Orlando Estrella – República Dominicana

Atrapados

Nos cubren las tinieblas como mantos del mal,
horadan pensamientos que quedaron varados
en ambientes hipócritas.

Así estamos, mi nena,
viendo en los mares rojos impensables señales
de un mundo sin razón.

Traiciones encubiertas como velos mugrientos
que enlodan los caminos
para que resbalemos sobre esa mierda húmeda
que nos arropa hoy
los sueños inconclusos.

La vida pasajera nos obliga a mentir
y solo las verdades las usamos de paso
como puñales finos para herir las ideas
que defienden el mundo.

-Y que por cierto está-
en manos de cabrones.

Vamos para la cama
que es el único sitio donde somos nosotros.

Ahí quizás logremos
ser felices un chin.

Entonces la mañana nos despertará lúcidos
pero si nos pasamos la gran noche fingiendo
que somos detectives, entonces somos pillos
y estamos atrapados.



Hombre

Tomaste posesión de un horizonte límpido
—el que la rigidez te fijó en la mirada—,
ese fue tu sendero que habrías de trillar
y caminaste incólume cual guerrero de luz.

Fui tu primer destello, sol que te deslumbró
y motivó la fuerza de macho convencido
con su inmenso poder y de inusual sorpresa
e instinto maternal ¡ vaya la vida extraña!

Hiciste añicos normas sagradas hasta hoy
pero, ¿de qué maldito material te fundieron?,
una incógnita grata que me sigue feliz.
Bien hubiera querido heredar tal proeza.

Sentí en mi piel de niño tu firmeza letal
que marcó como hierro mis tiempos del futuro
¿fue mi necedad bruta o tú fuiste vidente?
Incorruptible ser, lo fuiste hasta tu ocaso.

Te honraré mientras pueda, pero no soy igual.
Tus tiempos fueron calmos, los míos turbios, padre.



Huérfano

Te mecieron con cantos que aún recuerdas.
Fueron notas muy breves, canciones sin final
que el destino truncó por azares secretos.
Esos versos de paz hoy son baladas tristes
cosas que el gran amor desconocía, niño.

Hoy vas de salto en salto buscando las respuestas,
incógnita de vida oculta en pesadillas.
Solo el tiempo descifra estos juegos del hambre
y lo hará con tu vida y también con tu muerte.
Tú, trata de ganar, que perder no es fracaso.

Una inocencia muda, una infancia perdida
en calles de avatar con suelos movedizos
donde naufragan sueños de bebés hechos hombres
a fuerza de sus huevos curtidos en las lides
de luchas desiguales contra un mundo sin alma.



Temores…

Temes a la muerte siendo un laureado
que ganó la vida por suerte o azar
en un maratón de miles de ansiosos
en busca del premio de un vientre materno.

Esos perdedores también lo soñaban
¿Sabes dónde fueron? A burdos canales
y jamás verán ni las sombras muertas
de su travesía hacia tal incógnita
que solo un dichoso como tú conoces.

¿Y tú, qué esperabas? ¿Ser un inmortal?

Eres privilegio, todo un monumento
que respira y sangra, que come y defeca
ama y también odia, -especie de Dios-
sobre un suelo turbio donde tú pernoctas
y ahí quedarás con tus blancos huesos.

Tú sigues temiendo pero es a la vida
pues ésta se esfuma y no hay ningún modo
de variar el curso de esa gran verdad.

Ovidio Moré – Cuba

Unidad y lucha de contrarios

Sé que acabaré perdiendo la batalla. Mi cuerpo se convierte en historia, pero esa luz que se posa en la ventana y que, tímidamente, como un gorrión asustado, baja a comer de mi mano, me dice lo contrario.

Sé que esta desnudez de blandas carnes, de corazones mostrando sus arterias, de jadeos, de telúricas pasiones y de desayunos en la cama, no es apta para cardiacos; y sé que tu desnudez sigue avivando mis más “bajos instintos” ajena a mis sístoles y a mis diástoles.

