Ultraversal, Proyecto Cultural es un sello editorial dependiente del Taller de Perfeccionamiento Literario, virtual y gratuito, Ultraversal.com
Centrado en promover el trabajo de los autores ultraversales, nuestro sello editorial no persigue fines de lucro y se encuentra a cargo de John Madison y Eva Lucía Armas, quienes llevan a cabo una tarea totalmente altruista.
Las publicaciones se realizan tanto en e-book como en papel, tapa blanda y tapa dura, a través de Amazon. Derechos y regalías pertenecen a los autores incluidos en el catálogo del sello.
El objetivo es dar a conocer el talento y los resultados obtenidos por quienes participan de Ultraversal.com, fundado en 2003 por la recientemente desaparecida poeta española Morgana de Palacios.
Dado que Ultraversal es un Proyecto Cultural sin ánimo de lucro, todos los fondos que genere esta Antología serán destinados a instituciones de ayuda humanitaria. De modo que si has llegado hasta aquí significa que tú también has colaborado con tu gesto al desarrollo de nuestra labor altruista.
Coincidiremos, entonces, en lo poco que queda por añadir como aval a este inusual proyecto, inusual teniendo en cuenta que es habitual entre los humanos pedir algo material a cambio en respuesta al servicio que se recibe. Pero, tal y como has leído en el prólogo, en Ultra no exigimos un trueque material por cerrar la transacción de convertirte en un auténtico escritor. En todo caso pedimos a los autores que se aventuren a vivir la experiencia Ultra un intercambio espiritual: dar el conocimiento que se ha recibido a los nuevos allegados al proyecto y asumir el compromiso humano de respetar algo tan sagrado y hermoso como la palabra. A día de hoy, afirmo con mi testimonio vital que Ultraversal llegó a mí para salvarme de mi peor enemigo: Mi yo mismo, ese gran aliado del ego.
A casi ocho años como miembro activo en el proyecto, puedo corroborar que Ultraversal es algo más que un taller online gratuito al uso en el que aprender técnica poética, narrativa, valoración, comentario y edición de textos; un lugar en el que tendrás una familia de escritores de diversas latitudes y estilos comprometidos desinteresadamente al máximo con tu proceso de escritor y hombre del mundo, ya que entender cómo funcionan los procesos de comunicación escrita nos fortalece espiritualmente y nos hace mejores hombres
Ultraversal es esa llave maestra que te abrirá la puerta hacia el centro de ti mismo.
John Madison Registrado en Ultraversal el 8 de mayo del 2015, a las 11:46 a.m (Ocho años luciendo la camiseta Ultra)
En este nuevo libro, la autora argentina Silvia Heidel nos propone una travesía por etapas diversas, tanto de la historia general como de la particular.
A partir de la relación con la historia familiar, se imbrican situaciones pasadas y presentes, como en un caleidoscopio que Heidel maneja desde diferentes ángulos, creando un clima por momentos onírico y por momentos realista y concreto. Lo tangible y lo intangible se entrelazan en un juego climático que nos lleva desde los ancestros hasta el presente, donde la realidad ejerce un peso específico que la remembranza aligera.
El entramado de escenarios lleva al lector por un vaivén a la vez tan pintoresco como poético, tan verosímil como mágico, en ese viaje hacia la historia que se porta como descendiente de otras historias anteriores.
En todo el desarrollo gravita ese peso familiar sobre las búsquedas particulares de la voz narradora, como un justificativo para emprenderlas en aras del propio e íntimo descubrimiento.
La oscilación entre pasado y presente nos ofrece un juego textual profundo e interesante, en que el lector se sumerge, también él, como un buceador de esa trama en la que acompaña a la voz narradora en su propuesta indagatoria.
Las subtramas están desarrolladas con naturalidad y frescura. De igual modo, los diálogos internos y externos que la voz narradora aporta como realidad ficcionada y que, en su desarrollo, resultan a la vez cerraduras y llaves del hilo general, ubican al lector dentro del panorama que las distintas secuencias van ofreciendo.
Así como indica el título, el personaje de la madre es sobresaliente en toda la obra. Marca el tempo y el sino, como una especie de guía constante a la que la voz narradora recurre y se aferra, para encontrar salida a sus preguntas y contradicciones.
