LOS FAVORITOS DEL EDITOR

Mia Couto

Raíz de rocío y otros poemas (selección)

Para ti

Fue para ti

que deshojo la lluvia

por ti solté el perfume de la tierra

no toqué nada

y para ti fue todo

Para ti creé todas las palabras

y todos me extrañaron

el minuto que corté

el sabor de siempre

te di voz

en mis manos

Abrí los capullos del tiempo

le robé al mundo

y pensé que todo estaba en nosotros

en ese dulce error

de todo lo que poseemos

sin nada tenemos

simplemente porque era de noche

y no dormimos

bajé sobre tu pecho

para buscarme

y ante la oscuridad

ceñirnos por la cintura

estábamos en los ojos

viviendo en uno

amante de una vida.

—-

Di mi nombre

Di mi nombre

pronúncialo

como si las sílabas te quemaran los labios

sopla suavemente

de una confianza

para que la oscuridad se sienta como

para que tu cabello este desatado

para que ocurra

porque creo por ti

soy yo dentro de ti

quien bebe la última gota

y llevarte a un lugar

sin tiempo ni contorno

Porque solo para tus ojos

soy gesto y color

y dentro de ti

me recojo herido

agotado de pelear

donde me golpeo

porque mi mano infatigable

buscar por dentro y por fuera

de apariencia

porque el tiempo que vivo

se muere de ser ayer

y es urgente inventar

otra forma de navegar

otra dirección otro púlsar

para dar esperanza a los puertos

que esperan pensativos

En medio húmedo de la noche

di mi nombre

como si fuera un extraño para ti

como si fuera un intruso

para que yo no me conozca

y sobresaltame

cuando suavemente

pronuncia mi nombre.

—-

Pregúnteme

Pregúnteme

si sigues siendo mi fuego

si todavía enciendes

el minuto de gris

si te despiertas

el pájaro herido

que cae

en el árbol de mi sangre

Pregúnteme

si el viento no trae nada

si el viento arrastra todo

si en la quietud del lago

descansó la furia

y la estampida de mil caballos

Pregúnteme

si te volviera a encontrar

de todas las veces que me detuve

por los puentes brumosos

y si fueras tu

a quien vi

en la infinita dispersión de mi ser

si fueras tu

que reuniste pedazos de mi poema

reconstrucción

la hoja rota

en mi mano incrédula

Cualquier cosa

Pregúntame lo que sea

una tontería

un misterio indescifrable

simplemente

Así que sé

que es lo que aun quieres saber

para que aun sin contestarte

sé que te quiero decir.

—-

Identidad

Necesito ser otro

para ser yo mismo

soy un grano de roca

Soy el viento que te desgasta

soy polen sin insecto

soy arena apoyando

el sexo de los arboles

Existo donde no me conozco

esperando mi pasado

anhelando la esperanza del futuro

En el mundo lucho muero

en el mundo por qué lucho nazco.

—-

La demora

El amor nos condena:

retrasos

incluso cuando llegas temprano.

Porque no es en el tiempo que te espero.

te espero antes de que haya vida

y tú eres el que da a luz a los días.

Cuando llegues

no soy más que nostalgia

y las flores

caer de mis brazos

para dar color al suelo que pisas.

perdido el lugar

donde te espero,

solo tengo agua en el labio

para saciar tu sed.

palabra envejecida,

Tomo la luna en mi boca

y la noche ya no tiene voz

si te desnuda.

se te cae el vestido

y es una nube.

tu cuerpo yace sobre el mio,

un río se riega hasta convertirse en mar.

—-

El momento antes del beso

No quiero el primer beso:

suficiente para mi

El momento antes del beso.

me quiero a mi mismo

cuerpo ante el abismo,

tierra en el desgarro del terremoto.

el labio ardiente

entre el temblor y el miedo,

el oscurecimiento de la luz

en el vaciamiento de los cuerpos:

el amor

no más tarde.

quiero el volcán

que en la tierra no toca:

el beso antes de ser boca.

—-

Te amé sin saber

en el reverso de las palabras

en la cara opuesta

de mi soledad

Yo te amé

y acariciado

tu imperceptible crecer

como carne de luna

en los labios nocturnos entreabiertos

Y te amé sin saber

te amé sin saberlo

amor

de buscarte

amando inventarte

Al borde del fuego

dibujé tu cara

y reconocerte

cambié mi cuerpo

cambié de noche

Me uní al crepúsculo y al amanecer

acostumbrarse a

a tu ausencia intermitente

enseñé los timbilas

esperando el silencio.

—-

Soledad

Me acerco a la noche

el silencio abre sus telas oscuras

y las cosas fluyen

por aceite frío y espeso

Este debería ser el momento

donde me recogería

como una puesta de sol

en el latido de tu pecho

pero la soledad

entra por mis ventanas

y en tus manos afligidas

Libero mi delirio

Ahí es cuando vienes

con tus pasos de niña

tus sueños ordenados

como dos trenzas en tu espalda

guiándome por pasillos interminables

y volviendo a los espejos

donde la vida te enfrentó

Pero los ruidos de la noche

trae tu esponja silenciosa

y sin luz y sin tinta

mi sueño se resigna

Lejos

los hombres se hunden

con el anacardo que fermenta

y la ola del alba

persiste en la reunión

a las rocas del tiempo.


—-

Destino

A la pequeña ternura

me estoy acostumbrando

mientras pospongo

servidor de daños y engaño

estoy perdiendo la dirección

en la repentina lentitud

de un destino

eso me esta siendo escaso

yo se mi muerte

tu lugar escurridizo

tu suceso disperso

ahora

que más

¿puedo ganar?


Acerca del autor

António Emílio Leite Couto, conocido como Mia Couto, nació en Beira, Mozambique, en 1955. En 1972 se instaló en Maputo, donde comenzó a estudiar Medicina. Dos años después abandonó sus estudios para dedicarse al Periodismo. Fue director de la Agencia de Información de Mozambique (AIM), de la revista Tempo y del diario Noticias de Maputo.

Su carrera literaria se inició en 1983, con el libro de poemas Raiz de Orvalho, al que siguió, en 1986, su primer libro de cuentos, Vozes Anoitecidas. Ha publicado novelas, crónicas y relatos breves. Su novela Tierra sonámbula fue elegida como uno de los doce mejores libros africanos del siglo XX por un jurado reunido con motivo de la Feria Internacional de Zimbabwe.

En 1999 Mia Couto recibió el Premio Virgílio Ferreira, por el conjunto de su obra.

En 2013 recibe el Premio Camões, el más prestigioso que se otorga a la creación literaria en lengua portuguesa, convirtiéndose en el segundo mozambiqueño en recibirlo.