Akhenazi – Israel

Negociación del fuego

Hemos dejado la violencia para ratos sin armas.
Negociamos el fuego
y hay narcisos de nuevas floraciones
comiéndose despacio el roquedal.

Abruptos y volcánicos
nuestros huertos parecen construcciones de piedra
con sus plantas metálicas que ascienden
encima de las frutas cristalinas
afanándose en su protección.

Aprendimos la invisibilidad de tanto ser visibles
para feroces mangas del langostón de tierra,
cuando llega famélico y masticador a devorarnos hasta el esqueleto.

El cristal, de verdad que no es lo unánime.
A la sumo, un vidrio esmerilado
que lo traduce todo al idioma de la opacidad.



Mar García Romero – España

Tarifa

Cierro los ojos,
Cohen susurra versos a la música.
Es invierno, camino por la playa,
Tarifa con el agua verde y honda
hiela mis pies, me muestra
su terrible verdad en estos vientos.

Entre las aguas veo
una luna de algas y corales,
menguante, dolorida,
un mundo no visible, donde flotan
almas sin nombres, seres sin esquelas,
que gritan sin cesar en las corrientes.
-Las olas con su furia
redoblan esos gritos en mi sangre.

Me vuelvo angustia y sal y carne negra
como otro muerto más junto a los muertos
en esta fosa anónima y azul
de catorce kilómetros sin fin.
A merced del vaivén, que no se acaba,
mi patera se hunde una vez más
frente a las dos orillas, frente a mí.

Soy un cadáver frío, con memoria,
y un gemido por siempre del Estrecho.

¿ Do I have to dance all night?
Se preguntaba Cohen.



Ángeles Hernández Cruz – España

Mis pies desnudos

Por mucho que me pidan que suba a unos zapatos
de incómoda puntera y tacón de estilete,
no quiero ser izada porque no soy bandera
de nada ni de nadie,
ni siquiera de mí.

Me resisto a llevar unos botines
de piel de cocodrilo o costra de serpiente,
con brillos suntuosos que proclamen
la obscenidad del lujo
en sus charcos de mugre.

Tampoco me pondré unas zapatillas
hechas para el deporte de aplastar
los ojos con que muchos
se ven en las estrellas.

Si tengo que elegir,
prefiero andar descalza.

EL AUTOR INVITADO

María G. Romero – España

POEMAS



IMPOTENCIA

El mastín del dolor,
con su hambre canina,
me devora incesante
royéndome los huesos.
Orco fiero, imbatible,
acosador de flores y alegría.

En las crines del aire,
detrás de la paciencia,
en el abrazo inmenso
de mi padre me escondo.
Es inútil, no tengo
ni la pastilla mágica
ni el arte de volverme invisible
o madera de boj.

Zaragoza, 2007


ABRIL

Abril lleno de luz, de soles vivos,
atraviesa la estepa de los brazos,
cojea entre los pies, trata la lengua
como un amante fiel, como si aún
fuera un cuenco de luna; el ruiseñor
que todavía canta en sus alcores.

Pleno de algarabía en la ventana,
con suavidad él deja su presencia
en la dehesa triste de los ojos,
en el ocaso azul, los altozanos,
sobre la voz del río y el adagio
que es el cierzo callado cuando duerme.

Yo no quiero morir en primavera
con el almendro en flor y los rosales,
ni en la marcha triunfal de cuanto vive
embriagada de aromas y de trinos.

¡Oh, Dios! Cómo me duele mi corazón de barro,
mis huesos de madera, los nudos de mis dedos.


PERRA VIDA

No tengo amor ni hambre
ni siquiera
habito ya tu instinto o tu deseo.
Temo,
en esas soledades de ida y vuelta,
encontrarme tus versos o mis besos,
que me huyas
como huyen los mirlos cuando llegan
las blancas golondrinas del verano.

Solo mi perro sabe
del aullido silente de una casa vacía.
Mi perro
que a bien tuvo adoptarme
sabiendo-¡soberbio compañero!-
que tal vez no le viva doce años.

Zaragoza, 2006


3

Han volcado los cielos, los alcores,
el horizonte tiene
dos soles y tres lunas sorprendidas,
la sombra del amor tiene su sombra.

Besos de absenta dulce,
adelfas en la boca y en el alma,
entre sensibles campos que me cercan
dibuja Frida Kahlo, la mañana.

La vida es un retorno
sin fin en la memoria;
los ojos de mi padre siguen vivos,
cantan las golondrinas y retrocede el agua.
Quizás salga del sueño y no esté el arcoíris,
o ese banco de ayer de piedra entre la niebla.
El amor es así, revelación,
copa de sol y boca de ceniza.

4

Giralda soy y giro con el viento,
¿ de qué sirve oponerse a su gran fuerza?
Me engañan las esquinas donde de rostro cambian
aquellos que una vez caminaron conmigo
en estas soledades sin retorno.

No existe la tragedia a los ojos del cielo,
no hay misericordia en la luna encendida
ni error que no se pague
si pisas los confines de la niebla,
este nimbus caído en pleno mayo.
Me deslumbran estrellas
que son tan solo rocas
disfrazadas de luz o de cristales;
un falso firmamento de la inocencia absurda
que, a pesar de los años, no me deja crecer.
-Quiero encontrar de nuevo la alegría que fui-
¡Oh, victoria, victoria, la risa de la muerte!


POEMA A VIVA VOZ

Junto al hermoso fantasma de Rimbaud,
oceánico león que en la distancia
clava su arañazo de luz,
amo la pesadilla de mi tiempo.

Las flores de mercurio
que en sus sudores queman
los pétalos del alba
sin dejar de llorar entre los números,
relámpagos abstractos,
que tercamente niegan
mi cita con el heno.
Esos rostros de milenaria escarcha
con sus cabezas tristes dándose contra el cielo.

Persiguen la medida de mi fuerza,
mi amor desesperado
guardián de la locura,
este manto de sal
que tus delirios hiela.

La noche se rebela
como un titán oscuro,
condenándome todo
a la muerte más fácil.
Una revolución de lágrimas y dientes,
estrangula y socorre mi herida eternizada:
Yo soy el corazón de esta agonía.

Zaragoza, 1978



Acerca de la autora

Nació en las primeras estribaciones de la serranía de Cádiz, en Villamartín, primer pueblo de la Ruta de los pueblos blancos.

Desde el año 1966 reside en Zaragoza por motivos de trabajo de su padre.

Miembro de la tertulia del Ateneo de Zaragoza desde el año 1978.

Participación en varios libros colectivos:
“Retos Poéticos”. Madrid, 2017
“La Cárcel”. ASEAPO. Madrid, 2017
“El viaje”, relato. Colección “Picapedreros”. Zaragoza, 2017
Antología a Federico G. Lorca. “Granada”. (Soneto) Córdoba Azalea. 2018.
“A la hora del Café”. Amazon. Noruega. 2013.
53 Escritores a Ramón J. Sénder. Editorial Heraldo de Aragón.1980
Poemas a viva voz. C.S.I.C. Excma. Diputación de Zaragoza. 1999
Alijos Poéticos.Sdad. Coop. Librería General. Zaragoza 1989