Heidel ofrece una prosa coloquial y cercana (bien argentina), dentro de un desarrollo histórico que abarca un amplio período del país. El lenguaje es claro, práctico y abierto, dentro del coloquial natural de origen.
Quizás, un poco localista en ciertos aspectos de su «argentinismo», pero, si vamos al caso, toda obra lo es, independientemente del país donde se haya escrito, ya que lo verdaderamente valioso es el retrato de la época y la arquitectura de la trama con sus personajes vívidos y fecundos. Eso la dota de universalidad.
María García Romero no es una poeta para leer de paso. Es una voz poética intensa en su delicadeza, en la que el lector debe sumergir su vocación lectora para abstraerse y así sensibilizarse con el mundo que la autora propone. La voz de María es una voz de altura, de esas voces frente a las que voces como la mía se detienen y se quedan allí, disfrutando.
Quizás la magia existe. No lo sé. Pero muchas veces, el acto de escribir se transforma en un acto de magia que devela ante los ojos atónitos del lector, todo un universo ideal hecho con propuestas sanadoras, con ímpetus heroicos, con penas restañadas y, por sobre todo, como en una ensoñación, un universo en que hay «amor del bueno».
Eva Lucía Armas y John Madison existen y escriben en ese plano que transforma lo real en un caleidoscopio de sensaciones armoniosas.
Han hecho del verso y la palabra, un arma de combate para enfrentar la vida cotidiana y llevarla al plano de los sueños.
Ambos coinciden en el don. Y ambos poseen un don poderoso para hacer de la expresión escrita un ancho mundo sano a través del cual los lectores pueden encontrar la ruta de la sanación siguiendo el rastro de las emociones en su estado más puro.
Dos autores con poder de fuego que viajan por todos los mundos que sus voces fabrican con esmero y latido.
Leerlos vivifica y remodela el día. Como si fuera magia.
«Sangrar la letra», un libro de William Vanders (Ricardo Sayalero)
Dice Ernesto Román Orozco:
En estos relatos en primera persona, el protagonista, autor o crea- dor de un mundo paralelo, expone situaciones íntimas, muy propias, que van más allá de su entorno natural. Estoy seguro que esos árboles que escrutaba en uno de sus relatos, sólo existían en su paisaje interior. Estamos ante una “forma inédita” de reinventar una vida, unacotidianidad sin huir de la realidad; sin embrago, este psico arquitecto, desde los laberintos de su cerebro, logra establecer conexiones paralelas entre una esencia que rige dos mundos: el real (la vida) y el psíquico (el interior). Desde esa especie de enfermedad creativa, nos entrega este conjunto de relatos bajo el título Sangrar la letra.
Sobre «Cicatrices» de Ovidio Moré, reseña de Gildardo López Reyes
Tengo al menos siete años en contacto con la obra de Ovidio Moré. Tiempo suficiente para poder apreciarla y disfrutarla por igual, para constatar que Ovidio tiene el talento suficiente para compartir su obra con el mundo. Pero lo último de sus creaciones con lo que tuve contacto fue con su prosa –la que ahora me ha permitido volver a disfrutarlo–, igualmente rica, consistente y fluida como su poesía, de la que tanto había disfrutado hasta ese momento, y que por supuesto he seguido haciendo; tan disfrutable y única como sus dibujos y pinturas, dueños de una estética propia que los hace ahora reconocibles y destacables entre la oferta actual.
Cicatrices, su primer colección de relatos, y espero, el primero de más libros, es un mosaico polifacético que nos muestra la habilidad de narrador de Ovidio, en el que despliega sus dotes narrativos para llevarnos por donde él desea, que nos deja ver que puede manejar distintos tonos en su discurso manteniendo siempre el interés del lector, ya sea en un relato más, digamos costumbrista, o en alguno de los breves juegos que se permite en sus Enanos dobles de jardín.
Me parece que la herencia latinoamericana del realismo mágico se posa sin reparo sobre muchas de las palabras que tejen las historias que nos cuenta Ovidio. Es el aire que respiran muchos de sus personajes, cubanos casi todos, y que los hace andar, con el ritmo cadencioso de la isla por las venas, y que nos permite a los lectores ser parte de las historias, a pesar de que estemos en contacto por vez primera con algunas palabras cubanas que aderezan las historias. Somos cómplices atrapados por un contexto que fluye y que nos vuelve innecesario un intérprete mientras Ovidio nos guía hábil por su mundo.
