«Azules sueños», «Armas», poemas de Jordana Amorós

Imagen by Thanh Tuân Ta

Azules sueños

¿Quién no fue alguna vez
un proyecto de pajaro?

¿Quién no trajo de serie
unas alas inquietas,
una avidez sin límites
por exprimirle a un cielo sorprendido
su colección inédita de añiles luminosos
y jugar a esconderse,
camuflada , como un rayo de Sol,
entre sus nubes blancas ?

Tener tan pocos años
y tanto fuego dentro
predispone a pensar
que se tiene la fuerza suficiente
para alcanzar tus sueños, sin perder
alguna que otra pluma en el intento.

Luego el tiempo se afana
en ir atemperando los impulsos
a base de inclementes vendavales.

Después de tomar tierra, toca hacer
un recuento de daños.

Más que nada
perturba la conciencia de saber de memoria
las múltiples miserias que conlleva
el ser sobreviviente .

Y aun así abrazarte a su rutina
de días grises,
de noches incoloras , sin una mala estrella
que llevarte a los ojos,
que te haga recordar que alguna vez tuviste
celestes ilusiones .

Hoy solamente quiero
vivir , sencillamente.

Vivir serenamente,
sin la necesidad recurrir
a otro paliativo que embriagarme
a base de poemas.

Vivir sin que vivir
me me duela demasiado.

Y morirme también
sin darme apenas cuenta,
al despuntar de alguna madrugada,
silenciosa y tranquila,
mientras sueño
que estoy mirando al mar y que me arrullan
con su canción azul las caracolas.

Que vienen a mirarme
dormir eternamente, como antaño,
nubes encanecidas, que conocen
los secretos que guardo , tan amorosamente,
debajo de mi almohada,
los que habrán de llevarse
con ellas hacia inmensos horizontes turquesa
volando como alegres palomas en bandadas.

Los sueños, sueños son hasta que muere
la última esperanza.


Armas

Lo siento, no me gusta
este oficio oficioso de ser correveidile
de las malas noticias,
pero mucho me temo que aún no han inventado
tiritas para el alma.

Y ya me gustaría…

Aquí, quién más , quién menos,
no hay nadie que no esté muy bien llorado
y quien no se conozca los salitres
de todas sus heridas.

A veces con la ayuda
de algún licor con hielo
y otras embriagándose con unos cuantos tragos
de suave poesía,envenenada
por la pasión salvaje,
todos intentan ir recomponiéndose
y seguir con su vida como pueden.

Y sé lo que me digo…

Soy ese ser doliente que palpita
porque a diario consiente en medir con su dedo
la hondura de su llaga.

Allí dónde reside
la verdad más extrema,
la que ni tan siquiera consigue enmascararse
a base de metáforas.

Solo puedes salvarte y redimirte
haciendo tu armadura
de tu fragilidad,
mostrándote al desnudo sin sonrojo,
convirtiendo tus múltiples miserias
en tus mejores armas.

Admitiendo que nunca
has tenido al alcance de tu mano
gustarle a todo el mundo,
aceptando que eres lo que eres,
otro mono lampiño , parlanchín y curioso,
reidor y desnortado …
perfectible.

Sencillamente humano,
tallado en roca viva,
es decir,
feroz y resiliente sin fisuras
y a la vez sensitivo
y extraordinariamente vulnerable.

Que atesora en secreto, tatuado en su adeene,
la fórmula perfecta de las lágrimas.

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