me expulsaste del vientre y de tu vida
hacia un mundo que gira sin parar
flaca como un polluelo careciendo de plumas
con la estrella sin luz
caminé a tropezones escalando la cuesta
resbalando mis pies por agua salitrada
fluyendo de mis ojos
me caí muchas veces engruesando mi carne
con tantas cicatrices
y en una intensa lucha con demonios internos
fracasé intentando llegar hasta mi oasis
la cuna de tus brazos
tu mano al sostenerme
o tu sonrisa madre
una que devolviera el calor a mi alma
la que tú congelaste al querer abortar
aunque logré vivir
me has dejado marcada con una sombra oscura
tan llena de temores
que apenas sí despego centímetros del suelo
mis demonios me atan
para qué me engendraste