Cicatrices es un libro para disfrutar, para dejarse llevar y deleitarse con la muy buena prosa de un gran artista.
La verdad es que me alegra mucho ver y haber leído el libro de mi buen amigo. Luego de años de compartir y leer nuestras cosas, de jugar con poesía, de ver crecer una amistad sincera.
Con este libro de Silvio Rodríguez Carrillo, el autor propone acceder a sus opiniones sobre las obras de escritores como Huxley, Cortázar, Bradbury, Bukowsky, Posteguillo, como también sobre aquellos que se han ganado un espacio en la literatura actual, como es el caso de Morgana de Palacios, Gavrí Akhenasi, Nikolaj Rambosio, Marta Roussel, José Vicente Castillo y Daniel Adrián Leone, entre otros.
Por abarcar narrativa (novela, cuento), ensayo (filosofía, teología, derecho, economía y política), como también poesía (clásica, métrica y rima), en «El desafío de la tinta», el lector encontrará material abundante y variado que le servirá como lista de lecturas recomendadas, como referente para contrastar puntos de vista sobre libros famosos y como guía para reseñar a otros autores.
Te informo sobre la situación en casa, por si te interesa. La persiana de nuestro dormitorio se trabó arriba y se niega a bajar. Las puertas del armario bostezan de noche y de día. La parte de tu lado de la cama se muere de aburrimiento. Una banda de polillas insensatas se comió la cortina azul. Cuelgan de todos los cajones lenguas de trapo sedientas. Las toallas que olvidaste en el suelo envejecieron precipitadamente. Los lirios de plástico que habías puesto sobre el calefactor se marchitaron. No quiero exagerar, pero alguno de los Rolling Stones humedeció con sus lágrimas la pared donde pegaste el póster. El cielorraso se descascara pidiendo que vuelvas.
(Y de mi corazón mejor no hablemos)
Alguien habrá acercado su mejilla a una almohada usada por mí para recordar el roce de mi piel? Alguien habrá permanecido despierto hasta la alta noche para seguir amando con su mirada mi egoísmo dormido? Alguien habrá caminado por una calle desierta de un país lejano murmurando mi nombre llamándome? Alguien habrá serenado su corazón apretando contra su rostro pequeñas ropas mías? Alguien habrá preferido mi muerte antes que verme en brazos de otra persona? Alguien habrá gozado entrando al baño después de mí, con el vapor, la temperatura y los perfumes de mi intimidad? Alguien habrá deseado caer en el sueño con mi sexo anclado en su cuerpo? O solamente yo amé de esa manera?
No dejes que te impresionen las estrellas que quizás estén todas muertas. No te dejes corroer por las canciones añejas Duerme y nada más. Esta noche, duerme Mañana una muchedumbre de arcoiris con lo que haya quedado vivo, ya conoces el mecanismo te fabricarán una sonrisa nueva. Ahora duerme y nada más, esta noche, duerme. No te castigues con la luna, ese transatlántico indiferente, este silencio pasará volverán las palabras como pájaros, como veranos, como soles volverán las palabras y alguien dirá tu nombre. Esta noche, duerme, echa el ancla y duerme, duerme. Que por unas horas oscuras nada te hiera. No llores, no implores, respira y duerme concéntrate en la respiración y acaríciate un hombro, amate un poco y duerme esta noche duerme. Mañana tendrás la oportunidad, flamante y renovada de volverte a equivocar.
Alaridos en el ventrículo de las torturas. El amor desollado pide a gritos que le devuelvan las epidemias. La memoria decapita los nombres de los fracasos. Alaridos en el ventrículo de las torturas. Se arrastra la tristeza por los túneles de las arterias. Los errores que cometí flotan en el pantano de mis pensamientos. Aúlla la traición en la bruma de mis ilusiones. Alaridos en el ventrículo de las torturas. En mi cuerpo, donde se celebraron los ritos del placer, monjes funerarios ofician la misa del adiós.
No te llevaste solamente tu paraguas, tus ropas y el cepillo de dientes. Te llevaste también la música el telón de las noches y la escenografía de los días arrasaste con todo.