Sé que a veces la rutina y el tedio atacan y acorralan en la trinchera a lo novedoso, a lo lúdico y a lo fantasioso; que tu fuerza es inversamente proporcional a mi debilidad y que, como los polos opuestos del imán, nos atraemos.

Sé que el amor, según dicen los sabios poetas, las pitonisas, las cartománticas y hasta los ángeles, dura más allá de la muerte. Sin embargo, yo sólo quiero amarte en vida, a no ser que en la nada, en nuestro regreso al polvo, convertidos en esas mínimas y atómicas partículas, podamos gozar del sexo y del deseo, o yo pueda disfrutar de la fugacidad de mi beso en tu frente, de la insistencia de mis dedos entre tus rizos.

Sé que esta música que ahora desgarro, que ahora sentencio, que ahora visto como una segunda piel, está en lucha continua con tus silencios, con esos estados callados de ausencia según Benedetti, con esa estática de tu pose en medio de la cocina.

Sé que vives para modelar cada día el barro, para cincelar el mármol, para esculpir en alabastro estas ansias que nos unen, estas pieles que nos funden. Y lo sé por la sencilla razón de que yo muero por ello.

Acerca de Ovidio Moré

Su corto vuelo: un libro de Eugenia Díaz Mares

Por Isabel Reyes Elena

Prólogo del libro

Eugenia Díaz Mares, poeta novel mexicana, presenta su ópera prima “Su corto vuelo”.

Nacida en el portal literario www.ultraversal.com ha ido aprendiendo y haciéndose fácilmente con la técnica poética, métrica y rima en corto espacio de tiempo. De lenguaje fácilmente comprensible, sin que la sencillez se convierta en simpleza, no recurre a juegos malabares e introduce en sus versos metáforas sutiles. Su palabra no excluye la cadencia, la tradición y alcanza una voz que le es propia.

Todo el poemario está construido en Arte Mayor, la mayoría sonetos, y da la impresión de que la autora intentara reconstruir su vida desde lo destruido y decidida a edificar el futuro desde su carne abierta y sus propias cenizas humeantes. Versos urdidos con reflexión y dolor. Con la emocionalidad que late en los silencios.

En cada uno de sus versos hay una mujer doliéndose, pura llaga abierta que respira la pérdida de su hija menor, Erika, por una terrible e invasiva enfermedad, el lupus eritematoso diseminado. Pero también sorprende de qué forma se enfrentó la protagonista a la misma, un modelo de alegría y fortaleza que mantuvo hasta el final, incluso dando ánimos a todos sus seres queridos.

La muerte de un hijo es algo contra natura que no entra en los esquemas evolutivos, y cuando se produce, provoca grandes crisis a nivel físico y emocional,  Eugenia ha tenido el valor de expresar en su libro todo el proceso de la enfermedad, hasta que Erika fue vencida por la misma. Una necesidad vital para alejarse de la locura e intentar encontrar de nuevo sentido a su vida. Porque aunque parezca mentira, es posible renacer después de un golpe así, a pesar de que un hijo nunca muere, pues siempre está en el corazón de madre el amor por el ausente.

En la fase final de la enfermedad dejó un testimonio de vida, un tesoro, que se presenta en forma de mariposas que revolotean a menudo alrededor de sus seres queridos.

Silenciosa y honrada con sus sentimientos, hermosa, así Eugenia Díaz Mares.

Recursos literarios (quinta entrega)

Por Enrique Ramos

Quinta entrega del estudio de Enrique Ramos
publicado en el taller de Ultraversal

La ALEGORÍA es un tropo que consiste en hacer patentes en el discurso, por medio de varias metáforas consecutivas, un sentido recto y otro figurado, ambos completos, a fin de dar a entender una cosa expresando otra diferente.

La alegoría se puede considerar como una metáfora prolongada en la que cada elemento imaginario tiene su correspondiente referente real.

Se puede distinguir, igual que hacíamos en el caso de la metáfora, entre alegoría pura, en la cual no aparece en ningún momento el plano real, y alegoría impura, en la que el significado real aparece en el poema.

