POESÍA PARA NIÑOS

María José Quesada – España

El viaje de María

Cuatro sillas, dos delante,
dos en la parte de atrás
y en la manita una llave
con la que piensa arrancar.
En el brazo lleva un bolso
de la misma Pepa Pig
y unas gafas en el rostro
le caen por la nariz.
¿A dónde vas tan dispuesta?
-le pregunta su papá-
me voy por la carretera,
quita o te voy a pisar.
María arranca las sillas
-con la boca hace ¡run! ¡run!-
y viaja de la cocina
hasta el lejano Estambul.



Yo quiero ser

Yo quiero ser abogado
y quiero ser panadero
para poder defenderte,
que con los puños no es bueno,
y fabricar pan de leche
tan tierno como tus dedos.

Apaga la luz mamita
que voy a estudiar el sueño.



Guirigay

¿Cómo andan los patos?
Plif plaf
¿Qué dicen a ratos?
Cua Cua
¿Cómo hablan los asnos?
I ú
Escucha los pájaros
Piu piu

Pues todo en la tierra
emite un sonido,
desde el pez pequeño
hasta el más temido.
La cigarrra chilla
las abejas zumban
los leones rugen
el gato maúlla;
las flores se mueven
y se comunican
aunque su lenguaje
nadie lo descifra.

Pero tú eres niño
y emites palabras
y si estás contento
tu risa es muy larga,
si te pones triste
o si estás malito
toda tu familia
quiere estar contigo.

Y así, sin pensar,
hemos dado un salto
del mundo animal
al de los humanos
y los dos tenemos
un gran parecido:
a todos nos gusta
que nos den cariño.



Había una vez

Había una vez un perro pequeño
con unas patitas más cortas que un dedo.
Había una vez un gato travieso
que daba zarpazos panza arriba al vuelo,
y había una escoba que les daba miedo,
un ovillo azul que les daba juego
y unas manos grandes que les daban sueño…
Y es que era una vez un hombre muy serio
que llevaba dentro
la misma ternura que los cachorritos
de este alegre cuento.

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