Mientes. Nada de lo que respondes es verdad. Nada es cierto. Lo único cierto es que te anudarías a sus pies, que le besarías en todo momento hasta fastidiarlo, hasta perderlo. Haces estrategias. Haces estrategias para que alguien no se vaya de tu lado. Mientes para que no te abandonen. Tienes la certeza de que tu espontaneidad ahuyenta. Nunca más un gesto sincero.
Estaba en una fiesta. Sabía que existían personas interesadas en hacer el amor con él, del mismo modo que él intentaba hacer el amor con otras. Entonces visualizo un círculo de seres humanos, cada uno intentando seducir a otra persona que no era la que tenían delante, y así hasta el infinito.
Es sábado y es de noche vos estás sola yo estoy solo abracémonos desnudos digamos palabras excitantes y llamémoslo amor.
No. No conocí el amor. Solo conocí el exasperante deseo de que el amor existiese.
Alguien pronuncia mi nombre la grúa detiene su acción devastadora alguien pronuncia mi nombre los obreros se quitan los cascos y abandonan su tarea alguien pronuncia mi nombre soy una demolición en suspenso.
Cuando veo mis pies allá tan lejos de donde suceden las ceremonias, las tomas de decisiones y los bacanales, no puedo evitar un sentimiento de angustia por ellos. Me pregunto si podría acercarlos anotándome en un curso de contorsionismo y acrobacia. Pero no creo que el resto de mi cuerpo, tan habituado al desorden, soporte el método y los esfuerzos. Cuando yo muera sé que ellos se enfriarán primero, tendrán sus minutos de muerte solitaria hasta que reciban la compañía final de todo el andamiaje de mi esperpento. Pobres pies estos pies, tuvieron peor suerte aún que mi corazón. Lo cual no es decir poco. Recuerdo los tiempos felices que pasé a tu lado. Nunca olvidaré lo dichoso que fue en esos tiempos en los que, por lo menos, te tomabas la molestia de mentirme.
Ando por la casa buscando tus olores como cuando rastraba tus engaños. Busco aromas. Durante la primera semana encontré un par de medias y varias ropas que dejaste tiradas. Las huelo. Las beso. Al principio lo hacía con vergüenza. Después empecé a hacerlo con naturalidad. Ahora lo hago con desesperación. Las aplasto en mi boca y en mi nariz para extraerles algo de lo que amé. Sigo encontrando ropas tuyas, pero ya no huelen Contienen apenas el recuerdo del olor. Con el tiempo, menos el deseo, todo se diluye. ¿Por qué no construí una jaula? ¿Por qué no tejí una red para que dependieras solo de mí? Odio las teorías sobre el amor y la libertad. Debería haberte construído una sólida jaula. Y llevarte ahí el plato de comida, el agua y el sexo. Serte imprescidible. Ahora me he quedado sin tus olores Y para colmo en el prostíbulo de mi corazón están reclamando aumentos desmesurados.
Acerca del autor
José Sbarra (15 de julio de 1950 – 23 de agosto de 1996) es el poeta del under democrático que hizo del amor la estructura narrativa de su obra poética.
Dramaturgo, performance, autor de libros infantiles, conductor de ciclos de lectura de poesía en la ciudad, la figura de Sbarra se proyecta como el nexo cultural que une el destape tierno de la poesía posdictadura con las experiencias poéticas de la década del 90.
Sus obras de teatro plagadas de humor negro y poesía, su experiencia psicodélica y testimonial en Informe sobre Moscú (1996) y su obra póstuma El mal amor (2017) lo consagran a través del tiempo como una de las principales voces poéticas de nuestro país.
«No hay orfandad cósmica», como dice Sbarra, porque él mismo se inscribe con su poesía en una lecturadel amor que atraviesa tiempos y edades.
1.- Solitario escorpión de amarillo purísimo con erecciones que delatan la guerra
Bajo las puras rosas las palabras más áridas resisten. Bermellones y negras fulguran casuarinas languidecientes brotes y viento atribulado. Atadas están al carruaje del sol y a la desolación del mundo. Acompañan postales con dinamita y gritos de locura. Pronto desaparecen todos los ruidos del amor mezclados con amuletos, consumaciones y presagios. Amor que se complace con herejías y reniega del hombre. Piratas como dioses sellan la última puerta como mudos sonámbulos de otro lagar oscuro.