Por ejemplo, sería una alegoría impura la siguiente, extraída de un soneto de Gutierre de Cetina y donde cada elemento metafórico aparece acompañado por su referente real en forma de genitivo:

“en la barca del triste pensamiento,
los remos en las manos del tormento,
por las ondas del mar del propio llanto,
navegaba Vandalio…” 

Podemos disfrutar de una hermosísima alegoría en estos versos extraídos del poema “Mujer con alcuza”, de Dámaso Alonso, en los que el poeta hace una alegoría de la vida como viaje en un tren:

Oh sí, la conozco.
Esta mujer yo la conozco: ha venido en un tren,
en un tren muy largo;
ha viajado durante muchos días
y durante muchas noches:
unas veces nevaba y hacía mucho frío,
otras veces lucía el sol y remejía el viento
arbustos juveniles
en los campos en donde incesantemente estallan
/extrañas flores encendidas.
Y ella ha viajado y ha viajado,
mareada por el ruido de la conversación,
por el traqueteo de las ruedas
y por el humo, por el olor a nicotina rancia.
¡Oh!:
noches y días,
días y noches,
noches y días,
días y noches,
y muchos, muchos días,
y muchas, muchas noches. 

Y para terminar con los ejemplos de alegoría, bien viene aquí a cuento el poema de nuestro admirado Pedro Javier, que con maestría arguiñaniana nos ha preparado esta

TORTILLA AFRODISIACA

Si afrodisíaca haces la tortilla, 
los ingredientes son para el evento: 
apio, cebolla, el cuarto de un pimiento 
y un toque picaresco de guindilla. 

Se baten bien los huevos a dos manos 
hasta mostrar erecta la mixtura 
y se cubre con celo a la criatura 
con suaves movimientos cortesanos. 

Luego se da la vuelta y se la dora 
por detrás y delante con esmero 
y ya en la posición del misionero 
se le ajustan los flancos sin demora. 

Y para refrescar el calentón 
se introduce con maña un buen gambón. 

Aclarar que, después de publicarla, pidió disculpas a las damas y a los caballeros, siempre en tono de broma, claro está.

Enrique Ramos

Fondo de armario / Dinámica de la vergüenza propia / Un instante eterno / La serena brevedad del agua I, II & III, por José Carlos Hernández

Fondo de armario

Me propongo adivinarte
aunque sé que tú me ignoras,
mientras me dejas colgado
de una percha para besos
en el fondo del armario de tus dudas:
entre un vestido de fiesta
y alguna reticencia a nuestras fantasías.

Mi único empeño entonces
es empapar de amor a tus hormonas
y a ti envolverte en citas románticas,
mientras te pienso en clave de sexo
e intento seducirte
con todo lo que tengo a mi alcance.

Porque llegados a este punto…
no quiero seguir perdido
en la confusión de tu fondo de armario.

Dinámica de la vergüenza propia

Me cayó encima como si fuera un mundo
y no supe librarme de tanto peso,
quizás porque me faltó astucia,
sesera
o el coraje suficiente.

Lo cierto es que me hizo trizas la moral,
me abolló la armadura de las certidumbres,
llenando el aire con mis rubores
por toda la verdad desoída.

Al menos pude conservar
el cuero que me envuelve los huesos.

Un instante eterno

De cómo puede el sol de la mañana,
suspendido sobre un mar en calma,
redimirme y transportarme a un lugar
desconocido de mi propio universo.

traza un surco de fuego lacerante
y estalla su poder ante mis ojos
cuando agota su viaje por la lámina inmensa
nimbando el horizonte
lamiéndose la sal
.
me sobrecoge tanto como me reconforta
la pasión del abrazo
dejándome temblar en el umbral del éxtasis

sólo pienso en fundirme con un todo
del que integro la parte más humilde
y la intuición me anuncia perdurable

La serena brevedad del agua

I

Susurro recogido el de la lluvia
cuando sutil se vierte
componiendo aguazales cristalinos
en la fría piedad del roquedal:
lágrimas
que la tierra cobija.

