El día me persigue como un gato mohíno que caza mis tormentas y me aleja del sol.
Hoy permanezco a oscuras, desahuciada del gesto y la caricia con los ecos dentados de la palabra hiriente que vino a conversar con las ganas de irme a mi caparazón de cangrejo ermitaño.
Tan solo son recuerdos que se quedaron mudos, en estado latente, sin arañar mis noches,
-aunque a veces despiertan –
Mañana volverá la calma y su latido, la lluvia sigilosa, el sol y la alegría,
porque aunque no lo sepas no soy el cuerpo gris de un invierno perpetuo.
Corpore insepulto
Todo ha muerto, repites.
Todo ha muerto y tu lengua de sombra, de tumba abierta, se vuelve una corona de difuntos para cubrir mis ojos.
Caen sobre mi aliento las flores del sepelio y me vuelvo un jardín desconsolado.
La vida como un gato enfurecido araña las heridas sobre heridas
y cuánta desazón viaja a lomos de todos tus desvelos
y cuánta soledad sustenta el ánimo, cuánta llaga de sal y cuánta sangre.
Todo ha muerto de muerte innecesaria.
Es inútil rotar esta agonía de brillos apagados, de puertas para adentro, de padecer a secas.
Es inútil buscar escaparates de un mundo diferente.
Todo ha muerto, sin más, y yo lo entierro sin cruces y sin salmos sin un adiós siquiera.
Pero a ti no te cierro los ojos de cadáver andante, todavía se esconde algún fulgor aunque el miedo lo invente con el roce del frío, o el córpore insepulto de la vida.
La propuesta consiste en tomar uno o varios versos del poema de otro autor y escribir un romance en base a ellos, a modo de respuesta.
Romance de noviembre
El frío frota sus manos mientras tirita noviembre al calor de las bufandas que como piel de serpiente impiden el vaho helado que en las bocas se desprende. . La magia sale en mi ayuda desde el fondo de noviembre como el sombrero de un mago que saca un nuevo aliciente para que crucemos versos mostrando el alma o los dientes y escribir como se escribe sobre la piel o en papeles con el corazón abierto para atraer a la suerte. Nada nuevo bajo el sol para encontrarnos de frente.
El mes que comienza triste es el mismo mes de siempre.
Rosario Alonso
Desde el fondo de noviembre (Rosario Alonso)
Desde el fondo de noviembre me viene un regusto amargo porque cumplo un año más, no voy a llamarme a engaño pues la nostalgia se instala de nuevo sobre mis labios.
Llevo tanta carga encima por aquello que he pasado, y lo que me está ocurriendo con este cerebro extraño que se volvió del revés y ya no admite milagros que incapaz soy de narrar y escribir como un disparo como lo hiciera hace tiempo como escribiera yo antaño.
Es por ello compañeros que os pido con humildad no me soltéis de la mano y disculpad mis poemas pues muchas veces desbarro.
Isabel Reyes
pues la nostalgia se instala de nuevo sobre mis labios. Isabel Reyes
Guardo una pira de agua en el hueco de mis manos.
Quiero volar las palomas que anidaban en mis labios pero solo crece un yermo paisaje deshabitado.
Ya no me lleva en volandas ese olor a pan tostado ni las flores del camino. El mar se ha ido secando y la barquita de nube encallada sobre un banco llora en un mapa infinito hecho de añicos pasados.
¿Dónde la emoción tardía? ¿Dónde el hueco de un abrazo? El silencio se hizo sombra sobre el brocal de mi canto.
Ana Bella López Biedma
que quiero olvidar pues llegan igual que el viento solano y me asaltan con tal fuerza que se me van de los manos. (Isabel Reyes)
Rasguño desde el silencio el silencio a mi costado y si golpeo en mi pecho como en un tambor amargo, la resonancia rechina la voz de un noviembre extraño.
Tan extraño este noviembre de restos evaporados que sobre el cristal me dejan un aturdimiento apático, como un sol que ya no es sol porque el canto ya no es canto.
