De lo que nos provee Ultraversal
Vagando entre los blogs del ciberespacio intentaba sacar con mis torpes palabras lo que me estaba aniquilando y veía el abecedario en el cual apoyarme sin poder alzar vuelo.
Morgana de Palacios me encontró en mi derrotero. ¡Bendito sea ese día en el que me enseño que había una luz en el camino de las letras para mí, de esas letras que carecían de alas y de voz.
Cuando llegue a Ultraversal me sentí una inmigrante al ir leyendo la excelencia en los trabajos de los ultraversales, me llene de temor volviéndome a sentir tan insignificante como cuando era niña. Eso no me detuvo. Aunque yo sea nerviosa e insegura también soy tenaz para aprender y conocer mas sobre lo que me gusta.
Comencé a compartir lo que solía escribir sabiendo bien que estaba en un taller de crítica literaria. Al principio me sentí avergonzada y muy desanimada al ver tantos errores en mis trabajos principalmente de ortografía. Sobre métrica y estructuras estaba en cero. Más me avergonzaba pensar en cómo me había atrevido a publicar en un blog lo que yo llamaba poesías.
En varias ocasiones quise tirar la toalla y retirarme rendida con la cabeza baja y si no lo hice fue por la generosidad que tenían los administradores y compañeros ultraversales conmigo, por esa ayuda desinteresada que me estaban dando. Siendo yo una persona poco instruída, ellos me estaban dando su tiempo y sus conocimientos para que las palabras en mis trabajos pudieran tener alas y luz.
Me hicieron sentir que yo podía hacerlo, aunque tuviera que corregir una y mil veces mis trabajos para poder captar lo que ellos querían que yo entendiera.
Poco a poco me fueron ayudando a cerrar las cicatrices en mis alas. Sintiéndome segura y apoyada me atreví a confesarles que yo le había hecho la promesa de un libro en memoria de su vida a mi hija Erika Adriana, algo para mí muy difícil de lograr porque no tenia las armas necesarias que se necesitaban.
Fue aquí en Utraversal en donde me brindaron las armas, en donde experimente que existen las diosidencias desde el momento que Morgana de Palacios me encontró y me trajo a esta gran familia de ultraversales, en donde todos han sido una parte importante en el libro «Su corto vuelo» que logre escribir en memoria de mi hija.
No tengo manera de retribuirles.
Queda en el libro para siempre su generoso apoyo y la ayuda que me brindaron y que siguen brindándome.
Escribir el libro para mi hija, tomada de la mano del Taller de perfeccionamiento literario Ultraversal, ha sido una hermosa experiencia en mi vida. Al ver a todos involucrados en el proceso como una gran familia me sentí acompañada y eternamente agradecida.
Nota del Director: Este editorial que firma la poeta mexicana Eugenia Díaz Mares no tiene ánimo de propaganda ni está destinado a seducir lectores para que el producto se compre. Más bien, lo contrario, aunque algún suspicaz, seguramente, intentará llevar la cosa por ese lado.
Ultraversal es un proyecto gratuito, un mecenazgo. No tiene ningún fin de lucro sino que su único fin es solidario.
La solidaridad, sobre todo en el mundo de los egos artísticos (y por qué no, en cualquiera de los demás mundos), es mal vista y peor mirada, porque contraría las normas del «me lo guardo para mí», «si alguien va a destacar, seré yo» y todas esas cosas que vuelven a las artes, en vez de un hecho expresivo que comunique a los hombres entre sí, un hecho mezquino que solamente busque el lustre propio y el preponderar de unos por encima de otros.
Elegí para el Editorial de agosto las palabras de Eugenia, porque para nosotros es un ejemplo de tesón, afán de superación personal y lucha desde la resilencia más extrema, por el logro de un objetivo fundamental en su vida.
Somos nosotros, los ultraversales, los que estamos agradecidos a Eugenia ya que su entrega al aprendizaje, su humildad inveterada, su empuje solidario y sus progresos incalculables, nos han enseñado que a pesar de la mezquindad humana, no todo está perdido.
Las personas necesitan de la solidaridad en todos los aspectos de la vida. Y ser solidario, aún en el arte, donde lo único que prevalece es el ego del artista sobre cualquier otro bien mayor, es una forma de hacer humanidad, una mejor humanidad, y que el arte perdure más allá del hombre.
Me siento emocionada y muy agradecida de ver mi texto como la editorial del mes de agosto en la revista Ultraversal.
Las palabras que me dedica el director Gavrì Akhenazi son para mi un regalo, que me motiva a continuar aprendiendo para mejorar mis textos y poesías de la mano del taller de perfeccionamiento literario Ultraversal.
Es un honor muchas gracias.