II

A las puertas del alba
son los inquietos dedos de la brisa
los que rompen la esférica presencia
de la luna, alterando su reflejo
sobre el mutable espejo de las aguas.

III

Apaciguo mi sed en la gárgola espléndida
por la que mana vida esa montaña
de cima encanecida por la nieve.

Acerca de José Carlos Hernández

Jorge Ángel Aussel – Argentina

Dudar es pensar

La duda es uno de los nombres de la inteligencia. Jorge Luis Borges

El manual del mandato social nos plantea directa o indirectamente que la duda es mala; sobre todo quienes se proclaman religiosos. Pero ¿acaso los hombres de fe no dudan? Claro que sí. Un hombre que cree sin dudar es un fanático y nada más distanciado de la fe.

En algunos pasajes de la vida, cuando alcanzamos una cierta madurez, que no depende en absoluto de la edad cronológica, debemos empezar a poner a prueba nuestras creencias, desconfiar de ellas, e incluso plantearnos la posibilidad de que podemos estar equivocados y haber creído desde tiempos inmemoriales en muchísimas falacias.
Dudar no es un delito, es una herramienta que tenemos que aprender a usar.

No puedo aseverar que a través de la duda alcancemos la verdad, pero no dudar jamás, simboliza aceptar lo que podría ser una mentira atroz, y todo por la tranquilidad que confiere el hecho de no tener que movernos de lo que hemos establecido como real. Porque dudar es pensar. Y el cerebro es un órgano que muchos se niegan a usar.



Por cobardía

Tus problemas te perseguían como un asesino a sueldo con el poder de acabar con una vida que pudiera denominarse como tal, como un perro rabioso que cuanto más corrías, más se empecinaba en atraparte e hincar su dentadura en tu cerebro hasta hacerlo reventar.

Pero el verdadero problema era que a medida que escapabas de todos ellos, no conseguías percatarte que las soluciones venían detrás, justo al lado de tus problemas.

Si hubieses tenido el valor de detenerte por un momento para enfrentarlos como el sol se enfrenta a la noche en cada amanecer, hubieses sido feliz. Pero no quisiste hacerlo, optaste por huir como las aves cuando se avecina una tormenta, aunque arrastrándote por el suelo. Mas nunca fue por no enfrentar tus problemas. Más bien fue por no enfrentar tus miedos.

Acerca de Jorge Ángel Aussel

Ardiente frialdad / Difícil despertar / SOS, por María Del Mar Lana

Ardiente frialdad

Porque estaba cerca vio como él miraba la fotografía. En ella, un hombre con la cara contraída y los labios apretados llevaba un niño ensangrentado en los brazos. Alrededor se distinguían cuerpos dislocados esparcidos por la acera y, sobre el fondo, el esqueleto de lo que antes fuera un autobús, rodeado de humo negro.
—¿Qué ha sucedido? —preguntó entonces a su esposo absorto en el periódico.
—Nada. Lo importante es que hoy hay fútbol; he quedado con los amigos y no vendré a cenar.

Difícil despertar

A través de los párpados que se mantenían cerrados contra mi voluntad, cosidos por un calor sofocante que había sellado sus bordes, supe que la luz era intensa. No podía moverme, aunque sentía que me balanceaba en el aire como si estuviera en aquel columpio de mi niñez. Un delirio de días arrinconaba los recuerdos, y la pérdida de esperanza y fe empezaba a doler menos al ser barrida por la resaca de vacíos de mi mente. A intervalos, unos ecos lejanos se hicieron presentes y la espuma del agua hirvió sobre mi piel alcanzando con su sal mi boca. Entonces recordé que me encontraba en una barca que seguía su viaje sin rumbo.