De otro violín de infortunada melodía.
Texturas para un cielo que contrasta el furor. Doble corona de infaustas mariposas. Paneles que se cierran por adentro. Huestes que ardieron antes y yacen apagadas recubiertas de sal. En cautiverio
Solamente nube rizada de pólvora y ángel desvelado. Oh aldeas enterradas y lábiles como el fino temblor. Espacios de inocencia. Nieve de la tristeza que encanece jardines. Llamador insistente en la desierta alcoba abandonada. Aquietad remolinos. Tened piedad en esta angustia larga. Resistid el escombro de inauditos recuerdos porque en Ruanda aún se abren blanquísimos capullos y en Ruanda todavía los espejos resplandecen.
2.- Las banderas de orfandad enrojecen la lluvia
La partición de las estrellas descubre oscuridad sobre los mismos cuerpos que luminosos nos herían. Agotados estaban de escandalosos sueños sin conocer del llanto, esa orla de pies inertes. Su filo de flamencos que van minando las profundas sedas, las mordidas de besos, las diminutas lunas de la mano.
Deseo por deseo el borde de mis labios amaneció vacío. Adormideras del mar retengo a mi costado. Escalofrío de extremaunción convocan las campanas de norte a sur. Su oficio de follaje y negra sed se instala en las murallas.
La palabra cabeza funda banderas lejos de su templo en ingle alucinada en rojo ardiendo.
En gotas de atormentados niños cayendo a sobresalto, aullando a flor de vientre desde una comisura de relojes. Busco el secreto manuscrito de Ruanda, su memoria discriminada al cielo polvoriento y el pobre Dios cruzaba la frontera esparciendo como al acaso pétalos.
Naturalmente la víspera caían abriendo al mundo de par en par sus ritos para que entrara el mago de la suerte. Y pagar su rescate de azucenas desnudo hasta el cabello prendido de una nube como si fuera un ángel.
3.- Y el valle violento es como un matuasto al sol galopado de turbulencias
Volvía del castigo y recordé los tártagos donde enredaba música la luciérnaga triste con instrumentos traídos de la guerra. La huída a contraluz .
Los corredores que sepulta la tierra gris y el viaje de la aurora cuidan mi corazón, mi vino pálido que noche a noche sorbe la metralla. Yo he intentado morir y no he podido.
Desciende el viento pero nunca muero. Quema lágrima heroica en carne que supura tanta impiedad tanta neblina ansiosa. Dios proteja esta herida dulcemente
Y entorne las ventanas del espejo.
4.- Como una caracola la muerte estará en otro ruido Como un higo de luto en otros dientes de tímido conocimiento blanco
Oscuros umbrales de revelación sostienen temerarios la edad impura o el cuchillo de plata a la intemperie o la caravana que alisa arenas y castiga a los pájaros heridos
(Cuando aparece el huésped persignarse)
La inocente descubre ceremonias en los huesos de un niño. Voraz, una cascada de nieve derretida lava de olvido su alma, red luminosa fluye en el coro de renacuajos del diluvio Y plegaria comulgante en el oído sordo de tristeza sobre tristeza Ruanda inventa un corazón para olvidar.
Suelta lujurias en los ojos velados que encienden la imaginación.
Aquí en su piel existe una rosa cautiva perversamente lastimada.
Es la rosa esclava de secretas voces.
La casa desprovista de manjares y paciencia
Los fantasmas del ancestro que convocan animales,
libidinosos ruidos
y grifos de voces permanentes.
Dioses sorprendidos en el Kivú, apostados entre mariposas salvajes. Oscuros umbrales de revelación. Cuerpos destruidos de tanto vagabundeo sin brújula con su joroba verdinegra que asoma en la claraboya de la luna.
Deseo comparecer a tu lado Ruanda de incestuosas lágrimas efímera como tu pulso de felicidad invisible.
12.-Se oyen lejanos gritos de hombre y de mujer y el fuego que devora un monte en la dinastía de los pétalos
La enemiga cruzaba la frontera. Iba dormida la inocente abeja. La matriz de su ala sangraba hilo delgado de oro fino. Y el sacerdote pescador hilaba perlas negras cama de erizos para la novia tímida, apresurada amante de la muerte. Su noche errática. Su posada de palmeras y tigres.
