Entrevista a Arantza Gonzalo Mondragón, por Rosario Alonso

«No hay para mí sensación más satisfactoria
que hacer un buen poema que trasmita
mis emociones a otras personas»

A Arantza Gonzalo Mondragón, una escritora vitoriana, curiosa y muy observadora, le gusta estar bien informada de cuanto ocurre en el mundo y a su alrededor a todos los niveles.
Le encantan los documentales de historia y de animales siendo sus preferidos los de rapaces y de animales salvajes. Se siente feliz en plena naturaleza observando el cielo y los pájaros y también podría pasarse horas mirando el mar.
Amiga de sus amigos, se considera leal a la gente que quiere. Una de sus pasiones es la buena cocina y no existe mejor plan para Arantza que una cena con algún amigo/a que sea buen conversador/a.
Nos comenta que sus mejores virtudes son la empatía y la paciencia y entre sus defectos, de los que dice tener muchos, se encuentra dejar entrar más negatividad de la normal.
Para Arantza un buen perfume es imprescindible ya que es una convencida de los beneficios de la aromaterapia.
Es hija de aquellos programas nocturnos de radio de finales de los 80 y 90, donde descubrió la buena música y la mejor literatura. Inolvidables para ella fueron Quintero, Aberasturi, Marchamalo o Moreno-Ruíz. Ya con 16 años se quedaba escuchándolos hasta la madrugada a pesar de que entraba a las 8 de la mañana en el instituto. Desde entonces es noctámbula. Nos dice que la noche es su patria y que “es cuando soy yo y cultivo el alma.

1. ¿Qué es para ti la literatura?

Para mí es una puerta abierta, un puente hacia otros mundos reales e imaginarios, algo que me ayuda a conocer y a conocerme.

2. ¿Y la poesía?

Lo más íntimo de la literatura, el reflejo del alma en el papel.

3. ¿Desde cuándo escribes y qué motivación te impulsa a continuar?

El primer poema lo hice con catorce años y a los veinte tenía apenas una docena. Fue mucho más tarde cuando empecé a tomármelo en serio.

Más que motivación, lo que me empuja a escribir es una necesidad. No hay para mí sensación más satisfactoria que hacer un buen poema que trasmita mis emociones a otras personas.

4. ¿Cómo definirías tu poesía?

En un noventa y nueve por ciento la definiría como catártica. No me gusta ni lo cursi ni lo pedante, yo escribo sencillo y hondo a la vez. Busco que el poema golpee al lector como tantos poemas de otros me han golpeado a mí.

5. ¿Y tu prosa?

Me he decantado sobre todo por el relato y la prosa poética, siempre con tintes autobiográficos.

Escribo historias sencillas que sean capaces de trasmitir.

6. ¿Qué influencias literarias han marcado tu manera de escribir?

Muchos poetas, aunque yo soy más de poemas que de poetas. Es difícil que me guste toda la obra de una misma persona, sin embargo hay poemas de todo tipo de autores que se clavaron en mí para siempre. Si tengo que decir cuatro para no extenderme, diría Miguel Hernández, Vicente Huidobro, Luis Cernuda y Luis Miguel Rabanal, pero al que más admiré y del que más aprendí, sobre todo a desnudarme, fue de Alejandro Salvador Sahoud.

7. ¿A qué público pretendes llegar?

A la gente normal, a la gente que no tenga que coger un diccionario para saber qué puñetas escribiste.
A los que buscan emoción al leer.

8. Para ti ¿qué condiciones debe cumplir un escritor para ser considerado como tal?

No sólo de sentimientos vive el poeta ni de contar historias vive el escritor. Además, hay que hacerlo bien. No todo vale. El pintor ha de conocer todas las técnicas pictóricas para luego elegir su propio estilo. Lo mismo ha de hacer el escritor. Quien no sabe leer, no sabe escribir.

Hay que estar abierto a la crítica y estudiar.

También es cierto que la forma se aprende, cosa que no pasa con el talento.

9. En tu prosa, ¿cuánto de verdad y cuánto de inventado podemos encontrar?

Un buen escritor al que admiro, Gavrí Akhenazi, me dijo una vez que si escribimos de lo que conocemos nunca vamos a equivocarnos, y tenía toda la razón. ¿Y qué es lo que mejor conocemos? Pues a nosotros mismos.

Todos tenemos un universo en la memoria para llenar diez enciclopedias. Entre lo que vivimos y lo que recordamos que vivimos, que no es siempre lo mismo, hay pequeñas y grandes historias.

Yo no sé inventar, de momento.

10. Dentro de todo el panorama, ¿con qué tipo de poesía te sientes más cómoda?

Con aquella que me diga algo, independientemente del estilo. Puede estar escrita con el corazón o con las tripas, ser excesivamente lírica o totalmente barriobajera. Me ha de impactar. Cuando voy al cine a ver una película puedo reír o llorar, pero lo peor es quedarme indiferente. Lo mismo busco en la poesía.

11. ¿Cuál es tu proceso creativo, te sientas a escribir poesía o esperas que la inspiración llegue?

Generalmente escribo por impulsos. Cuando tengo una necesidad imperiosa de decir algo no hay quien me pare, aunque pase pocas veces. Otras tantas me pongo a escribir, me obligo y entonces la inspiración llega.


12. ¿Piensas que hay mucho egocentrismo en el mundo poético o que, por el contrario, es un mito?

Sí, hay mucho egocentrismo en este mundo. La mayoría de las veces viene de poetas que no han expuesto su trabajo a la crítica sincera y solo escuchan alabanzas del círculo que ellos mismos alaban.

13. Tienes un libro de poesía publicado —Barca Varada—. ¿Qué te impulsó a escribirlo?

Fue un contrapunto con el poeta Alex Augusto Cabrera en Ultraversal. Barca Varada es mi parte de ese contrapunto. Nos fuimos provocando el verso poema a poema hasta conseguir un buen resultado.

Para mí fue el despegue. Perdí el miedo, me desnudé, saqué todos los fantasmas.

Principalmente es un poemario intimista sobre la infancia herida y robada, entre otras cosas.

14. Estás preparando un nuevo poemario. ¿Puedes adelantarnos algo?

Estoy preparando un nuevo poemario llamado «Desescombrando», un título que le va de perlas a mi temática. Es una recopilación de poemas que ya están en el foro y que estoy puliendo. Verso libre, blanco, sonetos, décimas, un poco de todo.


15. ¿Crees que la poesía vende?

No, en absoluto. Lo que vende es lo que se promociona hasta la saciedad, independientemente de la calidad que tenga.

Yo sí compro poesía, pero creo que soy la excepción. Cuando realmente me gusta algo, quiero tenerlo conmigo, en papel.

Ahora con internet tenemos toda la poesía mundial a golpe de ratón, lo que demerita las ventas. Es comprensible.


16. ¿Cómo ves la poesía en la sociedad actual?

En la realidad es casi inexistente y en la virtualidad, de cada ordenador surge un poeta.
Se está haciendo muy buena poesía y también muy mala.


17. ¿Qué opinas del formato digital con vistas al futuro?

No es el futuro, es ya el presente. Lo digital va a llegar a muchas más personas. Ahora se está empezando y las revistas bien hechas de hoy serán la referencia para el mañana.

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