SOS

Las palabras convocaron a las letras en una reunión de urgencia para notificarles los nuevos ajustes. Era necesario ahorrar tiempo y espacio. Se cedieron la voz unas a otras. La Q dijo que no podía mantener a la U y a la E y las despidió sin indemnización. Las demás, arrinconaron a los acentos y marginaron a las vocales. Al final de la reunión, irrumpieron con voces destempladas los signos matemáticos y en su glotonería financiera, se merendaron algunas palabras haciendo valer su fuerza. Las letras enfurecidas se pusieron en huelga. Sólo los puntos y las rayas se quedaron al margen. Comenzó entonces la edad dorada del Morse.

Acerca de Mar Lana

Revista Ultraversal edición especial de Reyes 2016

Versión PDF

No te pierdas todo lo que Revista Ultraversal trae para ti en su edición especial de Reyes 2016 y léela online y/o descárgala gratuitamente haciendo clic aquí:

Sumario

Los juegos del hambre » El mundo, el demonio y la carne » Por Morgana de palacios
 » Por Gavrí Akhenazi
 » Por Arantza Gonzalo Mondragón
 » Por José Carlos Hernández
 » Por Eugenia Díaz
 » Por Carmen de Tome
 » Por Máximo Pérez-Gonzalo
 » Por Rosario Vecino
 » Por Orlando Estrella
 » Por Joan Casafont Gaspar
 » Por Eva Lucía Armas
 » Por Vicente Vives
 » Por Juliana Mediavilla
 » Por Victoria Tejel Altarriba
 » Por Mariví González
 » Por Silvana B. Pressacco
 » Mercedes Carrión Masip
 » Por Ovidio Moré
 » Por Héctor Michi
 » Por Mirella Santoro
 » Por Rosario Alonso
 » Por Ana Bella López Biedma
 » Por Ricardo Fernández Esteban
 » Por Gonzalo Reyes
 » Por Leo F. Zambrano
 » Por Silvio Manuel Rodríguez Carrillo
 » Por Ricardo López Castro

Staff

EDICIÓN ESPECIAL DE REYES – ENERO 2016

Dirección general
Gavrí Akhenazi

Subdirección
Silvio Manuel Rodríguez Carrillo

Redacción
Arantza Gonzalo Mondragón
Eva Lucía Armas
Isabel Reyes Elena
Morgana de Palacios
Rosario Alonso

Diseño & diagramación
Jorge Ángel Aussel

Ilustración de tapa
Ovidio Moré

Delirio Tropical: homenaje a Morgana de Palacios

Revista Ultraversal está bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-Sin-Derivar 4.0 internacional (CC BY-NC-ND 4.0).



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Revista Ultraversal edición especial de Reyes 2016

Revista Ultraversal ed. especial de Reyes 2016

El mundo, el demonio y la carne, por Morgana de Palacios

El 2.015 ha sido un año duro para todos, un año en el que se ha puesto en evidencia que el hombre con Dios en la boca, es el peligro más grande de la humanidad, y en el que hemos seguido juntos, quizás porque cuanto más inhóspito se hace el mundo, más necesidad tenemos de compartirnos a nivel almático y regalarnos lo único que no pasará nunca de moda: la emoción.

Sentí que pese a los problemas de cada uno, las enferme-dades, las tragedias y hasta la muerte de algún compañero, o precisamente por todo ello, sería hermoso reunirnos para hablar, como tantas otras veces, sobre la vida con todas sus consecuencias y ceder al golpe de la inspiración que suele ser tan positivo para los que pertenecemos a la corriente literaria que bautizamos como «Poesía del arrebato». Ceder al impulso de la inspiración, aunque uno empiece a escribir algo como ejercicio de costumbre, porque el poema va tomando por asalto al pensamiento y termina adueñándose de él.

Os convoqué y una vez más habéis respondido con el espíritu de los ultraversales a la llamada a la acción.

