Mi » Por Nésthor Olalla

Mi argumentario: un ardid
Mi consigna: soltar lastre.
Mi pudor: temeridad.
Mi equilibrio: el desenfreno.
Mi pesadumbre: doler.
Mi asilo: la confusión.

Mi excentricidad: pensar.
Mi valor: a convenir.
Mi emoción: siempre un conato.
Mi morada: una trinchera.
Mi turbulencia: ventral.
Mi bandera: reversible.
Mi patria: donde no hay culpa.
Mi estímulo: conspirar.
Mi convicción: sólo dudas.
Mi anomalía: borrar huellas.
Mi urgencia: desratizar.

Mi identidad: un conflicto.
Mi sosiego: en cualquier bar.
Mi deber: según la urgencia.
Mi existir: tribulación
Mi reservorio: el azar

Mi aislamiento: por desidia.
Mi fineza: al delinquir.
Mi pasión: con poca espuma.
Mi pereza: desandar.
Mi mentor: el desafuero.
Mi filiación: dos zapatos.
Mi trono: sobre un volcán.
Mi pena: sin redimir.

Mi credo: si hay palpación.
Mi proyecto: despertar.
Mi impaciencia: concluir.
Mi pretendiente: el ocaso.
Mi adscripción: a la escasez.
Mi placebo: la razón.
Mi repulsa: a lo grupal.

Mi lado oscuro: a la vista.
Mi extrañeza: respirar.
Mi apostura: el desaliño.
Mi ideología: barril.
Mi regla: ser la excepción.

Mi esperanza: ornamental.
Mi honestidad: reductible.
Mi ideal: de quita y pon.
Mi mismidad: negligencia.
Mi excitación: resbalar.

Mi enemiga: la doblez.
Mi opulencia: una erección.
Mi privanza: lo fugaz.
Mi señuelo: una alabanza.
Mi agotamiento: ser yo.
Mi perversidad: cabal.
Mi tragedia: desistir.

Mi ruta: la del cometa.
Mi peripecia: volver.
Mi reino: desbastecido.
Mi comburente: la sed.

Análisis plausible / Como entonces » Por Mercedes Carrión Masip

Análisis plausible 

Renacer desde el dolor nos convierte en reinsertados, hambrientos de días en los que reconstruirnos para dar sentido y dignidad a la experiencia. Si es el paso de la muerte por la casa, nos deja derrotados, desposeídos de la fe, revestidos de harapos emocionales, con la inseguridad como promesa de futuro. Sobrevivir, en cierto modo indemnes, requiere de grandes reservas de amor, también de tiempo. Nosotros las teníamos. Solo éramos dos adolescentes y un padre siempre triste, pero las teníamos.

Me sentí reinsertada nuevamente mucho tiempo después, en plenitud vital, cuando la muerte acarició mi rostro y no me quiso para ella; o sí, porque está compartiendo el resto de mis días como vestal amable que me condona el miedo y me hace fuerte.

Hay otra reinserción que agradecer al misterio que somos y vivimos: me aconteció la poesía como un cambio en la edad, como una nueva luz en la mirada. Mi escritura pulida de estudiante despertó avariciosa, sorprendiéndome inerme en el asalto. Y hube de correr, acogerme a vuestras filas para recuperar, precisamente, el sentido y dignidad que el desuso, como una muerte más, le había arrebatado. Correr a vuestras filas apretadas de saber y compartir, de amor también, poetas.

Si quiero componer un sucinto balance, verter sobre mis versos análisis plausible, tendré que sujetarme tan solo a dos partidas: el amor y la muerte.

Como entonces

¿Recuerdas las ventanas? Se asomaban al jardín y un poco más allá paraban los tranvías. Su sonido metálico en la noche acunaba la nostalgia, desatando en nosotras tantos sueños que fueron quedando atrás por improbables.

Y qué risueñas las luces de la calle sobre el cuarto, aquel pequeño mundo perfecto en su especial desorden. Y aquél sonido sordo de la lluvia en el sosiego de la casa, tan solas frente al callado dolor de nuestro padre, tan unidas frente al nuestro.

Mis jirones de insomnio se han estremecido un día más ante este rezo que creía olvidado y me reclama ahora: por ti, como por Ella entonces, voy regresando torpemente a su regazo.

Acerca de Mercedes Carrión Masip

Ritmo: un libro de Silvio Rodríguez Carrillo »

Por Arantza Gonzalo Mondragón

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Ficha del libro

Título: Ritmo
Autor: Silvio Manuel Rodríguez Carrillo
Publicado: 11 de diciembre de 2013
Género: Poesía
Idioma: Español
Páginas: 114
ISBN: 9781105526107
Encuadernado: Libro en rústica con encuadernación americana
Tinta interior: Blanco y negro
Peso: 0,49 lb
Dimensiones en pulgadas: 6 de ancho x 9 de alto

Ritmo es el aprendizaje definitivo de la forma poética en todas sus variantes.
Adentrarse en este libro significa un viaje por el amor y todos sus opuestos, desde la óptica rebelde y filosófica del autor.

Es un viaje interesante a través del talento, del yo consciente y subconsciente que pone la palabra como arma de supervivencia.

Las fobias y las filias, paradójicamente, forman parte de la misma cosa, así como el cielo y el suelo delimitan el paisaje.

Silvio Manuel tiene una voz única, una forma de contar y contarse que no deja indiferente. Es un explorador de sus propias cavernas que observa concienzudamente todas las variables, los vínculos afectivos pasados, presentes y futuros.

Al fin y al cabo es lo que importa.