La propuesta consiste en tomar uno o varios versos del poema de otro autor y escribir un romance en base a ellos, a modo de respuesta.
Romance de noviembre
El frío frota sus manos
mientras tirita noviembre
al calor de las bufandas
que como piel de serpiente
impiden el vaho helado
que en las bocas se desprende.
.
La magia sale en mi ayuda
desde el fondo de noviembre
como el sombrero de un mago
que saca un nuevo aliciente
para que crucemos versos
mostrando el alma o los dientes
y escribir como se escribe
sobre la piel o en papeles
con el corazón abierto
para atraer a la suerte.
Nada nuevo bajo el sol
para encontrarnos de frente.
El mes que comienza triste
es el mismo mes de siempre.
Rosario Alonso
Desde el fondo de noviembre (Rosario Alonso)
Desde el fondo de noviembre
me viene un regusto amargo
porque cumplo un año más,
no voy a llamarme a engaño
pues la nostalgia se instala
de nuevo sobre mis labios.
Llevo tanta carga encima
por aquello que he pasado,
y lo que me está ocurriendo
con este cerebro extraño
que se volvió del revés
y ya no admite milagros
que incapaz soy de narrar
y escribir como un disparo
como lo hiciera hace tiempo
como escribiera yo antaño.
Es por ello compañeros
que os pido con humildad
no me soltéis de la mano
y disculpad mis poemas
pues muchas veces desbarro.
Isabel Reyes
pues la nostalgia se instala
de nuevo sobre mis labios.
Isabel Reyes
Guardo una pira de agua
en el hueco de mis manos.
Quiero volar las palomas
que anidaban en mis labios
pero solo crece un yermo
paisaje deshabitado.
Ya no me lleva en volandas
ese olor a pan tostado
ni las flores del camino.
El mar se ha ido secando
y la barquita de nube
encallada sobre un banco
llora en un mapa infinito
hecho de añicos pasados.
¿Dónde la emoción tardía?
¿Dónde el hueco de un abrazo?
El silencio se hizo sombra
sobre el brocal de mi canto.
Ana Bella López Biedma
que quiero olvidar pues llegan
igual que el viento solano
y me asaltan con tal fuerza
que se me van de los manos.
(Isabel Reyes)
Rasguño desde el silencio
el silencio a mi costado
y si golpeo en mi pecho
como en un tambor amargo,
la resonancia rechina
la voz de un noviembre extraño.
Tan extraño este noviembre
de restos evaporados
que sobre el cristal me dejan
un aturdimiento apático,
como un sol que ya no es sol
porque el canto ya no es canto.
Miro la luz y mis ojos
solo ven jirones magros,
como si el tiempo muriera
en un estertor sin pálpitos
arrastrado por un viento
todo de cuchillos álgidos.
¿Dónde el sosiego, noviembre?
¿Por qué oscuro el escenario?
¿Por qué la espira se angosta
sobre el cuero quebrantado?
¿Por qué esperar a mañana?
¿Por qué no morir temprano?
Noviembre, sin las respuestas,
junto a mí, pasa de largo.
Álvaro Font de Lajas
Tan extraño este noviembre
de restos evaporados
que sobre el cristal me dejan
un aturdimiento apático,
(Alvaro Font de Lajas)
Con el olor del membrillo
llegó de súbita forma.
Apagando los colores
se coló trayendo sombras
acompañadas de lágrimas
que mojan el triste ahora.
Tornó el calor por abrigo,
cobijo con que se ahoga
el canto calmo del agua
mientras que en el cielo trona,
callando a los gorriones
dejando sus alas rotas.
Arrancó en cada suspiro
anhelos que el tiempo forja
para cubrir con lamentos
un rastro de mustia alfombra.
Y entorno mis tenues ojos
al igual que hace la aurora,
para ver si se abre el alma,
para ver si un verso asoma
y brote la flor que cese
la amargura que hoy me colma.
Santiago Vázquez
¿Dónde el sosiego, noviembre?
¿Por qué oscuro el escenario?
¿Por qué la espira se angosta
sobre el cuero quebrantado?
¿Por qué esperar a mañana?
¿Por qué no morir temprano?
(Álvaro Font de Lajas)
Eso me pregunto yo
estimado compañero
si ha llegado la tristeza
a empaparnos el pañuelo
y a romper todos los mapas
con que tocamos el cielo.
Sí se ha esfumado la magia
aunque aquí quede su hálito
ese que siempre nos daba
la alegría y el encanto
el valor de la amistad
y que hoy solo son llanto.
Lloremos juntos amigo
enterremos nuestro espanto
porque sé que donde esté
nos protege con su manto.
Isabel Reyes
Porque sé que donde esté
nos protege con su manto.
Isabel Reyes
Verdaderos del dolor
hijos míos empapados
de todo lo que una herida
pueda doler de arrebato,
de ardientes letras ahora
que llego a oír y mi canto
suena frágil luz quebrada
deshaciéndose en el pasto
antes de las madres verdes.
Dejadme agitar badajos
y ser una sola lágrima
por el papel de tabaco.
No pido a un dios. Solo pido
romper la copa y sajado
lloverme esta noche juntos.
Raúl Muñoz