“Sigo escribiendo porque cada paso, cada poema,
es un gran premio emocional y estético
y porque me siento parte de algo hermoso”
Mercedes Carrión es licenciada en Geografía e Historia por la Universidad Literaria de Valencia, su ciudad natal. Una vez afincada en Cataluña, dirigió un taller artesano de esmaltado a fuego durante muchos años, razón por la cual pudo enseñar el oficio a muchas mujeres. Se trata de una técnica milenaria que empleaban las civilizaciones egipcia, griega y bizantina para decorar metales preciosos.
Las buenas costumbres no las pierde y tal vez por eso le sigue gustando estudiar y aprender en general. Nos cuenta que es disciplinada para las tareas intelectuales y no le duele el tiempo que les dedica.
Le gusta mucho cantar, incluso ha musicalizado poemas propios acompañada por el guitarrista Kim Serrano. Disfruta de la música, del teatro y de la lectura siempre que puede.
Ha gozado muchísimo del mar con su familia aunque ahora, ella y su marido, son más de tierra adentro. El campo y sus habitantes son la pasión de ambos. Adora las plantas y su cuidado, tanto que se conoce los nombres de cada una.
Le gustan todos los días, con lluvia o sin ella. Para Mercedes cada jornada es un estrenar la vida: no le gusta hacer planes sino a muy corto plazo y espera a ver qué iniciativas tomará la propia vida.
Tiene, dicen quienes han probado sus manjares, buena mano para la cocina. Le gusta inventar y combinar todo, desde las sobras hasta los alimentos más exóticos, probar cosas nuevas y desde luego la cocina familiar de toda la vida que su gente valora. De hecho tiene más de un poema gastronómico.
Asiste los jueves a un taller de poesía (Metáfora) desde 2009. Allí conoció a la poeta Juliana Mediavilla que afortunadamente la trajo a Ultraversal. Esa reunión semanal es irrenunciable para Mercedes como lo son las páginas que comparte con los compañeros.
Ha sido muy viajera pero ahora ya no siente esa inquietud. Se ha vuelto más contemplativa, menos curiosa y atrevida que años atrás.
Dejó el deporte por el baile flamenco y el conocimiento de los palos y sus compases le ha aportado mucho. Toca además el cajón y los palillos y se le dan muy bien las palmas, nos dice.
Colecciona abanicos y pequeños objetos variados, bagatelas generalmente viejas. Muchos de ellos son recuerdos de sus viajes.
Le gustan mucho las muñecas, las peinetas, los pastilleros y conserva algunas piezas esmaltadas de su taller con mucho cariño.
Reconoce que la vida le ha cundido mucho. Sus escenarios han sido tantos que cree que en ninguno ha llegado a aprender lo suficiente. No importa, nos dice, el tiempo sigue ahí, abierto a tantas posibilidades.
1. ¿Qué es para ti la literatura?
La entiendo como parte necesaria de la vida pues a través de la palabra escrita se accede a todo conocimiento, a las diversas ciencias que lo contienen, incluida la estructura y la historia del propio pensamiento humano. También la vida del hombre en la tierra comienza a ser considerada como historia, precisamente, desde la aparición de los primeros textos que la acreditan.
La literatura es compendio pero también es una infinita posibilidad para la creación artística a través del lenguaje en sus diversas manifestaciones. En este sentido la literatura es, también, comunicación y oficio.
2. ¿Y la poesía?
La poesía es la proyección literaria de una manera específica de sentir el entorno, los acontecimientos y el propio bagaje cultural y espiritual de quien la escribe, sujetándose a unas características y normas predeterminadas que la definen como tal.
Personalmente la poesía me brinda una nueva mirada sobre mi mundo y lo que me concierne del mundo de los otros. Y es también una disciplina intelectual que modera mi voz y la conduce en busca de los más precisos matices del lenguaje.
3. ¿Desde cuándo escribes y qué motivación te impulsa a continuar escribiendo?
Escribo desde que sentí una especial necesidad de introspección. Fue algo casual e inexplicable, en unos momentos en que pasaba por problemas de salud y las noches eran interminables. Llegué a creer que eran otras voces en mí. Hace poco más de cinco años que ocurrió.
