Poemas escogidos
Despedida a las 12
Como muñeco endeble, rojo hielo,
como lago vertido en una mano
que no logra atraparlo, partisano
incapaz de romper su turbio velo.
Como límite azul de mar y cielo:
indefinido, lánguido y lejano.
Como perfil de luz glauca, liviano
acompaño la senda de tu vuelo.
Revoloteo tras de ti, estornino
sin bandada que insiste en tu camino
pues no hay otro mejor para sus pasos.
Y no reclamo, pero sí me asusto
cuando despierto solo en el injusto
lecho de las derrotas y fracasos.
Frialdad
Hoy no quiero arrastrarme por el suelo
llorando como un cínico payaso,
he obviado alimentar un porsiacaso
que frene con excusas el canguelo.
Hoy toca desgranar, a golpes, hielo
y beber con su frío cada vaso
que sirven anunciándome un fracaso
creyendo que mi piel es terciopelo.
Mi invierno es un favor al mundo ocre
que aunque muda sus hojas cada octubre
no consigue un matiz menos mediocre.
Hoy resisto perenne a cielo abierto,
aguanto la tormenta que nos cubre
y pese a congelarme no estoy muerto.
Tocar la magia
Hay momentos que escapan de la realidad
y se guardan en planos impropios de la física:
Los riesgos de acercarse
a un contacto ficticio.
Los dedos revolviendo mechones de su pelo,
la sonrisa intangible del adiós,
la luz que no ilumina la penumbra
y, sin embargo, es.
La posibilidad latente de fugarse
a otro mundo ajeno,
la incertidumbre exótica de saberse distinto.
Y una lógica sobrevuela el alma
y exige impertinente
resolver los enigmas
del lugar corporal donde contengo
la magia de un quizá.