Gritan los pájaros gemelos en su pareja celestial. Aldea virgen, Ruanda. Heridas respirantes la convocan. Fulgores que salvan la oscuridad, verbenas machucadas con olor a alcanfor.
Las manos los pulmones y la sombra son el humo de un pez. Encima de la fuente agonizan los capullos del iris. La creación abre sin luna al mirto.
Tatuada selva maldecida.
Muertos de Ruanda descorren los visillos de sangre. Miran pueblos llenos de excusas, renegados sacramentales del azar y palpitantes sexos en la hoguera quieren medir el peso de los huesos (que aquel que te acompaña te derrumba) mientras el alacrán del lago cuida su prole hambrienta bajo las hojas amarillas.
La enemiga cargaba su fusil. Iba dormida la inocente abeja.
14.-Papeles amarillos húmedos de oscuridad destiñen de a poco las galas del reino
En remolino de menguados ojos entro en el laberinto de la guerra El delirio flamea junto a una nube extraña con una agorería de gallo bataraz, de ave gloriosa incursionando en causes de zozobra. Bajo un aura salvaje donada por las flores más lujosas atraigo mi deriva de ser en el lago Kivú. En los fértiles sueños jubilosos rodeados de azahares que junio resucita.
La dimensión del luto es hálito inocente. Como un padrillo en celo descarrila sus ángeles en cavidad de piedra desollada. Nadie le salva el corazón a nadie
Nadie le salva el beso, la herencia la memoria el trino.
Que de olvido y de brasa son los pueblos que entregan sus ovejas y corolas. En duelo desesperan a los ríos ocultos
Madres rituales que desgranan fábulas en un recodo de aquietada guerra Lagrima mía. Efigie de medalla oxidada reconocidamente muerta, desgajada en la rama.
Ya nadie cuida el oro fuera de la tierra Ya nadie nombra el llanto
Ediciones ibuK – 2013
Acerca de la autora
Nacida en Valle de San Javier, Córdoba, Argentina en 1921 y fallecida en Portezuelo, Maldonado, Uruguay en 2010, Meleck Vivanco publicó siete libros –número cabalístico- y dejó inéditos otro tanto desde 1956, cuando escribió su libro inicial «Taitacha temblores» hasta la publicación en 2009 de su Antología poética. Sus otros libros publicados son: Hemisferio de la rosa (1973), Rostros que nadie toca (1978), Los infiernos solares (1988), Balanza de ceremonias (1992) y Canciones para Ruanda (1999); mientras que en la lista de inéditos figuran: Plaza prohibida, La moneda animal, Balanza de memorias, Bañados de sereno, Mi primitiva cruza, Los regalos de la locura y Mar de Mármara.
«Las demasiadas veces me dijeron «quiero escribir un libro, pero no sé ni cómo empezar», la típica.
En mi mente, la respuesta automática era: te puedo ayudar a corregir lo que escribes, no a escribir.
En sin embargo, habiendo conectado con tantos profesionales que pudieran mejorar un montón de vidas volcando lo que saben en un libro, me tomé el trabajo de elaborar una guía de cómo hacerlo: Autor de élite III – Convierte lo que sabes en tu legado.
Cómo escribir, publicar y promocionar un libro de no ficción. Un libro que se enfoque en la solución de un problema específico por ahí, a alguno le pudiera ser de utilidad, o quizás conozca a alguien que le pueda servir.
Ahora que terminaste de escribir tu libro, ¿sabes qué necesitas para publicarlo exitosamente?
Si no tienes experiencia en publicar libros es muy probable que cometas algunos errores al subir el tuyo en alguna plataforma. Verás, aparte del diseño interior (maquetación) y el diseño exterior (cubierta), para que tu publicación sea exitosa debes tener en cuenta algunos factores que los autores de élite saben que son imprescindibles.
Ahora puedes acceder a todo el recorrido que implica la publicación de un libro, desde su concepción hasta su puesta en venta en las plataformas y, además, conocerás los tres pilares sobre los que se edifica toda publicación exitosa. Este trabajo incluye enlaces con contenido de gran calidad para que sepas desde cómo encarar las publicaciones en tu blog, hasta ejemplos de los errores no forzados que tus competidores han cometido.