Me sentí bien escribiendo por intuición y enseguida quise aprender, pues los recuerdos de mis estudios de Literatura comenzaron a aflorar claros y altos. Me informé y me interesé por las actividades de un grupo de poetas de Barcelona (Metáfora), con espacio propio en la biblioteca Mercé Rodoreda, especializada en poesía. Fueron generosos conmigo, me hicieron hueco de aprendiza y con ellos sigo, aprendiendo.
Sigo escribiendo porque cada paso, cada poema, es un gran premio emocional y estético y porque me siento parte de algo hermoso. Sigo escribiendo por lo que descubro de mí y de los demás. Porque atrapo la vida en un papel. Por compartirlo.
Porque sigo en la investigación poética de todo lo que me rodea y siempre me parece que acabo de empezar.
4. ¿Qué influencias literarias han marcado tu poesía?
Técnicamente ya tenía conocimientos aunque archivados en la memoria desde mucho tiempo. Tuve una profesora en enseñanza media que marcó mi amor por el idioma y el cuidado del lenguaje, Doña Rosario… He sido hasta hace unos años una gran lectora, sobre todo una apasionada lectora juvenil. Toda literatura que haya pasado por mis manos ha dejado poso, sin duda. Ahora que puedo leer menos, la poesía es mi campo de lectura. Supongo que hay un currículum misceláneo entre muchos estilos, pero sobre todo creo que la etapa clásica, la de formación, digamos la más académica, es la que más me ha marcado.
5. ¿Cómo definirías tu poesía?
Creo que es una poesía sencilla, intimista, muy apegada a la naturaleza, muy espontánea también aunque me gusta cuidar el detalle y ceñirme a las normas en cuanto a estructura y sintaxis se refiere. En este sentido tengo la impresión de que cada vez es más fluida, menos encorsetada. Es difícil opinar sobre algo que me cuesta creer que de verdad
es mío, por lo que me sorprende.
6. ¿A qué público pretendes llegar?
Me siento valorada por mis compañeros, tanto de Metáfora como de Ultraversal. Es algo que me da mucha vida, los hace mis cómplices y me anima a ser yo misma. Con nadie más comparto mis poemas (la familia no cuenta, son incondicionales). No me imagino cómo serán otras lecturas por parte de otras personas y no pretendo nada al respecto. De hecho estoy empezando a imprimirlos, ahora, luego de cinco años de camino…y casi me asusto cuando los veo sobre el papel, como queriendo emprender vuelo.
7. Según tu punto de vista ¿qué condiciones debe cumplir el poeta para ser considerado como tal?
Creo que el poeta debe alcanzar su propia voz a través de su propia mirada: ser capaz de reconocerse y aceptarse en sus diferencias, incluso en sus carencias. E intentar paliarlas mediante el estudio y la caligrafía poética: romper papeles y aceptar las críticas y correcciones de aquellos poetas a quienes tiene la suerte de tener cerca y se interesan por él, como ocurre en Ultraversal. Conmigo, en esta casa, todo ha sido generosidad desde el comienzo.
También creo que hay una condición innata para llegar a eso: la poesía es también una manera de vivir y entender. Y de escuchar.
8. Si las hubiera, ¿cuáles son tus influencias poéticas?
Yo siento que mi evolución en poesía está presidida mayormente por los autores de Ultraversal y por los poetas clásicos, latinos, catalanes y castellanos que he tenido la oportunidad de estudiar en Metáfora, dentro de la disciplina del grupo.
Mis lecturas poéticas son variadas y casi siempre vienen dadas por las tareas de las que debo responder ante dicho grupo y mi propia exigencia para responder al ritmo y nivel de trabajo de Ultraversal.
9. Dentro de todo el panorama ¿con qué tipo de poesía te sientes más cómoda?
Me escribo mejor en verso blanco y suelo partir siempre de lugar, experiencia o sensación ligados a la naturaleza porque siento que todo está contenido en ella, todo está explicado, retratado en ella. Nosotros también. Yo también. Los sentimientos encuentran en ella un perfecto paralelismo.