Ultraversal va cumpliendo sus ciclos vitales, sus objetivos, sin prisa pero sin pausa, y en este año, la Revista adquirió consistencia dando una idea muy aproximada de la altura poética y literaria de los autores que componen nuestro proyecto, con el que seguimos adelante en todos los frentes potenciando calidad sobre cantidad, sin olvidarnos de la solidaridad tan necesaria en cualquier faceta de la vida, e imprescindible en la lírica y la literatura por ser un ambiente extremadamente proclive al egocentrismo.

Lo mejor que se puede decir de un Ultraversal es que, además de ser buen escritor, digno escritor, es solidario, sincero y generoso con sus compañeros a la hora de com-partir conocimientos sin melindres ni falsos pudores para ejercer la crítica honesta que ayude al crecimiento de todos.

Estoy orgullosa y agradecida de compartir la vida con vo-sotros y os lo hago saber, porque somos mucho más que un grupo que se reúne para desengrasar neuronas dialécticas: somos un auténtico ejemplo de creatividad literaria vanguardista.

Salud para todos y no olvidéis compañeros que, hoy por hoy, seguimos siendo el futuro.

Un año más que pasa y sigo viva.

Algo obvio, quizás, para la gente
pero no para mí que estoy amenazada
por la «larga y penosa enfermedad»
a la que alude el mundo
cuando, disimulando en un susurro,
pretende hablar del cáncer
como si fuera algo vergonzoso.

El mundo, sí,
qué discreto y delicado para ciertos temas
y qué salvaje y turbio para otros
donde la crueldad la ejerce el hombre
y no precisamente,
con la total indiferencia de Natura,
sino con la ambición que frena y desbarata
la evolución del bien en nuestra tierra.

Nada cambia en el mundo,
la carne sigue siendo fragilidad sufriente
y el demonio se impone con su imperio
caótico y perverso sobre todas las razas.

Escriban un poema que no sea un panfleto
de los muchos que surgen por las redes,
una emoción que, humana, se aproxime
al otro con las letras extendidas,
los pájaros dispuestos para el vuelo más alto
y el diente para el hambre que nos acucia a todos.

Un rítmico poema
que ponga los acentos en la vida
porque tendremos tiempo ad aeternum
de ser fans de la muerte.

Escriban el poema que acelere los pulsos
de los que, por amor, siguen despiertos,
y avanzan por amor y se rebelan
ante el inmovilismo de las masas.

Nihil novum sub solem, compañeros,
pero escribamos viejas cosas nuevas
y estrenemos el alma.

Acerca de Morgana de Palacios

El mundo, el demonio y la carne, por Gavrí Akhenazi

cada vez me veo más como un enfermo
me veo y me siento así, como un enfermo dentro de un leprosario
como si yo habitara en otra realidad

en otro mundo que no queda en el de las cosas putamente buenas

no puedo atribuir a nadie más que a mí esta sensación
esta hambruna de hombre
esta carne del corazón que se me atrofia un poco cada día
cada hora
cada oscuro minuto en el que roto sobre el eje de los malos vientos

no reconozco en el Diablo un enemigo superior al hombre
no he visto nunca a ese señor
pero he visto kilómetros de serpientes con sonrisas hipócritas
antropomorfas y políticamente correctísimas
empáticas serpientes a las que solo emociona su saliva asquerosa
cuando babean delante de un McDonald’s

ya sé que existen como criaturas que nos rozan a todos
y que animan la vida colosalmente impune
en la que nacen, crecen, se reproducen, mueren
mientras joden al prójimo con sus manos lavadas
y sus trajes planchados
y su voz que no sirve más que para callarse

qué es el mundo sino una pantomima
sin dioses y sin diablos

todos murieron cuando el primer hombre
ejerció la humanidad sobre la tierra

Acerca de Gravrí Akhenazi

El mundo, el demonio y la carne, por Arantza Gonzalo Mondragón

Qué difícil se hace escribir sobre el mundo
sin caer en panfletos demagógicos.
Yo prefiero llevar el dolor en silencio
como el Dios que se usa en todas las matanzas,
el Dios que observa y nunca da respuesta.

