¿Qué sabemos acerca de Leonardo Da Vinci? Que fue un gran genio, que pintó La Gioconda y La última cena. Pero no sólo fue un pintor, también fue ingeniero, arquitecto y anatomista.
Lo imaginamos un hombre con una personalidad absorta, abstraído, meditando acerca de sus complicados experimentos. Pero no era esa su personalidad, en realidad, Leonardo, era un hombre con los pies sobre la tierra, lleno de sentido común y consciente del entorno que lo rodeaba, como del tiempo en que le tocaba vivir. No por nada fue la “gran” figura del Renacimiento, período que marca el nacimiento del mundo moderno.
Tanto fue así, que mientras trabajaba, como Maestro de Banquetes (una de sus más queridas profesiones), para Ludovico Sforza, Gobernador de Milán, observó el comportamiento del Gobernador y de sus invitados en la mesa. Leonardo redacto uno de los primeros catálogos de “Modales y usos en la mesa”, donde aconsejaba y reflexionaba:
“… me parece indigna de los tiempos presentes la costumbre de Mi Señor de limpiar su cuchillo en la ropa de sus compañeros de mesa. ¿Por qué no lo hace, como el resto de los miembros de la corte… en el mantel?”
Catálogo de “Modales y usos en la mesa” de Leonardo Da Vinci
“…Hay ciertos procederes indecorosos que debe evitar todo invitado, y para esto me baso en las observaciones que realicé a lo largo de los últimos años:…”
- Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni de espaldas a la mesa, ni sobre el regazo de cualquier otro invitado.
- Tampoco ha de poner la pierna sobre la mesa.
- Tampoco ha de sentarse bajo la mesa en ningún momento.
- No debe poner la cabeza sobre el plato para comer.
- No ha de poner trozos de su propia comida de aspecto desagradable o a medio masticar sobre el plato de sus vecinos sin antes preguntárselo.
- No ha de enjugar su cuchillo en las vestiduras de su vecino de mesa.
- No ha de limpiar su armadura en la mesa.
- No ha de morder la fruta de la fuente de frutas y después retornar la fruta mordida a esa misma fuente.
- No ha de escupir sobre la mesa.
- Ni tampoco de lado.
- No ha de pellizcar ni golpear a su vecino de mesa.
- No ha de hacer ruidos de bufidos ni se permitirá dar codazos.
- No ha de poner los ojos en blanco ni poner caras horribles.
- No ha de poner el dedo en la nariz o en la oreja mientras está comiendo.
- No ha de hacer figuras modeladas, ni prender fuegos, ni adiestrarse en hacer nudos en la mesa (a menos que mi señor así se lo pida).
- No ha de dejar sueltas sus aves en la mesa.
- Ni tampoco serpientes ni escarabajos.
- No ha de tocar el laúd o cualquier otro instrumento que pueda ir en perjuicio de su vecino de mesa (a menos que mi señor así se lo requiera).
- No ha de cantar, ni hacer discursos, ni vociferar improperios ni tampoco proponer acertijos obscenos si está sentado junto a una dama.
- No ha de hacer insinuaciones impúdicas a los pajes de mi señor ni juguetear con sus cuerpos.
- Tampoco ha de prender fuego a su compañero mientras permanezca en la mesa.
- No ha de golpear a los sirvientes (a menos que sea en defensa propia).
- Y si ha de vomitar, entonces debe abandonar la mesa.