10. Cuál es tu proceso creativo, ¿te sientas a escribir poesía o esperas que la inspiración llegue?
En ocasiones me siento a escribir poesía siguiendo inspiración previa o simplemente por disciplina y gusto, pero reconozco que tengo una actitud más bien voluntariosa. En ocasiones los versos me despiertan y aunque sea de madrugada me levanto para intentar hilvanarlos: me duele mucho olvidarlos, aunque luego yo misma acabe desechándolos.
11. Tus poemas también los has cantado. Háblanos un poco de tu faceta como cantante.
Es complicado. Me gusta mucho cantar, me limpia el alma. Hubiera deseado aprender música para llegar a componer mejores canciones con mis letras o las de otros autores. Hubo una etapa en que las circunstancias me permitieron abordarlo y aprendí mucho en cuanto a técnica de voz y grabación, pero hube de dejar atrás el intento que ha quedado como una experiencia incompleta pero gratificante, aunque sea tan solo por el hecho de haberla llevado a cabo y compartirla.
Mis canciones no han tenido difusión ni lo pretendo, pero me encanta que reposen entre las páginas de Ultraversal: realmente son su origen ya que las letras también andan perdidas entre algunos de mis poemas. Pero canto, en público o en privado, siempre que puedo. Y con el tiempo se ha afianzado mi voz, la disfruto más.
12. ¿Piensas que hay mucho egocentrismo en el mundo poético o que por el contrario es un mito?
Creo que todo poeta tiene una carga de egocentrismo en mayor o menor medida, porque se erige en voz abierta a los demás, a quienes quieran escucharle. Otra cosa es la vanidad, la egolatría que a veces subyace en algunas actitudes. Por mi experiencia me atrevo a decir que tampoco es tanta, que se ve venir de lejos y eso desarma su espoleta…
En parte es mito: se ha de comprender que la poesía nace de una necesidad subjetiva de compartirse y si no hay algo de amor propio, pues la voz se queda en nada…
13. ¿Crees que la poesía vende?
No creo que venda en el aspecto material, pero vende en el sentido de que se recurre a ella en muchas ocasiones, como expresión que supera a la prosa, en los medios públicos de comunicación, en las celebraciones… Se la protege poco desde los estamentos oficiales, se le da poca difusión entre los jóvenes. No es materia de enseñanza oficial. De hecho está ocurriendo lo mismo en cualquier manifestación de lo que se entiende por Humanidades. Solo hay que consultar los premios que se publican: son pocos e insuficientemente dotados. A excepción de las grandes convocatorias estatales que suelen tener, además, poca repercusión editorial.
14. ¿Cómo ves la poesía en la sociedad actual?
La veo muy diversa pero con una tendencia centrífuga respecto de la normativa. Creo que se abusa desconsideradamente del verso libre por desconocimiento de sus elementos esenciales. Se cae así con demasiada frecuencia en una prosa entrecortada y demasiadas veces carente de musicalidad, precisamente la característica por antonomasia de la poesía.
15. ¿Qué opinas del formato digital con vistas al futuro?
Pues que vamos cada vez más hacia ese inevitable futuro.
Bendito sea como elemento de salvación de selvas y bosques, aunque el libro en su formato tradicional sea para tantos de nosotros vehículo indispensable y materia de culto justificadísimo. Y en parte lo seguirá siendo.
Se impondrá el formato digital, es lo razonable.
16. ¿Hay alguna pregunta que no te hice y te gustaría que te formulara?
Sí. ¿Consideras que el comentario sobre los poemas de los compañeros ultraversales puede llegar a ser una buena manera de mejorar tu expresión literaria también en prosa?
La respuesta es sí. Y deseo agradecer la oportunidad que tal escenario supone. Disfruto de explicar y explicarme, de dirigirme a los compañeros como si de una correspondencia personal se tratara, en tantas ocasiones. Disfruto de la cercanía que también se desprende de muchos de sus escritos. Lo considero una oportunidad irrenunciable para conocerse, apreciarse y remover a veces el baúl de los recuerdos, aprendiendo siempre.
Mercedes, ya hemos llegado al final. Se me ha hecho muy corta la entrevista. Agradezco mucho tu atención.
Admiro tu disposición para la revista Rosario y te agradezco el esfuerzo.
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