Yo tengo que sacar a mis demonios
tan inocentes y catárticos,
a veces tan amables,
a veces tan esquivos y poéticos
y los invito a un trago que adormezca
el profundo dolor de ser humana.

Qué poca cosa soy entre tanta barbarie
pero aún tengo un corazón dispuesto
a compartir contigo la utopía.

Acerca de Arantza Gonzalo Mondragón

El mundo, el demonio y la carne, por José Carlos Hernández

a mi diablo
yo sé que le subyuga
poder mercadear con mi alma insana
siempre que se la ofrezco en venal acto
a un precio que no puede rechazar

a ese cabrón con pintas
que me ha tocado en suerte
al repartir demonios personales
regatear lo vuelve loco

le pone a cien hurgar en mis miserias
y tasarlas después muy a la baja

el salaz indecente que es mi diablo
se traviste de súcubo carnal
y viene a turbarme los rincones
del alma algunas noches agitadas

dice que no le apaña el estar solo
que no le gusta
que para eso se agencia él las ánimas

para tener amigos

El mundo, el demonio y la carne, por Eugenia Díaz Mares

me expulsaste del vientre y de tu vida

hacia un mundo que gira sin parar

flaca como un polluelo careciendo de plumas
con la estrella sin luz
caminé a tropezones escalando la cuesta
resbalando mis pies por agua salitrada
fluyendo de mis ojos

me caí muchas veces engruesando mi carne
con tantas cicatrices

y en una intensa lucha con demonios internos
fracasé intentando llegar hasta mi oasis
la cuna de tus brazos
tu mano al sostenerme
o tu sonrisa madre

una que devolviera el calor a mi alma
la que tú congelaste al querer abortar

aunque logré vivir
me has dejado marcada con una sombra oscura
tan llena de temores
que apenas sí despego centímetros del suelo

mis demonios me atan
para qué me engendraste

Acerca de Eugenia Díaz

El mundo, el demonio y la carne, por Carmen de Tomé

Miedo a palabras envueltas en papel de caramelo
que endulzan los oídos en busca de una voz
que les rinda pleitesía,

palabras oxidadas en bocas de hombres débiles
que anhelan sembrar con proyectos infecundos
campos llenos de trigo y amapolas.

Juramentos vulnerados por medrosos
que amparándose en la ley de la codicia
dinamitan sus miedos y destruyen la pureza
que les habitó en su niñez.

Palabras que huelen a muerte,
proyectos inconclusos y futuros vencidos
que sollozan en busca de una frontera
que les muestre posibles arcoíris.

Luchemos por las utopías de los osados
por la humanidad y su mansedumbre,
recemos para vencer al demonio que asesina
en nombre de un Dios silencioso.

Acerca de Carmen de Tomé

El mundo, el demonio y la carne, por Máximo Pérez-Gonzalo

Por mundo, el yo, redondo y saturado
en las duras cavernas del hechizo,
tan lastimero duende en el tormento
de vieja esclavitud, peldaño y venta.
Regocijo ancestral, de hambrienta pluma,
tatuaje en los barrotes de conventos,
abrojo en el destino de las masas,
sumidero en cloacas malolientes,
desconcierto total entre vampiros
con hambre de apagados regidores.

Demonio, ayer, con la habitual frescura
de pantalón rayado y camiseta
con la voz de reclamo silencioso.
Palacete de duendes atrevidos,
girasoles de noches perfumadas,
alcohol y sus costumbres plañideras
con meretrices en pañales de oro,
pasarelas a piernas de un equívoco,
transeúntes sexuados a la antigua,
y viejos ya sin novedad al pairo.

La carne, el colofón de mis desdichas,
tan vaga y sustancial, tan peripuesta.
La pedigüeña de retales sobrios,
la del ocio y jergón en cada esquina,
la de alquitranes con sabor a almendra,
la del tambor en botellones de ocio.
Ratonera y fugaz, siempre cacique,
maloliente al olor de sus proyectos
incapaz de un disfraz en “suma y sigue”…
……………………………………………..
La apoteosis de mi vida entera!