Miro la luz y mis ojos solo ven jirones magros, como si el tiempo muriera en un estertor sin pálpitos arrastrado por un viento todo de cuchillos álgidos.
¿Dónde el sosiego, noviembre? ¿Por qué oscuro el escenario? ¿Por qué la espira se angosta sobre el cuero quebrantado? ¿Por qué esperar a mañana? ¿Por qué no morir temprano?
Noviembre, sin las respuestas, junto a mí, pasa de largo.
Álvaro Font de Lajas
Tan extraño este noviembre de restos evaporados que sobre el cristal me dejan un aturdimiento apático, (Alvaro Font de Lajas)
Con el olor del membrillo llegó de súbita forma. Apagando los colores se coló trayendo sombras acompañadas de lágrimas que mojan el triste ahora. Tornó el calor por abrigo, cobijo con que se ahoga el canto calmo del agua mientras que en el cielo trona, callando a los gorriones dejando sus alas rotas. Arrancó en cada suspiro anhelos que el tiempo forja para cubrir con lamentos un rastro de mustia alfombra. Y entorno mis tenues ojos al igual que hace la aurora, para ver si se abre el alma, para ver si un verso asoma y brote la flor que cese la amargura que hoy me colma.
Santiago Vázquez
¿Dónde el sosiego, noviembre? ¿Por qué oscuro el escenario? ¿Por qué la espira se angosta sobre el cuero quebrantado? ¿Por qué esperar a mañana? ¿Por qué no morir temprano?
(Álvaro Font de Lajas)
Eso me pregunto yo estimado compañero si ha llegado la tristeza a empaparnos el pañuelo y a romper todos los mapas con que tocamos el cielo.
Sí se ha esfumado la magia aunque aquí quede su hálito ese que siempre nos daba la alegría y el encanto el valor de la amistad y que hoy solo son llanto.
Lloremos juntos amigo enterremos nuestro espanto porque sé que donde esté nos protege con su manto.
Isabel Reyes
Porque sé que donde esté nos protege con su manto.
Isabel Reyes
Verdaderos del dolor hijos míos empapados de todo lo que una herida pueda doler de arrebato, de ardientes letras ahora que llego a oír y mi canto suena frágil luz quebrada deshaciéndose en el pasto antes de las madres verdes.
Dejadme agitar badajos y ser una sola lágrima por el papel de tabaco. No pido a un dios. Solo pido romper la copa y sajado lloverme esta noche juntos.
Llueve, y las gotas regalan su presencia sobre el azul cobalto de la marea calma.
Se apresura el otoño a cerrarme otro ciclo con su aroma indomable de tristeza, de hojas moribundas que me buscan para su despedida.
Se apresura y me pide que lacre las compuertas de un pasado dañino y que abra la vida al asombro de siempre,
-con el olor de fondo de la tierra mojada-
Y yo sigo sentada en mi rincón de huida preparando un destino , -una plaza de piedra, un cementerio viejo, el follaje, la senda- como el ave que busca la calidez del mundo para empezar de nuevo.
El mar en ti
El mar mece su cuerpo como una danza hipnótica que induce al sosiego y la calma.
Me pierdo en su vaivén y adormecida profundizo en su arena mojándome los pies.
Camino por la orilla un rato largo y el tiempo se detiene porque sabe que vengo a descansar todas las prisas y a reposar en ti mientras contengo el mundo con el compás pausado de tu respiración.
Hoy me quedo a vivir en tus espacios de sal y de silencio.
Amanece en mí
Porque amanece en mí la vida y su revuelta pongo mi corazón a tu recaudo en este día pleno que saluda con olor a café, a corriente marina, a barcas que se alejan hacia ninguna parte.
Amanece, y sí , tu nombre y su cadencia se mece en la mañana al ritmo de tus pasos.
El sol viene muy lento y entrará sin permiso a mis rincones hondos tocando los soportes que juntos compartimos y el entorno será un manto que acaricie los planes de este día.