El mundo, el demonio y la carne, por Gavrí Akhenazi

cada vez me veo más como un enfermo
me veo y me siento así, como un enfermo dentro de un leprosario
como si yo habitara en otra realidad

en otro mundo que no queda en el de las cosas putamente buenas

no puedo atribuir a nadie más que a mí esta sensación
esta hambruna de hombre
esta carne del corazón que se me atrofia un poco cada día
cada hora
cada oscuro minuto en el que roto sobre el eje de los malos vientos

no reconozco en el Diablo un enemigo superior al hombre
no he visto nunca a ese señor
pero he visto kilómetros de serpientes con sonrisas hipócritas
antropomorfas y políticamente correctísimas
empáticas serpientes a las que solo emociona su saliva asquerosa
cuando babean delante de un McDonald’s

ya sé que existen como criaturas que nos rozan a todos
y que animan la vida colosalmente impune
en la que nacen, crecen, se reproducen, mueren
mientras joden al prójimo con sus manos lavadas
y sus trajes planchados
y su voz que no sirve más que para callarse

qué es el mundo sino una pantomima
sin dioses y sin diablos

todos murieron cuando el primer hombre
ejerció la humanidad sobre la tierra

Acerca de Gravrí Akhenazi

Conversa con nosotros