Proclamación
Lo primero es el trino. Lo proclamo.
No el pan, el agua, el aire… y es que siento
que respiro con él y es el acento
encendido y vital lo que más amo.
La música serena es fundamento
de lo más placentero y fiel reclamo
de mi alegría , pues si así la llamo
pronto me llena el pecho de contento.
He compuesto, vaciándome en canciones,
tantos anuarios de mi biografía,
que es cada una la radiografía
más fidedigna de mis emociones.
Todo momento tiene su encanto y su cadencia
y yo cantando atrapo su más intima esencia .
Copulación
Tengo una espina que me está matando
clavada en la mitad de la garganta,
más que el brutal dolor, lo que me espanta
es poderla olvidar solo cantando.
No debes confundirte, si me escuchas
cantar desaforada noche y día,
no busques ni una nota de alegría
en mi voz…. de penares , sí que hay muchas .
Parece un desatino verdadero
de la Naturaleza , la imposible
copulación del cardo y el jilguero.
Pero quién calculó cuánta belleza,
un corazón prolífico y sensible
es capaz de exprimirle a la tristeza…
Bendición
Un nido de lunáticos jilgueros
debe okupar mi pecho desolado,
pues cantan cuando arrecian aguaceros
tanto como en un día soleado .
Acaso es que envolverse en armonía
pudierase ser la única manera
para amansar la voz de la jauría
de penas que nos sigue dondequiera.
La musical caricia no diluye
la angustia existencial , ni su arte ensalma
tanto quebranto que la vida incluye .
Pero su grata suavidad nos calma
un momento el dolor y constituye
un bálsamo bendito para el alma.