Selección de poemas de Ángeles Hernández Cruz

Cincuenta y tres segundos, dos minutos,
un día y cuatro meses
es la porción de tiempo que resulta
cuando sumo tu nombre a mi memoria
y sin embargo,
la operación resulta equivocada.

Me pregunto por qué me sabes a infinito,
un ocho recostado que sonríe
burlón ante mi asombro.

¿Será que hemos vivido desde siempre
en líneas paralelas que se insubordinaron?

Ante la geometría, formaron una equis
y ahora multiplican.


Mi condena

Me acompaña la culpa a todas partes
enquistada en la espalda y en el vientre
con la incomodidad de un viejo huésped
que gruñe y se lamenta de su hambre.

Tiene la facultad de desdoblarse
y aun sintiendo su peso se aparece
en medio del camino en pequeñeces
que envuelve y se me incrustan como sables.

Aunque hieren los rostros de los niños,
los bosques, los bullicios, las mareas
y el canto mañanero de los mirlos,

solo podré acabar con mi dolencia
cuando me harte de ver como egoísmo
la imagen del final de esta condena.

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